Daniel Gómez (ALN).- Qué bien lo pasó Nicolás Maduro con Max Blumenthal. En una montaña, con Caracas de fondo y los pajaritos cantando, Maduro y el periodista se la pasaron conversando sobre lo bien que lo hace el régimen, todo el apoyo que tiene, y lo malo que es Estados Unidos. Luego la realidad dice otra cosa, aunque eso ya es otra historia.
“Yo creo en la verdad. La verdad es capaz de romper cualquier muro. Cualquier diferencia. Yo soy un hombre humilde, un conductor de autobús. Chavista. Formado por el comandante Hugo Chávez. Nada de lo que nosotros tenemos lo hemos hecho por la fuerza. La revolución bolivariana seguirá su curso, y la verdad se abrirá camino”.
Son palabras de Nicolás Maduro en la entrevista que le realizó hace una semana el periodista estadounidense Max Blumenthal, editor del portal Grayzone Project, un medio especializado en “arrojar una luz periodística sobre el estado de guerra perpetua de Estados Unidos y sus peligrosas repercusiones internas”. Así dice su página web.
Blumenthal se pasó la entrevista asintiendo. Como un alumno que escucha atentamente a un profesor. Y ese profesor era Maduro, a quien nunca se le vio tan relajado, quizá por el ambiente, en medio de la montaña, con Caracas de fondo y los pajaritos cantando.
La primera pregunta de Blumenthal fue sobre el supuesto apoyo que tiene Maduro y que el mundo no ve. Para justificarlo el periodista se refirió a dos eventos celebrados recientemente en Caracas. La Cumbre de Países No Alineados, un congreso de carácter ministerial en el que el principal invitado fue un vicecanciller, el ruso Serguéi Riabkov. Y el Foro de Sao Paulo, salvado por el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en el último momento.
Pese a lo deslucido de las citas, Blumenthal preguntó: “¿Cómo estos dos eventos, particularmente el Movimiento de Países No Alineados, confirman que el golpe ha fracasado y que usted es el presidente legítimo?”.
Merece la pena entrar al detalle en la pregunta. El periodista, como Maduro, da por hecho que la irrupción de Juan Guaidó es un golpe orquestado por EEUU. Y da por hecho también que Maduro es un presidente legítimo, yendo en contra, por tanto, del dictamen de buena parte de la comunidad internacional, la cual considera que las elecciones presidenciales que ganó Maduro en mayo de 2018 fueron un fraude.
Pero esta entrevista no era para confrontar a Maduro, sino para dejar que se explicara. “Venezuela es un lugar de encuentro para debatir ideas y soñar con el futuro, que es lo más importante”, dijo Maduro luego de una larga reflexión en la que habló de feminismo, medio ambiente y lucha social, y en la que afirmó que el foro de los no alineados y el Foro de Sao Paulo fueron un éxito diplomático.
A Maduro el periodista le sugirió que los Comités Locales de Abastecimiento y Producción Locales, los CLAP, son un éxito, y por supuesto Maduro lo confirmó diciendo que dan alimento al 80% de la población.
De los CLAP, la oficina en Ginebra de Michelle Bachelet, Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, dijo que no cubren las necesidades nutricionales de la población, y que son un arma política pues el régimen obliga a los beneficiaros a tener el carnet de la patria, con el que Maduro ficha a los ciudadanos.
Cuando Maduro enfureció
Seguían sonando los pajaritos, reinaba la calma, hasta que a Maduro le sacaron el tema de EEUU. Entonces se encendió. Dijo que el gobierno de Donald Trump está plagado de “extremistas del Ku Klux Klan” que les amenazan. Que les atacan. “Al igual que el KKK que atacó las casas de activistas de derechos civiles, están tratando de atacar nuestra casa, Venezuela”.
– Nuestra legitimidad es real, cierta, fuerte. Por eso fallan y seguirán fallando, Max. Escríbelo. Estamos en 2019 y han fallado. Continuarán fracasando en sus intentos de golpe de estado, su desestabilización, fracasarán en todo, los venceremos en todo con votos, con el pueblo, con la democracia, con la libertad, con las instituciones. Ahora, hace un año, será un año en agosto [la entrevista se hizo a finales de julio], hubo un intento. Puedo decirle que hoy tengo pruebas de que el intento de asesinato fue ordenado por John Bolton en la Casa Blanca, dijo Maduro.
– ¿Está diciendo que John Bolton ordenó personalmente un intento de asesinato en su contra?, preguntó Max Blumenthal.
– Si cavas más profundo, lo verás algún día. La prueba saldrá como John Bolton, en coordinación con el entonces presidente colombiano, Juan Manuel Santos. Le dieron la tarea a Julio Borges, un exdiputado en Venezuela.
“Sobrevivimos ese día”, agregó Maduro. “Gracias a Dios y nuestra buena fortuna, estamos vivos y triunfantes. Más triunfante que nunca”.
Maduro se refirió al supuesto atentado de los drones que sufrió el 4 de agosto de 2018. Nunca el régimen presentó pruebas rotundas sobre la autoría de ese atentado.
Maduro también sugirió que EEUU ha enviado a Venezuela agentes especiales. Se sorprenderán con el nombre, pero uno de ellos es Jorge Ramos, el periodista de Univisión que Maduro expulsó del Palacio de Miraflores luego de que le entregara una lista con más de 400 presos políticos detenidos por su régimen.
Blumenthal se pasó la entrevista asintiendo a cada una de las respuestas. Como un alumno que escucha atentamente a un profesor. Y ese profesor era Maduro, a quien nunca se le vio tan relajado, quizá por el ambiente, en medio de la montaña, con Caracas de fondo y los pajaritos cantando.
En la entrevista, Maduro le explicó a Blumenthal que Jorge Ramos “es un agente especial de los Estados Unidos”. No un periodista. Si lo recuerdan, Ramos fue el presentador de Univisión que Maduro expulsó del Palacio de Miraflores luego de que le entregara una lista con más de 400 presos políticos detenidos por su régimen.
“Él es un agente. Jorge Ramos es un agente de inteligencia de los Estados Unidos y juega un papel. Han tratado de convertirlo en un periodista anti-Trump, pero la comunidad hispana y latina en los Estados Unidos debería saber que es un agente pagado. Vino con un plan, y falló. No vale la pena hablar de él. Está en el pasado y su provocación fue mala para él”, dijo Maduro.
Blumenthal por lo menos tuvo la consideración de decir que “no ha visto evidencia de que Ramos es un agente especial de EEUU”. Y también dijo que se encontró con Ramos en un avión. Que lo confrontó porque no estaba de acuerdo con la entrevista que le hizo a Maduro. Sin duda, lo que está claro es que Ramos y Blumenthal son totalmente opuestos. Mientras el primero asfixió a Maduro con sus preguntas, el otro le dio aire.
En la entrevista Maduro se expresó a gusto. Está acostumbrado pues en Venezuela es suyo el control de los medios de comunicación, aunque él luego dice que lo censuran en el resto del mundo (a esto también asintió Blumenthal). Por eso en la entrevista escasean las noticias. Aunque sí dejó algunas claves.
Como que le dolió investigar a dirigentes chavistas corruptos, como el exZar de PDVSA, Rafael Ramírez, citado por el periodista. “Depende de mí encarcelar a funcionarios de alto nivel, de PDVSA, por ejemplo, donde revelamos una mafia. Ese hombre que mencionaste, Rafael Ramírez, es el mafioso más grande, el ladrón más grande. Me duele decirlo, porque él estaba con nosotros. Chávez confió en él, y se burló y traicionó la confianza de Chávez. Ahora vive en un enorme palacio en Italia, protegido por el gobierno de los Estados Unidos”.
Maduro dio claves también sobre su objetivo en la negociación que mantiene con Guaidó, auspiciada por Noruega. No son las elecciones. Ni siquiera las parlamentarias, las que Maduro persigue. No. Es la permanencia. Permanecer en el poder.
“Lo fundamental, lo verdaderamente fundamental de esta etapa en el diálogo que tenemos con la oposición en Barbados, con el apoyo de Noruega, es establecer un diálogo permanente con una agenda permanente para comenzar a mostrar avances en acuerdos parciales, en un entendimiento soberano entre venezolanos”, dijo Maduro.
Quizá esta frase antes hubiera pasado por alto. Pero ahora, que Maduro cayó en la trampa de Bolton levantándose de la mesa de negociación, queda más claro que su objetivo es permanecer en el poder. De ahí lo de un “diálogo permanente”.