Juan Carlos Zapata (ALN).- Evo Morales se fue. Denunciando un golpe de Estado cívico, político, policial. Evo Morales no dice golpe militar. Habla en la carta de renuncia de golpistas. Así, de forma genérica. Se ve que Evo Morales no quiere enfrentar a los militares. De hecho, en la campaña electoral, mientras denunciaba que estaba en marcha un golpe de Estado, asistía a eventos militares, y visitaba cuarteles y guarniciones.
Pero es el Ejército, el comandante del Ejército, el que tuvo la última palabra. El comandante Williams Kaliman fue quien en nombre del Estado Mayor le sugirió la renuncia. “Sugerimos al presidente de Estado que renuncie a su mandato presidencial, permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad por el bien de nuestra Bolivia”. Y Evo Morales renunció. El presidente de Bolivia, no tenía otra alternativa porque:
-Cometió fraude electoral. Y el fraude era evidente desde el mismo día de las elecciones.
-Porque Evo Morales desató la resistencia cívica ante la evidencia del fraude para evitar una segunda vuelta que temía perder.
-Porque Evo Morales desató la violencia haciendo un llamado a sus partidarios para que defendieran la democracia que él estaba violentando.
-Porque fueron sus partidarios los que más se empeñaron en destruir y sembrar el caos y el terror.
-Porque si no se iba la violencia iba a escalar, de hecho, sectores afines a Evo Morales ya estaban llamando a la guerra civil.
Evo Morales enseña a los militares cómo ser antimperialistas
Pero Evo Morales, guardando silencio sobre el papel de los militares en el desenlace que lo llevó al exilio en México, parece estarse reservando esa carta. La carta de contar con militares afines para un pronto regreso si la situación en Bolivia no se encarrila. Son otros, el expresidente de Ecuador, Rafael Correa, el líder del partido Unidas Podemos en España, Pablo Iglesias, Nicolás Maduro en Venezuela, el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, quienes han salido a denunciar con mayor fuerza el golpe de Estado y el papel del Ejército. Maduro ha dicho que el golpe fue “montado por el imperialismo norteamericano”. Correa lo admite y dice que es una versión aunque señala que no tiene pruebas. No se pone en duda que en Bolivia se ha producido una ruptura constitucional, y un vacío de poder, y no el golpe típico con la estampa del militar asumiendo el poder; no aún. No todavía porque el Congreso de Bolivia tiene la urgencia de convocar a nuevas elecciones, con garantías para que las fuerzas del propio Evo Morales, no él, por supuesto, participen en las mismas.
Pero Evo Morales no ataca a los militares. ¿Y cómo? Esa es la misma Fuerza Armada a la que desde la primera presidencia intentaba ideologizar. Enviaba a oficiales a Cuba y Venezuela. Rompía cadenas de mando. Se suponía la tenía controlada. Y hasta una escuela antimperialista inauguró en 2016 destinada a formar no sólo oficiales bolivianos sino también oficiales de las tres dictaduras que hoy quedan en el continente: Cuba, Venezuela, Nicaragua. De hecho, a la inauguración de la Escuela asistió el ministro de la Defensa de Maduro, Vladimir Padrino López, el mismo que también ha dicho que la Fuerza Armada de Venezuela es chavista, socialista y antimperialista. Ya se sabe que la consigna antimperialista esconde detrás la vocación autoritaria y totalitaria de estos modelos y estos líderes cuyo objetivo es perpetuarse en el poder, y Evo Morales no era la excepción. En la Escuela, todo teniente en vía de ascenso a capitán, está obligado a recibir instrucción antimperialista. Aquel agosto de 2016, Evo Morales dijo:
-“Si el imperio enseña desde sus escuelas militares a dominar al mundo, nosotros desde esta escuela aprenderemos a liberarnos de la opresión imperial; será una escuela para la defensa del pueblo y no del imperio”.
-“El imperialismo, por sus intereses ideológicos, políticos y económicos, hizo que las Fuerzas Armadas se enfrenten con su pueblo en tiempos de dictadura”.
“En una conferencia de prensa dada a las 20:00 de ayer, el general Kaliman manifestó que ‘nunca las FFAA abrirán fuego contra el pueblo’, no obstante aseveró que el uso de la fuerza será proporcional a lo que se encuentren en los patrullajes. ‘Llamamos nuevamente a la cordura y a la paz. Compatriotas primero la patria y siempre la patria’, afirmó el comandante.
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Esa Fuerza Armada, ese Ejército, siguió el libreto de Evo Morales. Lo siguió inclusive el domingo cuando le sugirió la renuncia. Dijo Evo Morales que la formación en esa Escuela era para la defensa del pueblo y no del imperio. Y en tal sentido actuó. El Ejército se negó a masacrar el pueblo, que era lo que Evo Morales quería. Estaba empujando al Ejército hacia allí, pues al estimular el caos y la violencia, la destrucción y la ingobernabilidad, obligaba a la Fuerza Armada a actuar con el propósito de brindarle garantías de que siguiera al frente del poder. El Ejército actuó en consecuencia con el discurso de Evo Morales que como todos los gobernantes de la órbita chavista se llenan la boca hablando de pueblo y paz, amor y socialismo. Ahora mal puede salir Evo Morales a acusar al Ejército. La verdad es que el Ejército era también el principal testigo del fraude cometido. En 2016, en el referendo en el cual salió derrotado, derrota que le impedía ser candidato en 2019, el Ejército miró a los lados cuando Evo Morales torció la Constitución e impuso un criterio legal que violentaba la voluntad popular. Esta vez el Ejército dijo otra cosa. Porque el fraude ya era continuado. Y podía repetirse la historia de Maduro:
-De un presidente al que no reconociera la comunidad internacional.
-De un gobierno que transitara el camino hacia la dictadura, avalada por la Fuerza Armada.
-De un régimen inestable, en conflicto con la sociedad civil y con el recelo de parte de la Fuerza Armada.
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La OEA dijo en el documento de la auditoría al resultado electoral, que Evo Morales debía terminar el periodo para el que fue elegido. Que el periodo no debía ser interrumpido. Pero el pueblo boliviano ya no lo quería, por más que los partidarios de Evo Morales estaban en la calle sembrando el terror. Evo Morales anunció entonces nuevas elecciones. Sin embargo, ya era demasiado tarde.
Carlos Mesa, excandidato a la presidencia por Comunidad Ciudadana, el que enfrentó a Evo Morales y denunció el fraude, escribió en Twitter: “En el camino hacia la pacificación y la solución constitucional, la decisión de la policía y las FFAA de unir su esfuerzo para garantizar el orden y la tranquilidad del pueblo boliviano, es digno de aplauso. Eso es actuar con sentido de patria”.