Redacción (ALN).- El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció la asignación de créditos por un monto total sin precedentes para beneficiar la liquidez mundial y Venezuela -en medio de una crisis económica, política y social inédita desde hace años- no podrá aprovechar semejante oportunidad.
La Junta de Gobernadores del FMI, como se le identifica por sus siglas en castellano, aprobó el lunes de esta semana una asignación de “derechos especiales de giro” o créditos por un total de 650.000 millones de dólares para “apuntalar la liquidez mundial”, según informó el organismo financiero en un comunicado.
Se trata de “una decisión histórica” que busca dar “una inyección de ánimo” a la economía mundial tras el estancamiento por la pandemia del COVID-19 y que beneficiará a todos los países miembro, describió la directora general del FMI, Kristalina Georgieva. Según la vocera, la milmillonaria medida aspira a mejorar las reservas globales, generar confianza y ayudar a las naciones “más vulnerables” que luchan contra “los estragos” del nuevo coronavirus.
Se conoció que 42% de los derechos especiales de giro del FMI, es decir, 275.000 millones de dólares, se asignará a países de mercados emergentes y en desarrollo. También, se precisó que las asignaciones entrarán en vigor a partir del 23 de agosto próximo y serán acreditadas a los integrantes del FMI “en proporción con sus actuales cuotas en la institución”.
Los derechos especiales de giro o DEG sirven como “una divisa” entre los países miembro, que procura el crecimiento económico a partir del crédito y “ampliar la base de activos” del FMI, explica Luis Angarita, economista experto en relaciones internacionales y docente de la Universidad Central de Venezuela.
El último precedente similar data de la crisis financiera mundial de 2009. Venezuela podría recibir el equivalente a 5.000 millones de dólares de esos DEG, pero su “conflicto de reconocimiento y legitimidad” lo entorpece, dice.
“El FMI no reconoce a los representantes de Venezuela, ni del Banco Central (afín al gobierno de Nicolás Maduro), lo que impide que nuestro país sea beneficiario de estas acciones”, precisa Angarita a la Voz de América.
Relaciones rotas
El economista y coordinador de la maestría en economía internacional de la Universidad Central de Venezuela, Alfredo Ordóñez, atribuye la dificultad de Venezuela a beneficiarse de esos DEG por tres razones: el rompimiento del gobierno con todos los organismos multilaterales con los que no comparte “filosofía política”; que el FMI da prioridad a economías de libre mercado y sustentadas en valores democráticas, categoría que no calza a la venezolana; y el rompimiento institucional del Banco Central de Venezuela con el organismo.
Venezuela llega al momento de los nuevos créditos del FMI “en condiciones bastante desiguales” en comparación con otras economías, observa. Menciona, por ejemplo, el desplome paulatino de la producción petrolera -el país solo produjo 529.000 barriles al día en junio pasado-, cuando era hace décadas su principal y más firme carta de presentación ante el FMI.
Henkel García, analista financiero y director de la firma Econométrica, afirma que las relaciones entre el Fondo Monetario Internacional y el gobierno de Maduro, así como de su predecesor, Hugo Chávez, han sido “muy malas”.