Daniel Gómez (ALN).- El presidente de México se ofreció como intermediador para la crisis venezolana, pero con una condición: que oposición y régimen se sienten a hablar por voluntad propia. “Si se logra este diálogo, nosotros vamos a ayudar para que se lleve a cabo y se exploren todas las salidas a la crisis en Venezuela”, dijo Andrés Manuel López Obrador. Por eso no acepta la propuesta de España para que participe en el diálogo que quiere promover la UE.
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, lo tiene claro. No se meterá en los asuntos internos de otros países. “No queremos que los extranjeros intervengan en asuntos que competen a los mexicanos, por eso debemos también ser muy cuidadosos de no intervenir. Para que otros no intervengan”.
Esta declaración es del miércoles. Cuando se reunió con el presidente español, Pedro Sánchez, de visita en Ciudad de México. Sánchez le propuso, aprovechando su postura de no intervención ante la crisis venezolana, que participe en el grupo de contacto de la Unión Europea. López Obrador dijo no.
El grupo de contacto es una iniciativa de Bruselas –promovida por el ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell- para lograr una solución política en Venezuela en la que participen oposición y chavismo y que desemboque en unas elecciones libres y democráticas.
¿Por qué López Obrador rechaza esta propuesta? Llama la atención la postura del presidente ya que fue él quien dijo que su gobierno “serviría como intermediario, como consolidador, para buscar una salida pacífica”.
¿Acaso el grupo de la UE no quiere intermediar? ¿Acaso no persiguen el fin último de la paz? La posición de López Obrador tiene un motivo. En la rueda de presa afirmó que sólo intervendrá cuando las partes se sienten a hablar, por iniciativa propia, no por la presión internacional.
“Si se logra este diálogo, nosotros vamos a ayudar para que se lleve a cabo y se exploren todas las salidas a la crisis en Venezuela”, dijo.
El presidente de México, junto a Tabaré Vázquez, mandatario de Uruguay; el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres; y el Papa Francisco, son los únicos que defienden que una negociación en Venezuela es posible.