Daniel Gómez (ALN).- ¿Las elecciones parlamentarias son una trampa de Maduro o una oportunidad para quitarle poder? ¿Se pueden aceptar unos comicios sin condiciones? ¿Se celebrarán en diciembre o será mejor posponerlos para 2021? ¿Y qué ocurrirá si se celebran las elecciones y Guaidó decide no participar?
Nicolás Maduro convocó elecciones para la Asamblea Nacional (AN) el 6 de diciembre. Una parte de la oposición está dispuesta a participar. La otra no. Maduro también invitó a los observadores de la Unión Europea (UE) a monitorear el resultado. ¿Estarán dispuestos a acudir? Eso también se está debatiendo. Otra cosa que ha hecho Maduro es liberar a 110 presos políticos. Dice que para garantizar unos comicios participativos. ¿Se lo creen? Porque mientras Maduro intenta dar una imagen de neutralidad y concordia, en las cárceles siguen más de 300 presos políticos y el árbitro de las elecciones, el Consejo Nacional Electoral (CNE), sigue controlado por su gobierno. Sobran motivos para desconfiar de Maduro. Es lógico preguntarse si está tendiendo una trampa a la oposición. Pero también es lógico pensar que la trampa puede revertírsele al propio Maduro. Son tantas las dudas que por eso el tablero político en Venezuela está más revuelto que nunca.
¿Ir o no ir a las elecciones?
Henrique Capriles quiere dar la batalla votando. Pero Juan Guaidó dice que votar es una manera de legitimar a Nicolás Maduro. Este es el gran cisma que divide a la oposición en estos momentos. La actitud de Capriles ha logrado un hecho político y es la liberación de 110 presos. No es suficiente, pero es “una rendijita a la que agarrarse” para vencer a Maduro en las urnas, tal como dijo el excandidato presidencial. Por su parte, Guaidó sigue contando con el apoyo de 60 países, aunque lo cierto es que el más activo en su respaldo está siendo Estados Unidos. Con Washington se espera un acuerdo con la agencia antidrogas, la DEA, para seguir presionando a Maduro. Lo anunció el propio Guaidó este jueves. “La Comisión de Seguridad ha venido trabajando en un acuerdo de cooperación con la DEA. Sabemos el peligro que representa Maduro para la estabilidad de la región, por eso estamos dando el paso en el acuerdo con la DEA después de muchos años. También otros países están sufriendo este flagelo”.
¿Las condiciones?
Una fuente conocedora de la actividad en Bruselas dijo al diario ALnavío que la Unión Europea estaría dispuesta a reconocer un candidato de oposición distinto a Guaidó. Pero a lo que no estaría dispuesta es a validar cualquier cosa. Y cualquier cosa es una elección sin un árbitro independiente, y sin unas condiciones mínimas de competitividad (336 presos políticos siguen en las cárceles, según el Foro Penal Venezolano). Sin embargo, un gesto del gobierno de Maduro invita al optimismo. Este miércoles, el ministro de Información, Jorge Rodríguez, invitó a los observadores de la UE y al secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, a validar las elecciones parlamentarias. No obstante, el ofrecimiento del gobierno tiene trampa: los observadores de la UE necesitan seis meses para prepararse, y las elecciones son el 6 de diciembre.
La fecha
La fecha es algo que está negociando un grupo de políticos afines a Capriles y el gobierno de Maduro, informó la agencia Bloomberg este jueves. Las conversaciones buscarían una demora de las elecciones para que los técnicos de la UE tengan los seis meses de preparación necesarios. De momento, Capriles se está acercando por separado a los países de Europa para saber si estarían dispuestos a observar las elecciones. Según Bloomberg, Capriles y Guaidó no han llegado a ningún acuerdo en este punto.
La continuidad administrativa
Mientras se discute por las parlamentarias, otra encrucijada se le abre al equipo de Guaidó. Este es reconocido como presidente encargado por 60 países porque ejerce como presidente de la Asamblea Nacional. Pero este mandato expira un mes después de la resolución de las elecciones parlamentarias. Así que, en principio, Guaidó dejaría de ser presidente de la Asamblea Nacional el 6 de enero de 2021 y, por tanto, dejaría de ser también presidente encargado. De ahí que la ONG Provea advierta: “Expresamos nuestro desacuerdo con la posibilidad de continuidad administrativa de la Asamblea Nacional posterior al 06 de enero, lo cual agravará aún más la crisis institucional venezolana, independientemente del mecanismo que legitime esta decisión”. Pero existe un matiz al que Guaidó se agarra para tratar de mantener su reconocimiento: su mandato se mantendría hasta que “finalice la usurpación”. O lo que es lo mismo, hasta que Maduro abandone el Palacio de Miraflores. De momento, sólo apoya esta tesis el gobierno de Donald Trump. James Story, encargado de negocios de EEUU en Venezuela, reiteró este jueves que EEUU mantendrá el reconocimiento de Guaidó hasta que logren la libertad.
La continuidad o no de Trump
Por su parte, el candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, reconoció que, si es elegido presidente, su estrategia hacia Venezuela cambiará. ¿Afectará este cambio el apoyo que recibe la causa de Guaidó desde Washington? En principio no. Guaidó no tendría por qué preocuparse. En enero de 2019, Biden lo reconoció como presidente encargado de Venezuela. Y en febrero de 2020, cuando Guaidó visitó el Capitolio de EEUU en su gira internacional, también los demócratas se levantaron a ovacionarle cuando lo anunciaron como presidente encargado.