Daniel Gómez (ALN).- “Los venezolanos que estamos pendientes de lo que pasa en Europa, con tanta gente que se ha venido para acá por la crisis que vive nuestro país, vemos con buenos ojos que un español, un hombre de Iberoamérica, esté a tan alto nivel en la UE”. Eso dice al diario ALnavío el embajador de Juan Guaidó en España, Antonio Ecarri, sobre el nombramiento de Josep Borrell como jefe de la diplomacia europea.
Falta la ratificación de la Eurocámara, pero el socialista Josep Borrell, hoy canciller español en funciones, será el jefe de la diplomacia de la Unión Europea con el título de Alto Representante de Política Exterior y Seguridad Común.
El cargo lo asumirá en noviembre, y con él, también asumirá los desafíos en materia migratoria, lidiará con el acuerdo nuclear suscrito con Irán -y que Estados Unidos rompió-, hará frente a las convulsas relaciones de Bruselas con Moscú, y por supuesto, liderará las acciones de Europa para la crisis de Venezuela. Esto no le es ajeno.
Como ministro de Exteriores de España ha seguido de cerca los acontecimientos en Venezuela. De hecho, fue su libreto el que se impuso este 2019 en la UE. Borrell propició que, a partir del 10 de enero, los gobiernos de la UE desconocieran a Nicolás Maduro como presidente por el fraude en las elecciones generales de mayo de 2018. Borrell también impulsó el reconocimiento a Juan Guaidó como mandatario encargado. Y, además, Borrell lideró la creación del Grupo Internacional de Contacto que ahora aspira a una salida negociada en Venezuela.
Antonio Ecarri, embajador de Guaidó en Madrid, habla sobre el nombramiento de Borrell como jefe de la diplomacia. “Es un cargo relevante. Lo es porque España regresa a los más altos niveles de la comunidad europea. Los venezolanos que estamos pendientes de lo que pasa en Europa, con tanta gente que se ha venido para acá por la crisis que vive nuestro país, vemos con buenos ojos que un español, un hombre de Iberoamérica, esté a tan alto nivel en la UE”, declara al diario ALnavío.
Como dice Ecarri, el nombramiento de Borrell devuelve a España a la primera línea. 10 años han pasado desde que otro socialista como Javier Solana ocupó uno de los altos cargos de la Comisión Europea. Precisamente, el puesto para el que ha sido designado Borrell.
Venezuela necesita una solución urgente
El embajador de Guaidó también se muestra confiado. Confiado en que Borrell ayude a entender mejor la situación de Venezuela en Europa. “Es lo que esperamos. Esperamos que la UE se comprometa más con la democracia y la libertad. Esperamos que las organizaciones políticas europeas, demócratas, que aspiran al mundo libre, se unan a las exigencias para un cambio de régimen en Venezuela”.
Ecarri, como Borrell, entiende que Venezuela y los venezolanos necesitan un cambio. La sensación de urgencia que primero le transmitió el embajador al ministro, fue luego transmitida por el propio Borrell a Federica Moguerini, todavía jefa de la diplomacia europea.
La sensación de urgencia para Venezuela la volvió a manifestar Borrell este lunes en una entrevista en Cadena Ser. Se refirió a la muerte del capitán de corbeta, Rafael Acosta Arévalo, tras ser interrogado por la Dirección de Contrainteligencia Militar de Maduro. Una muerte, con evidentes signos de tortura, que representa otro caso de irregularidades en el régimen. Una muerte que demuestra por qué es “inviable el mantenimiento de la situación en Venezuela”.
Borrell quiere una salida para Venezuela. Y esa salida la quiere negociada. Esa es la postura que logró imponer en la UE, más reticente a las sanciones, y que ahora explora esta vía con el Grupo de Contacto y las negociaciones en Oslo. Conversaciones entre representantes de Guaidó y Maduro ahora paralizadas por la muerte de Arévalo, pero que Borrell quiere continuar.
Sea lo que fuere, Ecarri le pide a Borrell “que confronte con decisión a todos los que quieren perpetrar regímenes dictatoriales en América Latina”. Y ahí citó el caso de Venezuela.
Borrell en busca del consenso
La tarea de Borrell no será fácil. Bruselas, en materia de política exterior, necesita unanimidad para impulsar acciones. Los 28 gobiernos que conforman la UE deben ponerse de acuerdo de forma unánime si quieren que algo salga adelante. No basta con una mayoría simple, o una mayoría de dos tercios. Por eso cada acción que tome Borrell desde su nuevo cargo requerirá consenso.
Esto lo explicó al diario ALnavío la todavía eurodiputada Beatriz Becerra, siempre muy vinculada a la causa venezolana. “El cargo de Borrell tiene prestigio y es vistoso, pero secundario en términos de influencia real. El Alto Representante manda poco a efectos de política exterior, pues la UE no la tiene: mandan los gobiernos. No es el mejor puesto que podía lograr España. Una vicepresidencia económica, con mucho más poder y capacidad de decisión, habría sido más potente”.
Becerra agregó que el jefe de la diplomacia “es un puesto exigente físicamente y desagradecido políticamente, muy desvinculado de la política e intereses nacionales”. Por ese motivo, y por el perfil de Borrell, a la eurodiputada le parece “complejo valorar su adecuación”.
“Además hay que señalar la dificultad de encajar sus posiciones previas como ministro español al nuevo marco sometido al consenso de los gobiernos europeos”, señaló.
Por suerte, en el nuevo equipo de la Comisión aparece una gran conocedora de Venezuela. Christine Lagarde, exjefa del Fondo Monetario Internacional (FMI), futura presidenta del Banco Central Europeo, ha seguido de cerca la situación en Venezuela.
Beatriz Becerra: “No descartaría que esa nueva ubicación de Borrell le diera más libertad para contribuir al impulso de nuevas sanciones del Consejo al gobierno usurpador, con Maduro a la cabeza. Asimismo, le liberaría del lastre que supone el Grupo Internacional de Contacto, como impulsor y miembro, y le posibilitaría darlo por terminado pues su plazo ha concluido sin resultados”.
Ha sido el FMI el que hasta ahora ha dado el diagnóstico más certero del colapso del régimen de Maduro -compartiendo datos de inflación y del PIB- ante la falta de cifras oficiales del Banco Central de Venezuela. De hecho, hace dos meses este organismo empezó a compartir datos, y se dice que, en parte, esta es una decisión motivada por Lagarde.
Lagarde conoce bien el colapso y en más de una ocasión ha dicho que reconstruir Venezuela requerirá “una labor monumental”. Una labor que implicará a más instituciones multilaterales que al FMI. De hecho, en una reciente entrevista con The Economist, siendo todavía jefa del FMI, dijo: “Abriremos nuestra billetera y pondremos nuestro cerebro en ello para ayudar a los más pobres y expuestos, pero requerirá una financiación significativa de toda la comunidad internacional”.
De esta forma, la economista -y política- Lagarde complementará el rol más diplomático de Borrell para Venezuela. Un país en ruinas, con un éxodo que asciende hasta los cinco millones de personas, y cuya solución pasa por los venezolanos, y también, por el apoyo de la comunidad internacional.
Al igual que hay optimismo, también hay dudas. Los que defienden la línea más dura para Venezuela en España y Europa han sido críticos con la posición de Borrell. Este rehúye las sanciones y apuesta por la negociación.
Una de las críticas con Borrell ha sido la propia Becerra. En una reciente entrevista con ALnavío dijo lo siguiente: “España pasó de liderar la posición europea adoptando sanciones, a ir contra las sanciones, y lanzó el Grupo de Contacto, que ha ido evolucionando a un Grupo Internacional de Contacto con la participación de otros países que no son europeos. Creo que se ha puesto de perfil y en estos últimos meses hemos visto que la señora Mogherini se ha escudado dentro de un Grupo de Contacto que no sirve para nada. Reconozco la valentía y responsabilidad con las que ha actuado en otros momentos, pero estoy decepcionado con su posición”.
Ahora Becerra explica: “No descartaría que esa nueva ubicación de Borrell le diera más libertad para contribuir al impulso de nuevas sanciones del Consejo al gobierno usurpador, con Maduro a la cabeza. Asimismo, le liberaría del lastre que supone el Grupo Internacional de Contacto, como impulsor y miembro, y le posibilitaría darlo por terminado pues su plazo ha concluido sin resultados”.