Leopoldo Martínez Nucete (ALN).- El senador demócrata Bob Menéndez preparó un proyecto de ley otorgando alivio o protección migratoria temporal (TPS) a los venezolanos, que encontró respaldo en el senador republicano Marco Rubio. En la Cámara de Representantes sucedió lo mismo, con el liderazgo del diputado demócrata Darren Soto. Lo cierto es que el TPS lo puede acordar el presidente Donald Trump sin necesidad de una nueva ley, bajo la legislación migratoria vigente.
Lo que todos aspiramos es que la actual coyuntura de Venezuela desemboque pronto en elecciones libres para entrar en una transición sustentable que reconcilie a los venezolanos, al tiempo que ponga en marcha la compleja reconstrucción institucional y económica del país. Pero mientras llegamos allí, los venezolanos seguirán inmersos en la prolongada y profunda crisis socioeconómica, de magnitudes humanitarias, que ahora incluye también el impacto de las sanciones de los EEUU y otros países a la operatividad de PDVSA.
La población venezolana en EEUU es grande. Se estima que ha crecido hasta 500.000 o más migrantes. Una buena parte de ese contingente ya son también ciudadanos estadounidenses, quizás poco más de 100.000, pero hay una buena parte cuyo estatus migratorio en EEUU es frágil. Las solicitudes de asilo no resueltas pasan de 40.000, con un incremento exponencial (en promedio, más de 10.000 anuales) en los últimos dos años
Una de las aristas de este drama humano se manifiesta en la migración de venezolanos a los EEUU, la mayor parte concentrados en Miami, Florida, y Houston, Texas. La población venezolana en EEUU es grande. Se estima que ha crecido hasta 500.000 o más migrantes. Una buena parte de ese contingente ya son también ciudadanos estadounidenses, quizás poco más de 100.000, pero hay una buena parte cuyo estatus migratorio en EEUU es frágil. Las solicitudes de asilo no resueltas pasan de 40.000, con un incremento exponencial (en promedio, más de 10.000 anuales) en los últimos dos años.
Son muchas las personas que batallan por extender legalmente su estadía tras haber ingresado con visa de turismo. Miles, quienes quedaron indocumentados, incluso por la complejidad del sistema de visas de trabajo. A esto se suman los jóvenes soñadores, hijos de venezolanos, que han quedado indocumentados en esta cruda lucha por la estabilidad que les niega el régimen de Nicolás Maduro. También hay millares de estudiantes universitarios, recién graduados o a las puertas de graduarse, buscando trabajo en estas latitudes (bajo las limitadas opciones de documentación migratoria existentes), porque en Venezuela no hay oportunidades para ellos. Algunos de estos jóvenes ya han formado sus familias.
El asunto migratorio es también un drama humanitario. La Administración de Donald Trump, si bien ha hecho mucho en el ámbito de la política exterior (y en este momento hay la inmensa expectativa de un desenlace favorable), no ha sido un Gobierno abierto a los migrantes latinos, y eso incluye a los venezolanos. De hecho, en los últimos dos años, las deportaciones de venezolanos en situación vulnerable se han más que duplicado. Esa es la pieza faltante en la estructuración de una política coherente frente a la crisis humanitaria venezolana. Una pieza clave para responder con justicia al anhelo de los ciudadanos americano-venezolanos que deseamos ver estable la situación de nuestros compatriotas mientras mejoran las cosas en Venezuela.
Otro elemento a destacar es la mínima cuota de aprobación de nuevas visas o renovaciones en sede consular, impuesta por la Embajada de EEUU en Caracas. Muchos padres y parientes de venezolanos, que son ciudadanos estadounidenses, aspiran a una reunificación familiar en EEUU mientras se transita la dura crisis. A veces, hasta con consideraciones de salud, porque la falta de medicamentos expone a muchos venezolanos a riesgos que sus familiares en EEUU pueden evitar dándoles entrada provisional en sus hogares. Es una muy dura realidad que debemos atender al mismo tiempo que se estructura una solución a la crisis, incluyendo ayuda humanitaria para los venezolanos que están en los países vecinos y en su país.
Proyectos de ley
El senador demócrata de New Jersey, Bob Menéndez, vocal en este asunto, preparó un proyecto de ley otorgando alivio o protección migratoria temporal (TPS) a los venezolanos, que encontró respaldo en el senador republicano Marco Rubio. En la Cámara de Representantes sucedió lo mismo, con el liderazgo del diputado Darren Soto y sus colegas de la delegación demócrata de Florida, integrada también por Debbie Mucarsel, Debbie Wasserman Shultz y Donna Shalala. La iniciativa tiene apoyo bipartidista asimismo entre los diputados, porque la suscribe el representante Mario Díaz-Balart, también de Florida.
Lo cierto es que el TPS o alivio migratorio lo puede acordar el presidente Trump sin necesidad de una nueva ley, bajo la legislación migratoria vigente. Hace unos dos años, lo planteó de esa forma el exsenador demócrata por Florida, Bill Nelson. Los legisladores de ambos partidos, que han presentado iniciativas ante las respectivas Cámaras, lo hacen porque la necesidad de una ley para otorgar ese alivio migratorio no ha encontrado receptividad en el gobierno de Trump, quien, de hecho, retiró el TPS extendido desde hace años para atender otras crisis migratorias, también de carácter humanitario, a migrantes de Centroamérica, Haití y algunos países de África. Lamentablemente todo este drama ha terminado en batallas judiciales e incertidumbre, mientras los venezolanos no han podido ser incluidos en la categoría del TPS.
Sería oportuno, en esta coyuntura, muy particularmente si se piensa que el tránsito hacia una democracia y reconstrucción en Venezuela es viable en el corto plazo, producto de la política exterior adelantada con apoyo bipartidista, que el presidente Trump tome como referencia -y expresión de total apoyo- el contenido de los proyectos de ley introducidos en el Congreso. Y, sobre su base, por vía ejecutiva, extienda el TPS a los venezolanos que se encuentran en los EEUU en una situación migratoria vulnerable o ya indocumentados. Es lo esperable. Lo coherente.
(Donald Trump anunció que visitará el próximo lunes Miami, donde hablará sobre Venezuela).