Daniel Gómez (ALN).- Para el Departamento de Estado de EEUU, la designación de Cuba como país que patrocina el terrorismo envía “un mensaje claro” a las autoridades en La Habana: “El régimen de Castro debe poner fin a su apoyo al terrorismo internacional y la subversión de la justicia estadounidense”. En especial, Washington condena la “maligna interferencia” de Cuba en Venezuela.
Del deshielo iniciado con La Habana por el gobierno de Barack Obama sólo quedan las cenizas. El golpe definitivo lo dio la Administración de Donald Trump este lunes devolviendo a Cuba a la lista de países patrocinadores del terrorismo, en los que también se encuentran Corea del Norte, Irán y Siria.
El Departamento de Estado de EEUU justificó la decisión -que se toma a falta de una semana de abandonar Trump la Casa Blanca- diciendo que Cuba brinda apoyo “repetidamente a actos de terrorismo internacional al otorgar refugio seguro a terroristas”.
“Con esta acción, una vez más responsabilizaremos al gobierno de Cuba y enviaremos un mensaje claro: el régimen de Castro debe poner fin a su apoyo al terrorismo internacional y la subversión de la justicia estadounidense”, explicó.
Para Cuba, esta designación acarrea consecuencias económicas y militares. Por un lado, el país no puede acceder a préstamos del Fondo Monetario Internacional ni otros organismos internacionales en los que Washington tenga poder de decisión. Por otro, EEUU prohíbe a Cuba exportar y vender armas, así como otras operaciones de carácter militar. También habrá restricciones en el comercio de artículos de doble uso.
Entre 1982 y 2015, Cuba fue considerada una patrocinadora del terrorismo por parte de Estados Unidos. La anterior Administración -en la que el presidente electo, Joe Biden, ejercía como vicepresidente- la retiró de la lista porque consideró que buena parte de los crímenes relacionados con el terrorismo los cometió en el pasado. Además, el líder cubano, Raúl Castro, le prometió al expresidente Barack Obama que nada de eso se volvería a repetir.
El gobierno de Trump no lo considera así. Critica que Cuba negara la extradición a EEUU a 10 miembros del ELN que negociaron la paz en Colombia en 2017 y, sobre todo, condena “su maligna interferencia en Venezuela y el resto del hemisferio occidental”.
La “maligna interferencia” de Cuba en Venezuela
Dijo el Departamento de Estado que “el apoyo al terrorismo internacional es la base de la acción” tomada este lunes.
“El régimen cubano se involucra en una variedad de comportamientos malignos en toda la región. El aparato de inteligencia y seguridad cubano se ha infiltrado en las fuerzas militares y de seguridad de Venezuela, ayudando a Nicolás Maduro a mantener el dominio sobre su pueblo mientras permite que operen organizaciones terroristas. El apoyo del gobierno cubano a los disidentes de las FARC y al ELN también continúa más allá de las fronteras de Cuba, y el apoyo del régimen a Maduro ha creado un ambiente permisivo para que los terroristas internacionales vivan y prosperen dentro de Venezuela”, apuntó el Departamento de Estado.
Cuba alojó a 10 líderes del ELN
Estados Unidos también advierte que “durante décadas, el gobierno cubano ha alimentado, alojado y brindado atención médica a asesinos, fabricantes de bombas y secuestradores, mientras que muchos cubanos pasan hambre, se quedan sin hogar y sin medicinas básicas”, apuntó el Departamento de Estado.
Puso ejemplos, como el hecho de dar cobijo en 2017 a miembros del Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN), considerado organización terrorista por Estados Unidos.
Hace cuatro años, guerrilleros del ELN viajaron a La Habana para sostener conversaciones de paz con el gobierno colombiano. Ahí se quedaron. “Citando protocolos de negociación de paz, Cuba rechazó las solicitudes de Colombia de extraditar a 10 líderes del ELN que viven en La Habana después de que el grupo se atribuyó la responsabilidad del atentado con bomba de enero de 2019 en una academia de policía de Bogotá que mató a 22 personas e hirió a más de 87”.
Dio cobijo a fugitivos de EEUU
Joanne Chesimard asesinó a Werner Foerster, policía estatal de Nueva Jersey, en 1973. Ishmael LaBeet está condenado por matar a ocho personas en las Islas Vírgenes de EEUU en 1972. Sobre Charles Lee Hill pesa la acusación de matar a Robert Rosenbloom, policía estatal de Nuevo México, en 1971.
El caso es que Chesimard, LaBeet y Hill han esquivado la justicia estadounidense porque están en Cuba. Llevan en el país décadas, sin que nadie les obligue a ir a EEUU para rendir cuentas. Y esto para EEUU es otro incumplimiento del acuerdo firmado con el gobierno de Obama en 2015.