María Rodríguez (ALN).- Si aciertan las encuestas Nayib Bukele presidirá El Salvador hasta 2024. No será un gobierno fácil, ni siquiera arrasando en las urnas. Viene de la izquierda, lo apoya una coalición de centro-derecha y tendrá que conformarse hasta las elecciones legislativas de 2021 con un grupo parlamentario muy reducido: 10 diputados de 84. Aun así, Bukele atrae a buena parte de los salvadoreños por su liderazgo, juventud, carisma y un discurso de ruptura con los partidos tradicionales.
El candidato Nayib Bukele encabeza todas las encuestas para ser el próximo presidente de El Salvador. Los comicios se celebran el 3 de febrero y al menos tres sondeos (el de las empresas Cid Gallup y Mitofsky y el de la Universidad Francisco Gavidia) dicen que Bukele ganará en primera vuelta. Los expertos consultados por ALnavío señalan que, si Bukele vence, no lo tendrá tan fácil para gobernar, ni siquiera arrasando en las urnas.
Viene de la izquierda, lo apoya una coalición de centro-derecha y tendrá que conformarse (hasta las próximas elecciones legislativas de 2021) con un grupo parlamentario muy reducido: 10 diputados de los 84 que conforman la Asamblea Legislativa de El Salvador. Esto último será el principal escollo de Bukele para gobernar, tal como subraya Manuel Alcántara, catedrático de Ciencias Políticas y de la Administración de la Universidad de Salamanca, especializado en sistemas políticos en América Latina.
Comparte esta postura Rogelio Núñez, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid). Núñez añade que también será complicada la convivencia dentro de la coalición, donde chocarán ideologías de izquierda y de derecha.
Núñez: “Su aspiración es ganar en primera vuelta, no porque en una segunda vuelta tuviera problemas, sino por el empuje de legitimidad que recibiría»
Bukele fue alcalde de San Salvador con el FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional), el partido de izquierda que actualmente gobierna el país. Pero ahora las cosas han cambiado y Bukele se presenta a la Presidencia por la conservadora Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), una escisión de Arena (Alianza Republicana Nacionalista), de larga tradición en el gobierno de El Salvador.
Existen varias razones que explican la popularidad del candidato de GANA. “Una es el fuerte desencanto de la población con la gestión de los 10 años del FMLN como alternativa de cambio, y con los 20 años de gobierno de la derecha con Arena. Encuestas de opinión de 2017 y 2018 ya preveían el rechazo de la población, tanto a la continuidad del FMLN al frente del gobierno como al retorno de Arena”, explica Mario Zetino Duarte, director de Investigación de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.
Y es que Bukele, aunque no es un recién llegado a la política, mantiene un discurso anti-establishment que atrae, en un momento en el que la población salvadoreña cuestiona a las élites políticas tradicionales. “Es una figura bastante carismática, joven, con liderazgo, que apela al cambio y rompe con los partidos tradicionales”, añade Núñez. Y eso que el FMLN lo apoyó para la Alcaldía de San Salvador en 2005. “Pero a parte del electorado le suena como algo nuevo, que no tiene que ver ni con Arena ni con el FMLN”, insiste este experto.
Los puntos débiles de Bukele
Bukele también cuenta con puntos débiles. Zetino subraya que la alianza de Bukele con un partido de derecha “contradice su propio discurso contra la derecha”. Insiste en que no cuenta con miembros suficientes en el Parlamento que potencien y garanticen su gestión y que se prevén “fuertes contradicciones internas” en la coalición para gobernar. Además, subraya que Bukele no tiene experiencia de gobierno a nivel nacional; que le falta dominio de temas económicos, de política internacional y de desarrollo del país, y capacidad tanto de debate como de diálogo. Respecto a su personalidad, Zetino la califica de autoritaria y prepotente.
Núñez, como Zetino, critica que sea un hombre que rehúya el debate. “En su campaña hay mucho personalismo y tendencia a la polarización, que hace más compleja la posibilidad de establecer acuerdos con los partidos”, apunta Núñez.
“Su aspiración es ganar en primera vuelta, no porque en una segunda vuelta tuviera problemas, sino por el empuje de legitimidad que recibiría y la carga de legitimidad a la hora de negociar con los dos enemigos: FMLN y Arena”, añade este experto.
Para Álvaro Valle, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en El Salvador, Bukele es un líder carismático con “poca o nula experiencia política”, aunque eso sí, “sabe manejar hábilmente las redes sociales y generar frases que satisfacen a una clase media urbana inconformista, poco crítica y hastiada de la corrupción”.
Ahora bien, “aunque mi lectura pueda ser arriesgada, y a pesar de las encuestas, dudo que Bukele gane la Presidencia”, dice Valle. Este investigador cree que vencerá Arena, “no porque tenga una amplia base popular o se trate de un partido que despierte entusiasmo o tenga una propuesta sólida, sino porque es un partido tradicional cuyo voto duro se va a movilizar”.
En otras palabras, “lo que creo es que GANA partirá el voto del FMLN. En un contexto en el que el abstencionismo será muy alto, Arena tendrá la capacidad de movilizar tanto su voto duro como gran parte del electorado inconforme tradicional, lo que le dará la victoria”, dice Valle.
¿Cómo deja Salvador Sánchez El Salvador?
La mala gestión, sobre todo en el ámbito de la seguridad y de la lucha contra la corrupción, le pesa al gobierno presidido por el exguerrillero Salvador Sánchez Cerén. En esto insiste Núñez, y añade otro punto, el económico. “Con un crecimiento bastante endeble no se pueden encauzar las demandas sociales”, apunta. “Todo ello está penalizando durísimamente al FMLN, y por muy buen candidato que tuvieran, esto provoca muchas dificultades para tener un buen papel en las elecciones”, insiste.
Según datos del Banco Mundial, el Producto Interior Bruto de El Salvador creció 2,8% en 2018. En 2019 se desacelerará el crecimiento hasta 2,5%, y hasta 2,4% en 2020.
En el ámbito internacional habrá un cambio muy destacado. Si gana Bukele el gobierno de Nicolás Maduro se quedará aún más aislado, también en Centroamérica.
En 2 semanas El Salvador también se distanciará del régimen de Maduro
Bukele, “aunque no ha dado una declaración tajante, ya ha condenado al gobierno de Maduro”, dice a este diario Rafael Molina, catedrático de Derechos Humanos y Educación para la Paz de la Universidad de El Salvador.
Un paso que evidentemente no ha dado -ni tiene intención de hacerlo- el gobierno actual, presidido por Sánchez Cerén. Este presidente fue de los pocos mandatarios (apenas cinco) que acudieron a la juramentación de Maduro en Caracas. Un mandato que medio mundo no reconoce.
Este distanciamiento de Venezuela “le serviría a Bukele como una forma de ganarse a determinados aliados dentro de la coalición”, apunta Núñez. Es decir, que mejoraría la convivencia política con sus propios aliados, más de ideología de derecha que Bukele.