(EFE).- El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ordenó hoy a sus tropas avanzar en todas direcciones después de tres días de ofensiva militar en Ucrania y acusar al presidente de ese país, Volodímir Zelenski, de negarse a sentarse con él en la mesa de negociaciones bajo sus condiciones para detener la guerra.
«Después de que la parte ucraniana rechazara el proceso de conversaciones, hoy se les dio a todas las unidades la orden de iniciar la ofensiva en todas las direcciones en correspondencia con el plan de la operación», declaró el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Ígor Konashénkov.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró este sábado que Putin, en calidad de comandante en jefe, ordenó el viernes detener el avance del grueso de las tropas rusas a la espera de una respuesta positiva de Zelenski, pero al no producirse ésta en el sentido que esperaba, se retractó en su decisión y se reanudó la ofensiva.
OFENSIVA TOTAL TRAS UNA «PAUSA»
La supuesta pausa decretada por el presidente ruso no se sintió en ninguno de los principales focos de combate, en los que las Fuerzas Armadas de Rusia destruyeron 821 objetivos militares ucranianos con misiles de crucero terrestres y navales, según el parte ruso.
En Kiev, ya de madrugada, se oyeron explosiones y tiroteos, pero la Alcaldía de la ciudad aseguró que no hay tropas regulares rusas allí, sino grupos de sabotaje.
Zelenski, quien permanece en la ciudad pese a las propuestas de evacuación hechas por EEUU, aseguró que «los ocupantes querían bloquear el centro del país y poner títeres (prorrusos) aquí, como en Donetsk», en el este de Ucrania.
«Desbaratamos su plan, no obtuvieron ninguna ventaja sobre nosotros», afirmó.
UN DIÁLOGO INCIERTO
«La mentira de los rusos de que supuestamente tenían la orden de detenerse es desmentida por la propia realidad que vio el mundo entero la noche del sábado. Y esta mañana. La lucha fue feroz, con la máxima intensidad. Precisamente porque el presidente Zelenski no acepta ninguna condición y ultimátum inaceptables para Ucrania. Sólo negociaciones en toda regla», recalcó el asesor del jefe de la Oficina de la Presidencia ucraniana, Mykhailo Podoliak.
«Sus comentarios de que supuestamente nos negamos a negociar son solo parte de sus tácticas. Están tratando de llevar las negociaciones a un callejón sin salida incluso antes de que comiencen», afirmó.
El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, dejó el viernes claro cuál es la condición que pone Rusia para negociar.
Según dijo, el diálogo será solo posible «tras la restauración del orden democrático en Ucrania», es decir después de un cambio de Gobierno en Kiev.
Putin llamó además a un golpe de Estado a los militares al instarles a «hacerse con el poder», pues considera que sería más fácil hablar con ellos que con Zelenski.
El jefe del Kremlin quiere «desmilitarizar y desnazificar» Ucrania, y exigirle que no ingrese jamás en la OTAN
El mismo Zelenski ha dicho que no tiene miedo a debatir la neutralidad de su país con respecto a la Alianza Atlántica a cambio de unas garantías para Ucrania.
El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, ha ofrecido Minsk como sede de las conversaciones y, tras abordar esta posibilidad con Putin, instó hoy a Zelenski a aceptar la oferta, si bien éste considera que el líder autoritario no es independiente y ha propuesto como alternativa Varsovia, según el Kremlin.
«Estamos abiertos. Que vengan hoy. Brindaremos y ayudaremos por completo en este sentido para evitar una guerra y una matanza. Por el momento, esto es un conflicto. El conflicto está en la etapa de ignición. Debemos detenerlo. Lo dije el primer día», señaló este sábado Lukashenko, según la agencia oficial BELTA.
RUSIA ASEGURA QUE LOGRA RESULTADOS EN EL ESTE
Kiev asegura que mantiene el control del país, pero desde Moscú Konashénkov dio una versión triunfalista de la operación rusa, al destacar el avance de las milicias separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania.
Aseguró que las milicias separatistas prorrusas tomaron nuevos pueblos con ayuda del Ejército ruso en la dirección de Rubézhnoye.
«Hoy las fuerzas de la república popular de Lugansk avanzaron a una profundidad de 46 kilómetros y tomaron los pueblos de Shchastia y Murátovo», informó, al destacar que las de Donetsk avanzaron en unos 10 kilómetros y se apoderaron de Starognátovka, Otkiabrskaya y Pavlópol.
El mando militar ruso afirmó además haber causado graves daños a las defensas ucranianas, con la destrucción de 87 tanques y vehículos blindados, 28 lanzaderas múltiples y 118 vehículos y equipos militares.
Konashénkov aseguró además que los soldados rusos «toman todas las medidas para garantizar la seguridad de la población civil», algo que quedó en entredicho después de que un misil impactase en horas de la mañana en un edificio de apartamentos en la capital.
«Una brutalidad más de los ocupantes rusos que, de ninguna forma, se podrá ocultar al mundo y a los rusos», denunció Antón Gueráschenko, asesor del ministerio ucraniano del Interior.
Las autoridades ucranianas han acusado al Ejército ruso de apuntar contra zonas pobladas y no sólo contra objetivos militares, como asegura el Kremlin y el Ministerio de Defensa de Rusia, desde el comienzo de la invasión en la madrugada del jueves.