Daniel Gómez (ALN).- Tres millones y medio de visualizaciones acumulan los vídeos que Miguel Bosé dedicó en la última semana a Michelle Bachelet, alta representante para los Derechos Humanos de la ONU. El cantante español dirige una cruzada contra ella. Le exige que visite Venezuela. Que lo haga ya. Como si no supiera que el trámite requiere todo un proceso. Lento por las visitas, las entrevistas, los informes… Lento también por cómo Nicolás Maduro torpedeó la labor de Bachelet. ¿Acaso esto no lo sabe Miguel Bosé?
Del “Michelle, ven aquí, mueve tus nalgas” al “Bachelet dónde estás”. El cantante español Miguel Bosé continúa la cruzada contra la expresidenta de Chile y alta comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet.
Quiere que visite personalmente Venezuela y que vea en primera persona la situación del país. ¿Cuál es el problema? El principal es Nicolás Maduro. Si ya de por sí son lentos los plazos de la ONU -organismo que responde a 190 países-, el mandatario venezolano los ha venido torpedeando para que la visita de Bachelet se demore aún más.
Cuadrar una visita oficial de la alta representante requiere tiempo. Primero necesita un informe técnico de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU. Esta calibra el terreno con trabajo de campo, entrevistas, y conversaciones con todos los estamentos de poder. Justo lo que hicieron los funcionarios de la ONU las dos primeras semanas de marzo en Venezuela.
Bachelet declaró que “probablemente irá en un plazo relativamente corto a conocer en persona la realidad venezolana con la finalidad de reunirse con todos los actores involucrados en la crisis”
En este tiempo, los técnicos elaboraron un informe preliminar que Bachelet leyó el 20 de marzo. Entonces le dijo al mundo que en el régimen de Maduro policías y militares asesinan sin motivo, intimidan y torturan. Que en el país existen niños que no pueden ir a la escuela, niños que mueren, madres que mueren, crisis económica, política, humanitaria…
Con ese informe Bachelet hizo la foto de lo que está ocurriendo en Venezuela. ¿Por qué no lo hizo antes? No lo hizo antes porque Maduro, hasta que no se sintió acorralado, no permitió la visita de los técnicos de la ONU. Cosa que Bachelet venía solicitando desde hace al menos tres meses.
En diciembre de 2018, en un acto en la Casa de América de Madrid, Bachelet dijo que había recibido una carta de Maduro. En ella, el gobernante la invitaba a visitar Venezuela “para conocer al detalle las repercusiones negativas que las medidas coercitivas unilaterales impuestas por factores adversos han tenido contra los derechos humanos del pueblo venezolano”.
Eso decía la carta. Y esto le respondió Bachelet: “Estuve hablando en Marruecos con el canciller venezolano, Jorge Arreaza, para ver cuándo y en qué condiciones se puede generar una visita en tema de los derechos humanos. Aunque no sin que antes acuda una misión allí”.
Bachelet irá a Venezuela
Como apuntó, la misión debía tener “las condiciones garantizadas”. Y esas condiciones no eran otras que reunirse con todos. Con Maduro, con la oposición, con las organizaciones humanitarias…
No fue sino hasta la irrupción del Presidente Encargado, Juan Guaidó, cuando Maduro, acorralado, dijo que adelante. Que viniera la misión de las Naciones Unidas. Que hiciera todo lo que tuviera que hacer. Y al final esta vino y mostró la realidad.
Hecho el informe, toca cuadrar la visita personal de Bachelet. Este martes, en un acto en México, la alta comisionada declaró que “probablemente irá en un plazo relativamente corto a conocer en persona la realidad venezolana con la finalidad de reunirse con todos los actores involucrados en la crisis”. Su visita, por tanto, es casi un hecho.
Este lunes, Bachelet también recibió una visita que no atendió. Fue la de Miguel Bosé. El cantante estaba en México. Como ella. Y para cumplir con su cruzada, acudió al hotel en el que se estaba alojando la alta representante, presionó al recepcionista, y logró que este llamara a su habitación.
Tras una conversación indescifrable entre el recepcionista y una persona de la habitación de Bachelet, Bosé recibió un no por respuesta. “No está”, le dijo el recepcionista. “¿Bachelet dónde estás?”, se preguntó el cantante por Twitter.
La cruzada de Miguel Bosé
#BacheletDóndeEstás es una etiqueta que ha venido empleando Bosé en los últimos seis días. Primero la utilizó el jueves 4 de abril. En 20 segundos de vídeo, el cantante aparece en una habitación a oscuras, con una vela en la mano, preguntando por Bachelet.
“Michelle, Michelle, Michelle…”, repetía y repetía en el vídeo, como si susurrara. Él mismo se respondió en el tuit escribiendo “No está. Se fue. ¿Pa’ Caracas? ¡¡¡Noooo!!! ¡¡¡Pa’ México!!! ¡¡¡A qué, si pa’ dónde tié’ que ir es pa’ Caracas!!! Pues no lo sé”.
Dos días después colgó otro vídeo. En esta ocasión, se grabó en la cama. Revolviéndose entre las sábanas. Simulando una pesadilla que terminó en grito. Esta publicación la acompañó con el siguiente comentario: “Me está quitando el sueño. No va a Caracas. Me han dicho. #BacheletDóndeEstás”.
El domingo volvió a usar su etiqueta, la cual vino acompañada de un videomontaje en el que un koala sale preguntando por Bachelet.
Por aquí tampoco está!!!
-Repito… parece ser que está en MX!!!
-Pero qué demonios hace en MX si dónde tiene que ir es a Caracas!!! #BacheletDóndeEstás pic.twitter.com/p3na1P7ZE2— Miguel Bosé (@BoseOfficial) 7 de abril de 2019
Entonces llegó el lunes. Bosé cambió el tono y se convirtió en reportero. En un vídeo de un minuto, acompañado de su famosa etiqueta, con voz ronca a causa de la afonía crónica que padece, cuenta que había dado con la dirección del hotel donde se alojaba Bachelet.
Allí tuvo lugar el episodio con el recepcionista y el punto final a un carrusel de vídeos en los que mostró su obsesión con la alta representante. Una serie que acumuló tres millones y medio de visualizaciones y mostró dos cosas: Una ambigua imagen de Bosé. De líder comprometido con la causa venezolana, y de hombre obsesionado con Bachelet. En este sentido, muchos de los seguidores, y en Twitter supera los tres millones, expresaron preocupación por el estado del cantante. Afónico y ofuscado por la labor de la alta representante.
Los vídeos de Bosé también mostraron a Bachelet. Le dieron una repercusión mundial que nunca tuvo entre el gran público. La expresidenta de Chile es una mujer reconocida en el mundo de la política. En Latinoamérica. En el entorno feminista. Pero no entre las masas. La gente que inunda las redes sociales.
Ese es el lado positivo: que los vídeos de Bosé la pusieron en el foco. Aunque esto al final redunde en más presión para ella. En que se comprometa más con la causa venezolana y el fin de la crisis que padece el país.
Como precedente de la cruzada de Bosé, hay que recordar lo ocurrido en Cúcuta. En el concierto benéfico Venezuela Aid Live, en el que el cantante dijo: “Que venga ya de una puñetera vez. Michelle, ven aquí, mueve tus nalgas”. Bosé pidió disculpas por las formas, pero no por el mensaje. Ya ven que sigue obsesionado.