Daniel Gómez (ALN).- En 1990 la renta per cápita de Panamá era de apenas 5.000 dólares. Ahora supera los 25.000 y dentro de cinco años el Fondo Monetario Internacional estima que se sitúe en 35.400. A excepción de Qatar, ningún país en el mundo ha mejorado tanto sus niveles de riqueza en las últimas tres décadas.
La renta per cápita mide la riqueza de los ciudadanos de un país. Un indicador que convierte a Panamá en líder en América Latina. Y también en el mundo. En las últimas tres décadas, sólo Qatar tuvo un mejor rendimiento que el país latinoamericano, apuntan los economistas Alejandro Santos y Metodij Hadzi-Vaskov en el blog económico del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En 1990, la renta per cápita de los panameños era de apenas 5.000 dólares. En 2018 fue de 25.000 dólares. Y el FMI estima que en los próximo cinco años se incrementará hasta 35.400 dólares, niveles parecidos a los que ahora tienen Lituania, Eslovaquia y Eslovenia.
La expansión económica ha generado riqueza. “No hay ninguna economía en el mundo -a excepción de Qatar– que haya experimentado más crecimiento con un ingreso per cápita más alto que Panamá en el último cuarto de siglo”, explica los economistas.
De cumplirse las anteriores previsiones, “Panamá bien podría ser la primera economía avanzada de América Latina”. De hecho, en 2019 superará a Chile como el país con mayor renta per cápita del continente.
La economía que más crece en América Latina
Panamá ha sido la economía más dinámica de América Latina en los últimos 25 años. Según el FMI, entre 1993 y 2018, el Producto Interior Bruto del país ha crecido a ritmo de 5,9%, un punto por encima de otras pujantes economías como Chile, Perú y República Dominicana, y el casi el doble de rápido que el promedio de la región, de 2,9%.
Este “desempeño de primera” coloca a Panamá en el ranking de los países que más han crecido en el último cuarto de siglo. Ocupa el puesto 23. “Está casi en el décimo percentil más alto de los episodios de fuerte crecimiento a nivel internacional. Por lo general, las economías productoras de gas y petróleo como Azerbaiyán, Guinea Ecuatorial y Turkmenistán, junto con China, son las que predominan en los episodios de crecimiento vigoroso”.
Panamá es un país pequeño. De apenas 75.517 kilómetros cuadrados. No tiene petróleo. No tiene gas. Sus reservas mineras son escasas si se comparan con otros países de Latinoamérica. Pero crece como ninguno en la región y este 2019 los panameños superarán a los chilenos como los más ricos, según el FMI.
Estabilidad y el Canal de Panamá
Esta historia de éxito nace a partir de 1980. “A partir de entonces el país decidió aplicar políticas que mejoraron el clima de negocios, abrieron el comercio exterior y privatizaron las empresas públicas. Por añadidura, adoptó prácticas modernas sobre normativa bancaria, instituyó disciplina fiscal y fortaleció el régimen de dolarización”.
Son cambios que, como recuerda el FMI, estuvieron respaldados por programas de apoyo de la institución. “Los programas proporcionaron los conocimientos sobre políticas y la asistencia técnica necesarios; por ejemplo, en administración tributaria y gestión de activos y deudas”.
La historia de éxito de Panamá tampoco se entiende sin el Canal. Centro neurálgico del comercio mundial y una infraestructura que ha liderado la inversión en el país en la última década, sobre todo por las obras de ampliación desarrolladas entre 2009 y 2016.
Tras la expansión del Canal, los niveles de inversión en el país avanzan hacia la moderación. “Se proyecta que la participación de la inversión en el ingreso nacional convergerá hacia un nivel más sostenible, lo cual implica una disminución de la contribución del capital al crecimiento de aproximadamente un punto porcentual por año”.
Los 4 consejos del FMI
Las proyecciones del FMI dicen que Panamá crecerá 6% este 2019. Seguirá al frente del crecimiento en Latinoamérica, pero para 2020 y 2021 rebajará estos impulsos hacia niveles de 5,5%.
Para mantener el dinamismo, los economistas del FMI fijan cuatro retos. Y se los lanzan al próximo presidente del país, Laurentino Cortizo, el líder del Partido Revolucionario Democrático, quien entrará en funciones el 1 de julio.
– Mejorar la calidad de los servicios públicos. Esto es “esencial”, dicen los economistas del FMI. “Se debe centrar la atención en la calidad de la educación, la mejora de los servicios de salud pública y la modernización de los programas de formación y capacitación”.
– Trabajadores más cualificados. En Panamá los trabajadores extranjeros no lo tienen fácil, ya que la regulación es muy estricta en ese sentido. “Facilitar el otorgamiento de permisos de trabajo para trabajadores muy calificados ayudará a eliminar lagunas e impulsará el potencial de crecimiento de Panamá”.
– Trasparencia financiera. Panamá ha abierto su sistema financiero, pero lidia con el sambenito de ser un paraíso fiscal para el dinero negro. Por eso el FMI insiste: “Es importante mejorar la transparencia financiera, el intercambio de información tributaria y el clima de inversión. Al continuar fortaleciendo la transparencia e integridad financiera, Panamá podría aprovechar aún más su ubicación geográfica excepcional y su centro financiero regional para respaldar las inversiones en logística, transporte y comercio internacionales y en un núcleo financiero”.
– Disciplina fiscal. En este aspecto el FMI pide “prudencia”. Con el fin de continuar “siguiendo la regla fiscal y brindando respaldo al flamante consejo fiscal para que el coeficiente deuda pública/PIB mantenga una trayectoria descendente”.