(EFE).- El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, afirmó que le gustaría tener «buenas relaciones» con Estados Unidos, aunque, según dijo, «es imposible» un diálogo con Washington.
«¿Qué diálogo puede haber con el diablo? Nosotros quisiéramos tener buenas relaciones con Estados Unidos, pero es imposible. No hay diálogo, es imposible un diálogo», señaló el mandatario en un discurso en ocasión del 43 aniversario de la revolución que derrocó la dictadura de Anastasio Somoza Debayle en Nicaragua.
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Ortega respondió de esa forma a una inquietud del primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, único jefe de Gobierno que acudió a la fiesta sandinista, que en un discurso previo preguntó por qué no había una actitud de diálogo entre Nicaragua y Estados Unidos.
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El líder sandinista parafraseó luego al guerrillero argentino-cubano Ernesto «Che» Guevara y aseguró que «al imperialismo no se le puede creer ni un tantito así, porque te acaba».
«Con esto le respondo por qué no hay diálogo con los Estados Unidos», continuó Ortega, para quien «los diálogos son para ponerle la soga al cuello a uno y que uno mismo se ponga la soga al cuello».
Sanciones de EEUU al círculo de Ortega
Estados Unidos ha impuesto sanciones a numerosos miembros del círculo cercano de Ortega, entre ellos a varios de sus hijos, entre otros por los «actos estatales de violencia» contra la oposición política y las manifestaciones que han dejado, desde abril de 2018, más de 300 muertos, 2.000 heridos y el encarcelamiento de «cientos de actores políticos y de la sociedad civil».
También por la «farsa» de elecciones presidenciales del pasado 7 de noviembre, y en represalia por su acercamiento a Rusia.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del pasado 7 de noviembre, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión.
Ortega, de 76 años, lleva 15 años y 6 meses consecutivos en el poder, en medio de denuncias de autoritarismo y fraude electoral.
El «fin de la hegemonía imperialista»
Durante el acto, celebrado en circuito cerrado en la Plaza de la Revolución ante cientos de sus seguidores y transmitido en cadena de radio y televisión, el mandatario también criticó a EE.UU. porque, a su juicio, junto a Europa se opone al «fin de la hegemonía imperialista» y a que se instale un nuevo multilateralismo.
«Esa es la batalla que se está librando en Ucrania. Estados Unidos y Europa no quieren ver a China creciendo económicamente», anotó el líder sandinista, en referencia a la invasión de Rusia en Ucrania.
Para Ortega, las potencias occidentales «no están preparadas para buscar entendimiento».
«Ellos están preparados nada más para imponer, ocupar, bombardear, asesinar, como lo han hecho a lo largo de la historia», sostuvo.
Durante la fiesta sandinista, que duró cerca de cuatro horas, Ortega condecoró a Gonsalves con la «Orden Augusto César Sandino» en su máximo grado, «Batalla de San Jacinto».