Daniel Gómez (ALN).- Son demasiadas cosas en común entre Nicolás Maduro, Raúl Castro y Kim Jong-un. Los tres son tiranos. Dirigen de facto gobiernos militaristas. Socialistas, eso dicen. Los tres son repudiados. Los tres están sancionados. Los tres arruinaron a sus países. Los tres, además, están solos en el mundo. Era lógico, por tanto, que se aliaran. Así lo piensan los expertos consultados por el diario ALnavío.
Rafael Bueno, director de políticas de la Casa Asia de Barcelona y experto en Corea del Norte, fundamenta la reciente alianza entre Nicolás Maduro y Kim Jong-un en la soledad.
Este es el plan de Maduro con Corea del Norte y Kim Jong-un
“Ambos necesitan aliados. Maduro está en una situación grave y delicada a nivel político y aunque Corea del Norte no tenga nada que ofrecerle en lo económico, esta es una forma de sumar en la escena internacional”, explica Bueno al diario ALnavío. Y agrega: “Por su parte, Kim Jong-un legitima de algún modo su régimen en el mundo”.
Esta misma tesis la comparte una fuente de inteligencia cercana a Maduro. Dice que el mandatario se agarra a lo que sea porque está cada vez más solo. “Es la prueba de la desesperación”, sentencia en declaraciones a este diario.
El acercamiento también tiene una dosis de estrategia. Aquí es donde entra en juego Cuba. Una fuente en Washington apuntó que el acercamiento de Maduro a Kim Jong-un es recomendación de los cubanos.
Cabe recordar que La Habana ha sido uno de los aliados más consistentes de Pyongyang. La relación se remonta a 1960. A tiempos de Fidel Castro y Kim Il Sung, abuelo del actual dictador. Castro, quien estuvo en Corea del Norte, llegó a decir que ambos países “eran totalmente idénticos”. La complicidad era real.
En cambio, el expresidente Hugo Chávez siempre se cuidó de no mezclarse con los norcoreanos. Sabía que era un régimen tóxico. “Radiactivo”, como lo definió recientemente al diario ALnavío una fuente de la Cancillería de Maduro en Caracas. Chávez mantenía relaciones diplomáticas con Corea del Norte, pero nunca dio el siguiente paso: compartir embajadas.
A Maduro no le importó nada de esto y en 2015 permitió la apertura de una embajada de Corea del Norte en Caracas. En agosto de 2019, hizo lo propio en Pyongyang, y esta semana sorprendió a todos anunciando una “muy pronta” visita a Kim Jong-un.
¿De qué hablarán? Una pista la dio Maduro en una reunión en el Palacio de Miraflores en la que se preguntó cómo hacen los norcoreanos para eludir las sanciones, le dijo al diario ALnavío un testigo de excepción.
Y es que si en algo es experta Corea del Norte es en eludir sanciones. Tienen años de experiencia. Saben en qué puertos operar, con qué empresas interactuar, cuentan con un ejército de cibercriminales para manejarse por los lados oscuros de la red… Sin embargo, hay un detalle que quizá se le escapa a Maduro.
“Es cierto. Corea del Norte lleva muchos años eludiendo sanciones. Pero la diferencia con Venezuela es que Corea del Norte hace todo esto con el apoyo de China. Les sostiene económicamente porque no quieren que colapse el régimen. Al final, Corea del Norte es su vecino, y comparten una frontera muy grande. No es el caso de Venezuela”, apunta Rafael Bueno.
“Es cierto. Corea del Norte lleva muchos años eludiendo sanciones. Pero la diferencia con Venezuela es que Corea del Norte hace todo esto con el apoyo de China. Les sostiene económicamente porque no quieren que colapse el régimen. Al final, Corea del Norte es su vecino, y comparten una frontera muy grande. No es el caso de Venezuela”, apunta Rafael Bueno.
China es aliada de Maduro, pero no es un apoyo incondicional como en este momento sí lo es Rusia. La prueba es la retirada de empresas chinas de Venezuela por el miedo a las sanciones de Estados Unidos.
Las sanciones también son un punto común entre Caracas, La Habana y Pyongyang. Kim Jong-un ha sido sancionado hasta por Naciones Unidas. Tanto Maduro como Raúl Castro, están en el punto de mira del gobierno de Donald Trump, quien, en cambio, se muestra más complaciente con Kim Jong-un. Con este al menos está dispuesto a negociar.
En el apartado militar estos tres regímenes también coinciden. Las fuerzas armadas tienen un puesto destacado en las estructuras de poder. Incluso en la economía, al menos en los casos de La Habana y Pyongyang. La mayor parte de los ingresos que percibe Cuba provienen de los servicios en el extranjero que ofrecen sus militares. Por su parte, Kim Jong-un defiende su política byungjin: desarrollo paralelo de la economía y las armas.
Luego está la línea de sucesión de los regímenes. Corea del Norte se mueve por lazos de sangre. La dinastía de los Kim. Abuelo, padre e hijo se han traspasado el poder en estos 70 años de dictadura.
Algo similar ocurre en Cuba. Fidel Castro cedió el poder a su hermano Raúl. Este en teoría entregó la Presidencia a Miguel Díaz-Canel, pero lo cierto es que aún mantiene el liderazgo en el Partido Comunista, un suprapoder que impera incluso por encima de la Constitución. Además, según fuentes de inteligencia del gobierno de Barack Obama, el segundo hombre más poderoso en Cuba es el hijo de Raúl, Alejandro Castro. Así lo explicó el exasesor de Seguridad Nacional de Obama Ben Rhodes en su libro El mundo tal y como es.
Aquí sí hay una diferencia con respecto a Venezuela. Allí el poder emana del partido. Del PSUV, la formación del chavismo.