Reinaldo Iturbe (ALN).- El preacuerdo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana anunciado durante la noche del lunes tiene dos puntos clave: El primero es la lucha unificada por “la ratificación y defensa de la soberanía de Venezuela sobre la Guayana Esequiba”, mientras que el segundo versa sobre la “protección social del pueblo venezolano”.
En México se habla de la capacidad de Venezuela para responder a la crisis generada por la pandemia. El bloque de Maduro argumenta que tendrá suficiente margen de maniobra para vencer la crisis si las sanciones son aliviadas y son devueltos algunos recursos.
“Son recursos que además le pertenecen a Venezuela y que han sido ilegalmente sustraídos a través de la figura de ‘overcompliance’, de sobrecumplimiento, que desde el punto de vista del Gobierno bolivariano son ilegales, que son las medidas coercitivas, mal llamadas sanciones”, dijo Jorge Rodríguez, jefe de la delegación gubernamental.
LOS GIROS DEL FMI
Caracas busca acceso a los 5 mil millones de dólares en Derechos Especiales de Giro (Degs) emitidos por el Fondo Monetario Internacional tras la llegada de la pandemia.
El FMI aprobó en agosto la mayor inyección de recursos en su historia: 650 mil millones de dólares destinados a apuntalar la recuperación económica global y ayudar a las naciones que deben enfrentar gigantescos niveles de deuda.
Eso sí: al menos un 70% de los fondos llegarán a las 20 economías más poderosas del planeta. El Fondo ha calculado el monto asignado a cada país en función de su solvencia financiera y transparencia en el manejo de recursos.
CINCO MIL MILLONES DE DÓLARES
En el caso de Argentina, por ejemplo, el FMI asignó 4 mil 300 millones de dólares; es decir, el 10% de sus reservas externas. A Venezuela le asignaron 5 mil millones de dólares, pero esta cifra es el equivalente a casi el 80% de sus reservas internacionales agotadas tras la debacle de la estatal Petróleos de Venezuela y las sanciones.
El FMI, además, que se ha apartado de la disputa entre la legitimidad de Maduro o la de Juan Guaidó como presidente del país caribeño, toma en cuenta la transparencia en el manejo de los recursos y la relación entre la directiva del Fondo y el país receptor de las inyecciones de capital.
Con Venezuela no hay relaciones. Y no las hay porque las sanciones de Washington alcanzan cualquier activo externo del cual pudiera disponer el gobierno de Nicolás Maduro.
LIBERTAD PARA DISPONER
A esas sanciones en particular se refería Jorge Rodríguez en su declaración a la prensa el lunes. Caracas busca en las negociaciones en México libertad para disponer de los activos congelados en el exterior y ser readmitido en el Fondo como gobierno legítimo.
No obstante lo anterior, la inyección hecha por el FMI fue diseñada a modo de Derechos Especiales de Giro, que funcionan como complemento para robustecer las reservas internacionales de los países miembros.
“La negociación que se puede plantear es una donde el gobierno se comprometa a avanzar en la reinstitucionalización económica, a cambio del respaldo político para la readmisión en el FMI y con ello el acceso a los Derechos Especiales de Giro”, dijo en Twitter el economista Omar Zambrano, directivo de la firma Thinkanova.
¿ÉXITO EN MÉXICO?
Mientras llega la siguiente ronda de negociaciones, la administración de Maduro ha vendido los resultados del lunes como un éxito en México, al tiempo que la oposición se limitó a reiterar su discurso de la emergencia humanitaria.
“El reconocimiento de la emergencia humanitaria compleja y el avance en acuerdos humanitarios permitirá que cesen obstáculos para salvar vidas”, dijo Juan Guaidó, tras conocerse el acuerdo.