Daniel Gómez (ALN).- Algunas de las caras más visibles del Partido Demócrata, como Elizabeth Warren, Alexandria Ocasio-Cortez y Jesús “Chuy” García le piden al presidente de Estados Unidos, el también demócrata Joe Biden, que alivie las sanciones de Donald Trump. Sus argumentos son prácticamente los mismos que los que usó la Oficina de Responsabilidad Gubernamental para decir que las sanciones aceleraron el colapso económico de Venezuela.
En su segundo día como presidente, Joe Biden dijo que revisaría las sanciones impuestas por Estados Unidos en el periodo de Donald Trump. Inmediatamente la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y otras ONGs celebraron el anuncio. No es para menos. Desde que estalló la pandemia, estos organismos siempre condenaron las sanciones de Washington porque las consideran un obstáculo para dar respuesta al virus.
Casi un mes después del anuncio de Biden, la Casa Blanca no ha hecho anuncios significativos. Pero sigue recabando apoyos. Los últimos en respaldar la iniciativa son los miembros del Partido Demócrata.
“Le escribimos para expresar nuestro firme apoyo a la revisión del alivio de las sanciones del covid-19 que se incluye en su directiva de seguridad nacional sobre el liderazgo global de los Estados Unidos para fortalecer la respuesta internacional al covid-19 y promover la seguridad sanitaria mundial y la preparación biológica”, dice una carta que firman la senadora Elizabeth Warren, la representante Ilhan Omar, el representante Jesús “Chuy” García y otros congresistas demócratas como Ed Markey, Alexandria Ocasio-Cortez y Cori Bush.
Los 3 argumentos de los demócratas
La misiva, publicada este jueves, insiste en que las sanciones están “obstaculizando una respuesta global tanto a la crisis de salud pública como a la crisis económica perpetuada por la pandemia”. Y esto lo dicen porque:
Los salvoconductos humanitarios no funcionan. “Los protocolos y licencias existentes han resultado lamentablemente insuficientes para hacer frente a la enormidad de los desafíos que comparten las personas de todo el mundo frente a la pandemia. Incluso cuando se dispone de licencias y exenciones humanitarias; además, existe un problema persistente de cumplimiento excesivo, especialmente por parte del sector financiero. Esto ha tenido consecuencias humanitarias catastróficas en varias partes del mundo”.
Consolidan a los gobiernos autoritarios. “Las sanciones son fáciles de implementar, pero notoriamente difíciles de levantar. Y si bien han dañado de manera demostrable a la población civil, han provocado que los gobiernos autoritarios restrinjan aún más los espacios civiles y repriman los derechos civiles y políticos, disminuyendo la capacidad de las organizaciones humanitarias para brindar apoyo durante las crisis y desastres, que hicieron prohibitivamente costosos alimentos básicos como alimentos, medicinas y gasolina, crearon e impulsaron economías de mercado negro, y llevaron a nuestros rivales a una dependencia más profunda unos de otros”.
La pandemia no tiene fronteras. “Es un imperativo tanto moral como de salud pública que nuestros esfuerzos para combatir el covid-19 sean de alcance mundial porque las consecuencias económicas de la pandemia requieren cooperación internacional. La pandemia no se adhiere a las fronteras ni da cuenta de realidades geopolíticas complejas; hasta que el virus no se erradique en todas partes, no se erradicará en ninguna parte”.
Casi los mismos argumentos en el caso Venezuela
Llama la atención que los dos primeros argumentos fueron usados por la Oficina de Responsabilidad Gubernamental de Estados Unidos (GAO) en su análisis sobre las sanciones de Venezuela. Esta responsabilizó a las medidas de Washington de acelerar la crisis. Una crisis que es fundamentalmente provocada por la mala gestión de Nicolás Maduro y el desastre económico del chavismo.
Sobre Venezuela, no hay que olvidar que Biden ya hizo una revisión a las sanciones de Trump. El Departamento de Comercio emitió una licencia que permite a las empresas que operan en EEUU hacer negocios en puertos y aeropuertos de Venezuela. Negocios, eso sí, que no tengan que ver con la compraventa de combustibles ni con funcionarios del gobierno de Maduro.
En cualquier caso, el mensaje de los demócratas para Venezuela es el mismo que el que suscribieron en este manifiesto.
“El gobierno de Biden debería alejarse de la política fallida hacia Venezuela del expresidente Donald Trump y trabajar con nuestros aliados en el Grupo de Lima y la Unión Europea en un enfoque multilateral más efectivo para las múltiples crisis del país”, dijo el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Gregory Meeks, demócrata por Nueva York, cuando el 9 de febrero se publicó el informe de la GAO.