Ysrrael Camero (ALN).- Como epílogo de su triunfo en las elecciones generales del 28 de abril el Partido Socialista gana en los triples comicios que se realizaron en España este domingo 26 de mayo.
Como epílogo de su triunfo en las elecciones generales del 28 de abril el Partido Socialista gana en los triples comicios que se realizaron en España este domingo 26 de mayo. Una victoria consolidada a tres niveles, Parlamento Europeo, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, a lo que debemos agregar la consolidación de dos tendencias que lo benefician a mediano plazo, la división de unas derechas que se niegan a desprenderse de los ultras, y la neutralización de una alternativa a su izquierda. Podemos ha sido el gran perdedor en estas elecciones. De esta manera, queda el PSOE ratificado como el único partido de la izquierda posible y como el factor que domina el centro del tablero político español.
El drama madrileño: el blanqueamiento de la ultraderecha
En la Comunidad de Madrid el PSOE resultó ser el partido más votado, pero esto es insuficiente para arrebatarle a la derecha el control de la Autonomía. El PSOE con Ángel Gabilondo obtiene 37 diputados, y Más Madrid llega a 20 diputados, mientras que el PP alcanza 30. Ciudadanos queda en tercer lugar con 26 diputados autonómicos. Unidas Podemos se queda con 7 escaños. Vox se alza con 12 escaños, siendo la formación decisiva para que la derecha conserve el gobierno.
Una victoria consolidada a tres niveles, Parlamento Europeo, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, a lo que debemos agregar la consolidación de dos tendencias que lo benefician a mediano plazo, la división de unas derechas que se niegan a desprenderse de los ultras, y la neutralización de una alternativa a su izquierda.
Otro tanto ocurre en el Ayuntamiento de Madrid. A pesar de que Más Madrid, de Manuela Carmena, obtuvo 19 concejales, y el PSOE 8, no tienen suficientes votos para preservar la Alcaldía. La derecha obtiene 15 concejales con el PP y 11 con Ciudadanos. A lo que se deben sumar los 4 concejales de Vox para gobernar.
Por consiguiente, una consecuencia derivada de las elecciones es la normalización, o blanqueamiento, de la ultraderecha de Vox en la ciudad capital del país. Para gobernar, tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad, el Partido Popular y Ciudadanos tendrán que pactar con la formación de Santiago Abascal, ratificando el proceso de normalización que se inició con el resultado de las elecciones andaluzas.
El mapa regional y local
El Partido Socialista fue la fuerza más votada en casi todas las Comunidades Autónomas que se disputaban en esta ocasión: además de Madrid, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Murcia, Aragón, La Rioja, el Principado de Asturias, las Baleares y las Canarias. Sólo en Cantabria triunfó el PRC de Miguel Ángel Revilla y Navarra Suma en esta Comunidad Foral. Pero eso no significa que le será sencillo a los socialistas formar gobierno efectivo en ellas, ya que dependerá de los pactos entre bloques.
Únicamente en Extremadura y Castilla-La Mancha el PSOE gobernará con mayoría absoluta. En La Rioja necesita a Podemos. En Asturias necesita coaligarse con Podemos o con IU y Foro. En Aragón el PSOE necesita de una gran coalición para gobernar.
Por otro lado, en Castilla y León un pacto entre PP y Ciudadanos le permitiría a la derecha gobernar. En Murcia podría repetirse el tripartito andaluz para que el PP pueda gobernar con Cs y Vox.
La alcaldía de Barcelona representó un vuelco importante. Ada Colau fue derrotada por ERC alzándose Ernest Maragall como próximo alcalde de la segunda ciudad de España. Esto representa un triunfo simbólico para los independentistas.
La derrota de Podemos muestra cifras contundentes, desapareciendo los tres diputados que tenían en Castilla-La Mancha y los tres de Cantabria, reduciéndose a uno la decena que tenía en Castilla y León, descendiendo de 6 a 4 los de Extremadura, de 9 a 4 en Asturias, de 6 a 2 en Murcia, de 14 a 5 en Aragón, de 10 a 6 en las Baleares, de 7 a 3 los que tenían en Canarias, de 7 a 2 en Navarra, de 27 a 7 en Madrid y de 4 a 2 en La Rioja.
Y las europeas…
Para las elecciones al Parlamento Europeo España elegía 54 diputados, que se convertirán en 59 cuando el Reino Unido salga de la UE. El PSOE obtuvo 20 diputados, mientras que el PP alcanzó la docena, incluyendo a Leopoldo López. Ciudadanos se queda con 7 diputados, y Podemos con 6. La ultraderecha de Vox entra a la Eurocámara con 3 diputados. La coalición Ahora Repúblicas obtiene 3 diputados, incluyendo a Oriol Junqueras. JuntsxCat llega con 2, con Carles Puigdemont como eurodiputado, y CEUS (del PNV) entra con un representante.
Pero es necesario ampliar el mapa para comprender por completo las implicaciones que las elecciones del 26 de mayo tienen para la Unión Europea como proyecto de futuro.
Una consecuencia derivada de las elecciones es la normalización, o blanqueamiento, de la ultraderecha de Vox en la ciudad capital del país. Para gobernar, tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad, el Partido Popular y Ciudadanos tendrán que pactar con la formación de Santiago Abascal.
El primer diagnóstico es el retroceso de las fuerzas que tradicionalmente han liderado el proyecto europeo, tanto populares como socialdemócratas; siendo aún las más votadas, pierden 71 eurodiputados. Los conservadores retroceden en 13 escaños, mientras las izquierdas radicales pierden 14 escaños. Como compensación los movimientos pro-europeos que crecen son los verdes, a la izquierda, y los liberales, en la centro-derecha. Esta caída se vincula con el crecimiento de las fuerzas euroescépticas, populistas de derecha y ultraderecha, que tienen ahora el control de la cuarta parte de la cámara.
En el Parlamento Europeo los populares pasaron de 211 a 179 diputados, con un 24%. El Partido Socialista Europeo descendió de 191 a 152 escaños, con un 20,2%. Los liberales (ALDE) incrementaron su presencia, aumentando su número de 70 a 105 escaños, con un 14%. Los verdes crecen, desde 52 escaños, hasta obtener 69 diputados, el 9,2%. Mientras que los conservadores quedaron con 61 eurodiputados, el 8,1%, cuando antes contaban con 74.
La Europa de las Naciones y “de las libertades”, que agrupa fuerzas nacionalistas, antiinmigrantes, euroescépticas y de la ultraderecha, elevó su presencia de 37 a 57 representantes. Los pertenecientes al Grupo Europa de la Libertad y la Democracia Directa, euroescépticos y populistas de derecha, como el británico, Nigel Farage, se elevan de 46 a 51.
El Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea cae de 52 a 38 escaños, con apenas un 5,1%. Para completar los 751 debemos sumar 7 diputados no inscritos y 30 diputados que pertenecen a otras organizaciones.
Este resultado obedece a procesos concretos. La victoria de Marine Le Pen en Francia derrotando a Emmanuel Macron. El triunfo de los partidarios del Brexit en el Reino Unido, seguidos de los liberales, desplazando a laboristas y conservadores al tercer y quinto lugar respectivamente, emergiendo con fuerza los liberal-demócratas en segundo lugar y los verdes en cuarto. El triunfo socialista en Holanda, con Frans Timmermans, no compensa sus retrocesos en Francia, donde apenas pudieron superar el 5% que les permitía entrar en el Parlamento, ni en Alemania. Los verdes superaron a los socialdemócratas en Alemania, obteniendo 22 diputados, frente a los 16 que obtuvo el SPD. La nueva victoria de Viktor Orbán en Hungría lleva a más eurófobos al Parlamento, al igual que la de Matteo Salvini en Italia.
De esta manera, socialdemócratas y populares han perdido el control del Parlamento Europeo, necesitando de liberales y verdes para seguir impulsando el proceso de integración. La salida del Reino Unido y el derrumbe del centro político en Francia son expresión de una crisis profunda. En medio de esta coyuntura el triunfo del PSOE en España es mucho más que un epílogo interno, pudiendo convertirse en una introducción a un nuevo ciclo en el continente. Amanecerá y veremos.