Daniel Gómez (ALN).- “En el mercado siempre hay gente comprando y siempre hay precios”, dice un banquero al que consultó ALnavío. Este y otros especialistas aconsejan a los tenedores de deuda “vender y asumir la pérdida”. No obstante, los Bonos 2027 y 2018 podrían ser una opción interesante para los que ya los tienen, o para aquellos con mayor capacidad de exposición.
Cuando la incertidumbre era total en Venezuela, Rusia dio un respiro financiero al gobierno de Nicolás Maduro con la firma de un acuerdo para la reestructuración de 3.150 millones de dólares de deuda. Dicho acuerdo establece un nuevo calendario de pagos, siendo estos mínimos durante los primeros seis años del plazo total de 10, según un comunicado del Ministerio ruso de Finanzas, recogido por la agencia EFE.
Sin embargo, analistas como Antón Tabakh, de la agencia de calificación RAEX, creen que el acuerdo firmado en Moscú sólo permite ganar tiempo porque de todos modos “la cuestión de la deuda venezolana no puede resolverse de ninguna manera”. El endeudamiento global de Venezuela alcanza los 150.000 millones de dólares, según datos de la agencia AFP.
Por un lado, las autoridades estatales aseguran que seguirán honrando obligaciones. Por otro, calificadoras como Standard and Poor’s y Fitch ya hablan de default en la deuda externa soberana. Interrogantes e interrogantes sobre la mesa, pero una pregunta que se repite: ¿Qué hacer?
“¿Qué debieron hacer?”, responde irónico uno de los banqueros que consultó el diario ALnavío.
Al momento que Maduro anunció la “reestructuración y refinanciación” de la deuda, muchos inversores se deshicieron de los títulos. Otros, en cambio, mantuvieron la calma, cosa de la que ahora se arrepienten. Por lo que ahora este banquero aconseja “vender y asumir la pérdida”.
Los inversores más fuertes, en cambio, sí pueden aprovechar esta situación como una oportunidad para cumplir una de las máximas que expuso el mítico corredor de Bolsa André Kostolany: “A mayor riesgo, mayor rentabilidad”.
Y es que por el mercado de deuda venezolana ya circulan compradores chinos y rusos. También unidades no oficiales de grandes fondos que, debido a su potente posición financiera, adquieren paquetes de deuda sin asumir grandes riesgos.
Otro banquero consultado por ALnavío sostiene que inversores afines a Maduro también quieren sacar partido de esta incertidumbre. “Al Estado le interesa mantener en vilo al mercado. Le están tomando el pulso, y saben que éste no activará el default final porque caerían todos. El Gobierno está en un tablero en el que hay 20%-25% de deuda que ellos mismos pueden colocar y recoger”.
Esta última fuente añade que en el mercado “siempre hay gente comprando y siempre hay precios”. De ahí que el diputado y miembro de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, Rafael Guzmán, dijera que la incertidumbre ante la supuesta reestructuración ya ha movido 15.000 millones de dólares en negocios.
“Se han hecho transacciones por más de 15.000 millones de dólares en estos días de supuesto default, donde gente preocupada precisamente por la situación decide salir de esos bonos al precio que sea, y aquellos que hicieron esas compras a precios muy baratos, pues el Gobierno pagó”, detalló Guzmán, tal como recoge el portal Noticiero Digital.
Los Bonos 2027 y 2018
Para que los jugadores minimicen riesgos, los títulos más interesantes en estos momentos son los Bonos 2027 y 2018, tanto para los que los tienen como para esos jugadores más potentes.
Un tercer banquero al que consultó el diario ALnavío dice que el atractivo del Bono 2027 es que incluye una cláusula colectiva que obliga a todos los tenedores -absolutamente al 100%- a aprobar los movimientos que se hagan con él.
Rafael Guzmán: “Se han hecho transacciones por más de 15.000 millones de dólares en estos días de supuesto default”
Sobre este bono, otro de los banqueros ya consultados añade: “El Bono 2027, anterior al gobierno de Hugo Chávez, está muy bien estructurado”. De ahí que esta fuente también se refiera al Bono Venezuela 2018: “Si bien fue diseñado durante el gobierno de Chávez, presenta la misma estructura que el de 2027”.
Unos trazos más generales para resistir a este mercado los esboza David Osio, director general de Davos Financial Group. “No es momento de reducir posiciones. Es preferible esperar una mayor claridad del escenario antes de tomar una decisión”.
Osio detalló en el informe que Davos publicó este martes que, en estos momentos, la posibilidad de comprar bonos sólo está en manos de inversores con capacidad de tolerar grandes pérdidas. Por lo que, de exponerse, aconseja “operar con bonos de larga duración y precio más bajo, o aquellos que no tengan cláusulas Collective Action que permitan una negociación directa en las cortes estadounidenses”.
Que haya inversores chinos y rusos en el tablero, grandes unidades de inversión, así como fondos del Gobierno operando con la deuda no quiere decir nada. No deja de ser un escenario de altísimo riesgo.
El plan político de Nicolás Maduro
Todos los pasos que han conducido a esta situación han estado marcados por un enorme clima de desconcierto. Tal como dice Davos en su informe, el mismo anuncio de reestructuración de Nicolás Maduro fue confuso: “Notifican el cumplimiento con el pago de 1.120 millones de dólares de bonos de 2017 de PDVSA -la petrolera estatal-, pero dejan en un limbo la cantidad de intereses vencidos, que aún permanece en periodo de gracia”.
Fue confuso el comunicado, como también la reunión con los tenedores de deuda que se celebró en Caracas este lunes. La primera toma de contacto entre inversores y autoridades venezolanas no versó sobre planes financieros, sino sobre política. La sesión, dirigida por el vicepresidente Ejecutivo de Venezuela, Tareck El Aissami, no aclaró qué deparará el proceso de deuda. ¿Será una reprogramación? ¿Una reestructuración? ¿Una refinanciación?, se preguntaban.
Por su parte, la petrolera estatal asegura que ya honró parte de sus obligaciones. En un tuit de este miércoles confirmó que “el pago de intereses PDVSA 2020 y capital de los PDVSA 2017 fueron realizados con éxito”. También que el pago de los intereses del bono 2027 fue ya ejecutado.
Un poco antes, en la madrugada del miércoles, hora española, el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, anunció que ya el Estado inició los pagos de los bonos vencidos.
No obstante, 12 horas después, tenedores de esta deuda soberana seguían en ascuas pues no habían recibido el rembolso.
“¿Serán ineficientes desastrosos o eficientes en su estrategia?”, cuestionaba uno de estos inversores. Y, ¿cuál es su estrategia? Usar el default como un arma político-electoral, tal como se apuntó en una columna de este diario.
Este escenario sin duda es una posibilidad. Dice en el informe Andrés Coles, director de Davos Advisor, que “el llamado a la reestructuración podría ayudar temporalmente a la liquidez doméstica, para reducir la escasez de bienes reforzando la popularidad del presidente”. Una “ilusión temporal” que el mandatario podría usar para convocar elecciones anticipadas.
El papel de Rusia y China
Agrega Davos que “posiblemente Maduro no se ha quedado totalmente sin dinero, o Rusia y China siguen dispuestos a intervenir”, como finalmente así ha sido en el caso ruso. Por lo que “el anuncio pudiera ser un intento de medir la reacción del mercado a la idea de una reestructuración”.
Algunos analistas apuntaban que a Rusia y China ya se les está acabando la paciencia. Y es que Venezuela tiene deudas con los rusos de 8.000 millones de dólares, y de 28.000 millones de dólares con los chinos, precisó el periódico colombiano El Tiempo.