Redacción (ALN).- La resolución del gobierno de Donald Trump de imponer un «arancel secundario» de 25% a los países que adquieran petróleo y gas venezolano a partir del próximo 2 de abril, es para economistas y analistas una especie de «embargo» para Venezuela y profundizará la caída de las exportaciones de crudo. Pero en la otra acera también podría afectar a la propia economía estadounidense.
«Cualquier país que compre petróleo o gas de Venezuela se verá obligado a pagar un arancel del 25% a Estados Unidos en cualquier comercio que realice con nuestro país. Toda la documentación se firmará y registrará, y el arancel entrará en vigor el 2 de abril de 2025, Día de la libertad en Estados Unidos», escribió Trump en sus redes sociales el lunes 24 de marzo.
El oficialismo venezolano acusó a Washington a través de un comunicado de violar flagrantemente las normas del comercio internacional y rechazó la nueva medida al calificarla de «arbitraria, ilegal y desesperada», señalando que evidencia el fracaso de las sanciones previas.
Una de las principales consecuencias de la medida será la baja de las exportaciones petroleras venezolanas, las cuales habían alcanzado en febrero un volumen máximo en cinco años con un millón de barriles diarios de petróleo (bpd). Venezuela produjo además una media de 921.000 bpd de crudo en 2024, lo que significó un alza del 17,6% en comparación con 2023, cuando promedió en 783.000 bpd, según cifras oficiales de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Luis Oliveros, economista y experto petrolero, afirma que la medida es una «muy mala noticia» y que «sería peor que la revocatoria de las licencias» petroleras a las empresas extrajeras que operan en Venezuela.
Problemas para Venezuela
Con la suspensión de la licencia a la empresa norteamericana Chevron se estimó una reducción de 280 mil barriles diarios de petróleo (bdp), aproximadamente. Sin embargo, con el nuevo arancel de 25% el monto de las ventas externas podría caer aún más si se suma la producción de otras petroleras como la española Repsol y la italiana Eni, así como la de países que han negociado petróleo con Venezuela como China, Rusia e Irán.
Para Alejandro Grisanti, economista y director socio de la consultora Ecoanalítica, el impacto que tendrá esta medida sobre el descuento en el precio del petróleo venezolano será muy grande. Cuando se impuso las restricciones petroleras en el año 2019, Petróleos de Venezuela (Pdvsa) tuvo que vender el barril de crudo con descuentos de hasta 50% para asegurar su colocación en los mercados internacionales.
«En los primeros meses esta medida va a funcionar como un embargo, donde los Estados Unidos va a dejar de comprar petróleo venezolano (licencia 41A), y esta ´persuadiendo´ a que ningún otro país le compre petróleo a Venezuela», dijo.
Para ejemplificar el impacto de esta medida -dijo Grisanti-, países como Nicaragua que exporta más de 1.800 millones de dólares al año a Estados Unidos, podrían preferir no recibir petróleo Venezolano. «En la otra esquina, (y no precisamente por diferencia ideológica) Cuba con exportaciones de menos de USD 8 millones al año podría verse beneficiado de esta medida, dado que recibirán petróleo gratis de Venezuela».
Medida «sin base legal ni lógica»
A juicio del economista Francisco Rodríguez la medida del gobierno estadounidense «tiene poco sentido» y la calificó de ser «una política profundamente problemática, sin base legal ni lógica».
«Trump habla de ´aranceles secundarios´, pero ese término no existe en la ley comercial de Estados Unidos ni en la práctica internacional. En la literatura, suele referirse a aranceles retaliatorios en guerras comerciales, no a castigos por comerciar con terceros. Esto parece un intento de sustituir las sanciones secundarias con aranceles. Pero hay un problema clave: las sanciones estadounidenses van dirigidas a empresas específicas, no a países enteros. Los aranceles no funcionan igual», dijo Rodríguez.
Oliveros coincide con que los aranceles secundarios es un «término muy extraño», con el cual se penalizará con aranceles de 25% a los países que le compren petróleo y gas a Venezuela. Pero advierte un detalle: Venezuela no le vende a países, le vende a empresas, sobre todo con las actuales restricciones petroleras.
«Veremos en los próximos días como se traduciría esto. Minutos después de la amenaza, la OFAC anuncia que la fecha para la revocatoria de las licencias, pasaba del 3 de abril al 27 de mayo. El mensaje es a lo Trump. Lo importante: Que siguen las negociaciones».
Rodríguez explicó que pese al anuncio, Venezuela sigue vendiendo petróleo a EEUU a través de Chevron y otras licencias específicas que no han sido revocadas, por lo que -dijo- mientras las licencias actuales sigan vigentes, «la política sobre el arancel incentiva vender más petróleo a Estados Unidos, no menos».
Extienden licencia a Chevron
La licencia que extiende el plazo a Chevron hasta el 27 de mayo para desmantelar operaciones en el sector petrolero nacional, confirma que el anuncio de Trump sobre «aranceles secundarios» parece estar diseñado no para cortar las exportaciones de petróleo venezolano, sino para favorecer ventas a EEUU frente a otros destinos, según Rodríguez.
«Cabe recordar que muchas licencias de este tipo se emiten por períodos cortos y se renuevan de forma rutinaria. El mejor ejemplo es la Licencia General 5, que ha sido renovada 18 veces. No sería sorprendente que entremos en un patrón similar con Chevron», afirmó.
Para el economista -no obstante- la medida deja muchas dudas, ya que no queda claro si un país específico será pechado con el arancel adicional en caso de que alguna empresa de su país adquiera crudo venezolano. «Si Repsol (empresa española privada) compra petróleo venezolano, ¿EEUU impondrá un 25% de arancel a todas las exportaciones españolas? Eso sugiere Trump. Pero Repsol no es España, y el gobierno español no controla sus decisiones comerciales».
Por otro lado, Rodríguez considera que la resolución podría afectar al propio EEUU. «Si los países temen sanciones arbitrarias, podrían reducir su comercio con Estados Unidos para evitar riesgos. Incluso si sus empresas no han hecho nada ilegal, el temor basta para alterar sus decisiones».
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Los principales afectados por el arancel:
1. China: principal receptor del crudo venezolano, aunque con una leve disminución en 2024 respecto a 2023. Promedio de 351.000 bpd en 2024, según datos de movimientos de buques e informes de Pdvsa y reportados por Reuters.
2. Estados Unidos: segundo mayor comprador tras el alivio de sanciones 2023, con empresas como Chevron liderando las operaciones. Promedio de 222.000 bpd, un aumento del 64% respecto a 2023, de acuerdo a reportes de Reuters.
3. India: comprador relevante que ha incrementado sus importaciones tras la flexibilización de sanciones a otros proveedores. En 2024 el promedio de 63.115 bpd, fue un aumento significativo desde 10.300 bpd en 2023.
4. España: cliente creciente en Europa, especialmente en 2023 y 2024, con Repsol como actor clave. Promedio de 75.000 bpd en 2024 hacia Europa, casi triplicando los 26.000 bpd de 2023, según Reuters. En el segundo semestre de 2024 España importó aproximadamente 66.000 bpd trimestrales, según informó El Confidencial.
5. Cuba: aliado político con intercambios de crudo bajo acuerdos preferenciales, aunque con una disminución en 2024. El promedio en el pasado año se calcula en 32.000 bpd de crudo y combustible frente a los 56.000 bpd en 2023.
6. Rusia: comprador ocasional y aliado estratégico, con un rol más logístico que de consumo directo. No hay datos específicos de compras directas en 2024, pero sí de acuerdos en el área. En años previos, Rusia ha manejado exportaciones a terceros (como India) vía la petrolera estatal Rosneft.
7. Otros países: destinos menores como Singapur y Malasia a menudo para reexportación o refinación. No desglosada individualmente. Las exportaciones totales en 2024 fueron 772.000 bpd según indicó Reuters, dejando un remanente de aproximadamente 103.885 bpd para otros destinos.
Tomado de Finanzas Digital.