Por José Guerra (ALN).- Venezuela enfrenta una situación fiscal explosiva. Los precios del petróleo luego del acuerdo de la OPEP lejos de recuperase se han desplomado hasta alcanzar -la cesta venezolana- el 17 de abril el irrisorio nivel de13 dólares por barril, con el cual no se cubren los costos de producción, situados en promedio cerca de 27 por barril.
Según la OPEP, la producción de Venezuela disminuyó en marzo 100.000 barriles diarios con relación a febrero, con lo cual se ubica en apenas 600.000 barriles por día.
La combinación de precios a la baja y la caída en picada de la producción ha determinado la desaparición del ingreso fiscal petrolero por cuanto los costos exceden los ingresos que genera la producción. Es la primera vez que ello ocurre en Venezuela.
Todo dependerá de la futura evolución de los precios petroleros por cuanto la producción no luce factible de que se recupere en el mediano plazo porque las inversiones requeridas no se podrán realizar pues todas las empresas petroleras están cortando gastos y Petróleos de Venezuela, PDVSA, no tiene flujo de caja para apuntalar las inversiones.
El mejor estimado de ingresos petroleros por exportaciones petroleras para 2020 se sitúa en 4.500 millones de dólares, cifra inferior a los costos de producción.
Se derrumban los precios del petróleo. ¿Piensa Maduro en el golpe de Estado o en el golpe económico?
Las exportaciones no petroleras de acero, aluminio y productos petroquímicos desparecieron hace varios años. Otras exportaciones privadas no petroleras con seguridad van a disminuir debido a los problemas de la falta de electricidad, de gasolina y en general por un entorno en el cual la economía mundial está demandando menos productos.
Los fondos disponibles de los entes multilaterales para proteger a las economías en aprietos, están cerrados para Venezuela porque Nicolás Maduro acumuló cuentas por pagar y está en default y además no es reconocido como presidente. La banca privada no le va a prestar a un régimen que no paga la deuda. Por otro lado, las remesas se han reducido a menos de la mitad.
Dirijamos la mirada a los socios de Maduro. China está muy expuesta en Venezuela con una deuda acumulada de más de 15.000 millones de dólares que no sabe cómo va a cobrar. También es probable que China entre en recesión debido a la pandemia del coronavirus y por tanto sus exportaciones disminuirán. Ciertamente puede aportar algunos fondos pero nunca como antaño.
El mejor estimado de ingresos petroleros por exportaciones petroleras para 2020 se sitúa en 4.500 millones de dólares, cifra inferior a los costos de producción.
Rusia, que ha tenido un manejo fiscal responsable y acumuló fondos en divisas, ha sido fuertemente golpeada por la caída de los precios del petróleo adicional a los recortes de producción. Por tanto, no luce viable que pueda aportar los recursos de un fisco urgido de moneda extranjera. Con Turquía no se cuenta. Su moneda está deprimida y enfrenta una severa restricción de caja.
Así las cosas, es probable que el mecanismo de última instancia a la mano de Maduro, sea vender el oro del BCV aprovechando los precios favorables que hoy registra el mercado. El Banco Central de Venezuela con certeza va a acelerar la emisión de dinero para enjugar el déficit fiscal.
Pero queda otra carta: la privatización de áreas como la venta de gasolina, que si bien no aporta divisas sí impide que estas salgan; y la privatización de otras empresas hoy en manos del Estado.
Llegamos así a una paradoja: Maduro el privatizador de lo que Hugo Chávez estatizó.