Daniel Gómez (ALN).- El dinero físico pierde fuerza. La tarjeta, e incluso el móvil, han sustituido los pagos tradicionales y con un solo gesto se puede cerrar una transacción. Pero es que hasta ese gesto está destinado a desaparecer. En ello coinciden Paloma Real, directora de Mastercard España, y Carlos Palacio, director de desarrollo de producto de Santander España.
Usar el teléfono móvil para pagar una barra de pan ya no es una locura. Hay aplicaciones que lo permiten. La tecnología contactless (pago sin contacto) ha evolucionado mucho en los últimos años, y esto ha permitido la proliferación de apps que permiten este tipo de transacciones.
Un ejemplo es Apple Pay de Banco Santander. Con esta plataforma no sólo se elimina el uso de la tarjeta como herramienta de pago. También evoluciona el propio gesto del pago. Ya es posible ir a un restaurante y abonar la cuenta con la huella dactilar.
Hacia este mundo avanza el sistema financiero. Al menos, ese es el horizonte que dibujan Carlos Palacio, director de desarrollo de producto de Santander España, y Paloma Real, directora de Mastercard España, en el foro “No Money” que celebra el diario El País este jueves en Madrid.
Para que los móviles se conviertan en la nueva tarjeta de crédito, Paloma Real precisa que la experiencia del usuario debe ser sencilla y cómoda: “Que no haya fricciones y que sea fácil de usar, donde el registro sea fácil”.
Luego, la directora de Mastercard indica que tiene que ser un gesto cotidiano, que se haga a menudo. “Que no sólo sea una solución local, sino global. Que no tenga fronteras físicas ni de dispositivos”.
Palacio, sobre las formas de pago del futuro: “Si al cliente no le valen la pena, no las va a utilizar”
Por último, destaca el valor: “Que añada valor. El pago con una tarjeta es tan cómodo que un teléfono no sustituye este uso. Ahí digo lo de añadir valor para integrar el momento del pago dentro del acceso al servicio”.
Este último punto es el que da forma a un futuro que ya hoy es realidad. Ocurre con Apple Pay y ocurre cuando, por ejemplo, se contrata un servicio de Uber y Cabify. Se solicita el taxi a través de la aplicación, usted hace el viaje, llega al destino indicado, se despide del conductor y la factura ya la cobra la aplicación. Y es que como apunta el directivo de Santander España, la experiencia es fundamental: “Si no al cliente no le vale la pena, no la va a utilizar”.
Educación y seguridad
A las claves recopiladas por Real, Carlos Palacio agrega dos más. La primera es la educación. “Todavía el 80% de las transacciones de pago son en efectivo. Todavía en comercios las personas se sorprenden por ver el pago sin contacto. Nosotros nos aseguramos de que nuestros empleados lo hagan. Les animamos a pagar con el móvil. Para mí la educación es fundamental y nosotros podemos ayudar ahí con este tipo de medidas”, asegura.
El segundo y último punto es la seguridad: “Tenemos que comunicar y transmitir que con las biometrías que guían estos procedimientos son seguros. Esto es algo que podemos asegurar”.