Redacción (ALN).- Las emisiones combinadas del 1% más rico de la población mundial representan más del doble de las emisiones combinadas del 50% más pobre. O esta élite disminuye su huella de carbono, o el mundo estará en problemas, advierte la agencia para el medio ambiente de Naciones Unidas.
¿Qué pueden hacer los gobiernos y las personas más ricas del mundo para cuidar el planeta?
– Para un recorrido corto, las personas pueden usar ferrocarriles en vez de aviones.
– Mejorar la eficiencia energética de las viviendas.
– Reducir el desperdicio de alimentos.
– Las administraciones pueden incentivar y construir infraestructuras para el uso de bicicleta y coches compartidos.
– También restringir el uso de los vehículos de gasolina.
Son algunas de las recomendaciones que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente incluye en su informe anual sobre emisiones. En el documento, presentado este miércoles, se “celebra” que este 2020 las emisiones globales de dióxido de carbono caerán 7%. Un cambio de tendencia importante, pero “insignificante a largo plazo”, principalmente porque la caída de las emisiones tiene que ver con la pandemia.
Por eso la ONU advierte que las naciones tendrán que “triplicar” los esfuerzos actuales para mantener la temperatura de la Tierra por debajo de los 2 grados, de acuerdo con los objetivos del Acuerdo de París.
Quienes también tendrán que triplicar esfuerzos son los más adinerados.
“Las naciones desarrolladas, en particular las ricas, tienen la mayor responsabilidad. Las emisiones combinadas del 1% más rico de la población mundial representan más del doble de las emisiones combinadas del 50% más pobre. Este grupo deberá reducir su huella en un factor de 30 puntos para mantenerse en línea con los objetivos del Acuerdo de París. El 50% más pobre de hecho podría aumentar su huella varias veces”, precisa el informe.
Por eso la ONU insiste en que “los hábitos de consumo deben cambiar, no sólo para reducir el cambio climático, sino para abordar la pérdida de la naturaleza y la contaminación”.
Y es que recomendaciones como las hechas anteriormente tienen un impacto enorme en el medio ambiente. La mejora de la eficiencia energética de la vivienda puede parecer algo superfluo. Pero para nada. Los edificios y el sector de la construcción representan el 38% de las emisiones globales de CO2.
Además, es importante precisar que las inversiones verdes son rentables. Rentables para el planeta. “Si los países invierten en la acción climática, esto podría reducir las emisiones esperadas en 2030 en aproximadamente un 25%, lo suficiente para darle al mundo un 66% de posibilidades de mantener las temperaturas por debajo de los 2 grados”, apunta el informe.