Redacción (ALN).- La fecha más importante en el horizonte político cercano de Venezuela, el 10 de enero –cuando un nuevo presidente debe jurar el cargo para seis años–, está a 50 días desde este jueves, 21 de noviembre, y los ciudadanos aguardan expectantes por el fin de una crisis que se prolonga en el tiempo.
En medio de esta obligada espera, mientras se cumplen los lapsos de tiempo que establece la Constitución venezolana, la situación política y económica no mejora en Venezuela, un país que alguna vez fue uno de los más prósperos en la región latinoamericana y que ahora ve a sus ciudadanos emigrar para escapar de las dificultades.
¿Cuál es el estado de las principales fuerzas políticas tras las controvertidas elecciones del 28 de julio pasado? Dos analistas ayudan a Crónica Uno a lanzar luces sobre las sombras que genera la incertidumbre por saber qué pasará tras el 10 de enero.
Las promesas de la oposición
Esta semana, el que fuera el candidato de la oposición mayoritaria, Edmundo González, afirmó que regresará a Venezuela para jurar el cargo como presidente ante el Parlamento, de mayoría chavista.
Estas afirmaciones incluso desafían a otras de Tarek William Saab, fiscal desginado por la extinta Asamblea Nacional Bolivariana, quien apuntó que las autoridades detendrán a González si vuelve al país.
“El afirma que va a juramentarse como lo manda la Constitución porque asumir que no va a juramentarse va a representar una derrota mediática para la oposición de forma muy temprana. Entonces, tiene muy recortadas las opciones en cuanto a lo que él pueda transmitir a sus electores”, dijo a Crónica Uno el consultor político Pablo Quintero.
Quintero señaló que Edmundo González no tiene posibilidades reales de regresar a Venezuela pese a sus constantes promesas de hacerlo.
En tanto que el analista Aníbal Sánchez coincidió con Quintero al señalar que “cada vez se percibe menos probable” que el excandidato opositor regrese al país.
Es por ello que cree que los escenarios reales para Edmundo González son pocos y ninguno contempla regresar al país: permanecer en el exilio, ejercer la dirección de algún centro de control opositor en el exterior o tratar de forzar su juramentación, algo que solo podría ocurrir si ocurre un quiebre institucional en Venezuela.
Los peligros que enfrenta el chavismo
De cara al gran público el chavismo triunfó. No solo porque el Consejo Nacional Electoral (CNE) lo proclamó como ganador de las elecciones presidenciales del 28 de julio pasado, sino porque la oposición se desmovilizó y Edmundo González salió del país.
Pero pese a controlar el escenario interno, el chavismo enfrenta problemas ante la comunidad internacional, que exige las pruebas del triunfo de Maduro el 28J.
“A día de hoy, la única presión a partir de activismo político que puede sentir Maduro es el dirigido desde el exterior por medio de una campaña comunicacional, a lo que se le sumó un cyber activismo bien asesorado de crear rumores y temores con el único fin de desgastar voluntades y mantener un ejército de acólitos y que no han podido ser activados”, dijo Sánchez.
Este experto también consideró que el chavismo entiende “que se le viene una crisis de legitimidad de origen”, una vez Maduro jure el cargo ante el Parlamento el 10 de enero.
Esto, apuntó, se va a traducir en mayor presión por medios diplomáticos, sanciones y persecución judicial contra los jerarcas de la llamada revolución bolivariana.
Por otro lado, Quintero dijo que si bien Maduro encontrará presión en Estados Unidos, algunos países de la región latinoamericana y otros de Europa, ya cuenta con el respaldo firme de naciones fuertes en el escenario internacional como Rusia o China.
“Pudiéramos estar vislumbrando escenarios muy parecidos al 2019, donde parcialmente se reconoció el Gobierno de Maduro y parcialmente no se reconoció, y esto por supuesto genera muchísimos dilemas al momento de gestionar la economía del país”, señaló Quintero.
El 10E y un escenario que alimenta la crisis
Quintero también cree que el chavismo y el propio Maduro no están en una posición de fuerza absoluta, en vista de los cuestionamientos internacionales a la pasada elección, y que la crisis podría tener un nuevo pico de tensión con la juramentación del gobernante chavista, que está en el poder desde 2013.
“Pero desde el punto de vista partido-Estado, están bien cohesionados y trabajando en mantener una unidad de cara al 10 de enero, incluso dentro del estamento militar”.
Al mismo tiempo, el posible rechazo de EE. UU. impedirá que el nuevo gobierno de Maduro consiga “dinero fresco en los mercados”, lo que se sumará a la expectativa que genera “que te revoquen licencias” o se produzca otra batería de sanciones.
Sánchez, por su parte, aclaró que ”el Trump modelo 2025 no es el mismo modelo 2019”, puesto que ahora tiene “más cultura política (y) sabe quienes lo engañan o intentan comprar”, por cuanto será cauto a la hora de tratar el tema venezolano.
Tomada de Crónica Uno.
Síguenos en nuestro canal de Telegram aquí