Daniel Gómez (ALN).- A Kevin Robinson, doctor por la Universidad de Londres, le preocupa la inactividad de los educadores. Dice que si una empresa pierde 20% de clientes todos los años debería preguntarse qué hace mal. Sin embargo, cree que los profesores no se hacen esa pregunta. Ve las escuelas como centros de competición que matan la creatividad de los niños.
“PISA [Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes] es como el Eurovisión de la educación. Y ya hemos visto lo que ha hecho el festival por la música popular”.
Como era de esperar, el británico Ken Robinson, doctor por la Universidad de Londres, escritor y conferencista de TED, recurrió a la ironía para iniciar su conferencia, enmarcada en el South Summit Madrid 2018, uno de los eventos de startups y emprendimientos más importantes de Europa.
Habló de educación. De lo inconforme que está con el modelo actual. “La educación es un enfoque organizado y estructurado ante el aprendizaje. Pensamos que los niños necesitan esta ayuda. Pero la escuela es una comunidad de alumnos, donde los niños tienen que aprender los unos de los otros. Por eso hay que reimaginar las escuelas”.
“Lo único que no hay que cambiar son los niños”
Robinson ve los colegios actuales como “centros de competición”, en los que “todo el mundo tiene que estar de acuerdo con el sistema”. Esto para él es lo contrario a la creatividad, el talento más innato del ser humano y que encarnan en su esencia más pura los niños.
“El talento es muy diverso. Está escondido. Hay que crear las condiciones para que florezca. Las evaluaciones son como un sistema de producción industrial. Si no llegas al final, no estás en el sistema. Es por eso que los niños abandonan”, explicó.
A Robinson le molesta la inactividad de los educadores. Por eso hace la analogía con una empresa. Y dice: si esta perdiera 20% de clientes todos los años debería preguntarse si está haciendo algo mal. Pero, a su juicio, los educadores no parecen hacerse esta misma pregunta. En muchos países, como en España, el abandono escolar ronda el 20%.
No todo es tan dramático. “Muchas escuelas alimentan la creatividad”, reconoce. Pero no todas. Por eso pide un sistema basado en la colaboración, el crecimiento y no en la competencia. “Hay que volver al principio de que la educación es para las personas”.
Y es que, al final, “lo único que no hay que cambiar son los niños”.