Redacción (ALN).- El Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición estaban en proceso de retomar las negociaciones política, pero hasta ahora se desconoce los avances.
Una fuente política familiarizada con las conversaciones para retomar el diálogo indicó a VOA que esos esfuerzos se encuentran estancados por los momentos debido a que el madurismo “busca cambiar todas las reglas del juego”.
El 21 de mayo, la periodista Celia Mendoza, citando fuentes noruegas, indicaron que las conversaciones se esperan que puedan reanudarse en tres semanas aproximadamente.
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El canciller de México, Marcelo Ebrard, manifestó hace semanas que su país estaba «listo» para recibir y contribuir nuevamente con el diálogo político venezolano.
«Muy positivo el anuncio de la reanudación del diálogo entre Gobierno de Venezuela y la Plataforma Unitaria de Venezuela. México dispuesto y listo para recibirles y contribuir a que sean todo un éxito. Enhorabuena!!», expresó el canciller en su cuenta de Twitter.
Pero esta semana se conoció que el chavismo no está dispuesto a retomar el diálogo en México con la oposición que se reúne en la Plataforma Unitaria si Rusia no es aceptada como mediadora, según la agencia de noticias Reuters.
El «alivio» de sanciones
Los portavoces del Gobierno venezolano y de la Plataforma Unitaria, Jorge Rodríguez y Gerardo Blyde, respectivamente; se reunieron el martes, 17 de mayo, para afinar detalles para la reactivación de las negociaciones.
El encuentro se dio luego de que se conociera la decisión de Estados Unidos de levantar supuestamente algunas sanciones económicas a Venezuela, entre la que destacaba la eliminación de la lista de sancionados de Carlos Erik Malpica Flores, exfuncionario de alto rango de PDVSA y sobrino de la primera dama de Venezuela, Cilia Flores; y una licencia de Chevron sin restricciones para operar en el país.
Sin embargo, la administración de Joe Biden sí renovó una licencia, pero sigue restringiendo operaciones de Chevron.
La licencia emitida el viernes por el Departamento del Tesoro de EEUU permite que Chevron, con sede en California, y otras compañías estadounidenses realicen solo el mantenimiento básico de los pozos que opera junto con el gigante petrolero estatal PDVSA, frustrando las esperanzas de quienes querían ver una reanudación de las exportaciones para aliviar la presión de precios en las bombas americanas.