Carlos Moreno (ALN).- Los insurgentes pueden pagar hasta 19 dólares por jornada confirmó al diario ALnavío Javier Tarazona, director de FundaRedes. Michelle Bachelet, Alta Comisionada de los DDHH para las Naciones Unidas, reveló en su último informe que hay grupos irregulares reclutando jóvenes de todas las edades para actividades ilícitas. Informaciones recientes de la inteligencia militar de Colombia señalan que hay activos unos 239 venezolanos en las FARC y unos 234 en el ELN. Ahora redoblan su estrategia y abordan a niños con obsequios, como refieren denuncias desde el estado Táchira.
Hambre, falta de empleo, hiperinflación, destrucción de la economía, inseguridad, desplome de los servicios de salud, violación de los derechos humanos, es el coctel de Nicolás Maduro que desangra hoy a Venezuela y que ha vuelto resaltarse en la actualización del informe de Michele Bachelet, alta Comisionada de los DDHH de la ONU, quien expuso nuevamente al régimen ante el mundo.
Los guerrilleros se aprovechan de la crisis desde su posición de poder y control y ofrecen sueldos que superan exponencialmente al sueldo mínimo decretado por Maduro y ubicado hoy en unos 40.000 bolívares soberanos (dos dólares al mes).
Los ejércitos del ELN y las FARC pagan montos por el orden de los 50.000 pesos colombianos (19 dólares por día) a los venezolanos que reclutan, unos 380 dólares al mes si operan 20 días.
Según el Centro de Documentación y Análisis de Datos (Cenda), una organización dedicada al monitoreo de los precios de los alimentos en Venezuela, la canasta básica alimentaria hoy se ubica en 146 dólares. El salario mínimo en Venezuela decretado por Maduro se traduce en dos dólares al mes (un salario cuyo poder adquisitivo sólo llega a 2,4%). La guerrilla utiliza esa abismal brecha salarial para atraer a los venezolanos con pagos en moneda extranjera y encarrilándolos a prácticas ilegales en donde su vida está bajo constante amenaza.
“Se convirtieron en la primera transnacional empleadora más poderosa de la frontera”, señaló al diario ALnavío Javier Tarazona, director de la Fundación Redes, una ONG dedicada a la protección de los derechos humanos en Venezuela y que ha denunciado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el amparo del régimen de Maduro a los irregulares.
Tarazona asegura que hay incluso a lo largo de la frontera ciertas poblaciones que ya han entrado en una especie de “habituación” con la presencia y el poder de la guerrilla.
“Recogemos testimonios que nos dicen que en varios poblados la gente los ve como garantía de aquello que el Estado venezolano no les da”.
Entonces surgen escenarios oscuros como los denunciados por la Fundación Redes, que recientemente llevó pruebas al Ministerio Público en el estado Táchira de que las FARC y el ELN tratan de reclutar niños obsequiándoles útiles a través de una fundación fantasma llamada “Amigos de la Escuela” y que los censa en municipios como Capacho Viejo, Capacho Nuevo, Pedro María Ureña y Bolívar.
Tarazona detalla que los niños y jóvenes suelen ser usados como informantes y “moscas” (personas que vigilan escondites o caminos por donde la guerrilla activa el contrabando) y hasta los más pequeños reciben sus pagos.
Y las “contrataciones” de los guerrilleros van más allá. Muchos venezolanos, que no viven en la frontera, han decidido trabajar para los insurgentes como contrabandistas de gasolina, sabiendo de las pagas en moneda extranjera.
Una fuente del diario ALnavío que ha decidido declarar bajo anonimato y conocedora de la zona fronteriza del estado Táchira, asegura que muchos venezolanos acceden a formar parte de la guerrilla, en primer lugar como informantes, y luego, si son probados y los insurgentes ven cualidades, los convierten en combatientes.
Pero apunta a un hecho menos trascendental, aunque igualmente habla del control total de los insurgentes en esa frontera.
“Muchos venezolanos transitan esta frontera, llegan sólo con mochilas, unos se van para no regresar, al menos 5.000 pasan a diario a Colombia. Otros más se quedan para sobrevivir en el mismo punto fronterizo cobrándoles a otros venezolanos para que no hagan colas y sellar el pasaporte, se montan rápido su red de operaciones como trocheros (conocedores de pasos ilegales que guían a migrantes) o vigilantes de caletas, pero todos ellos terminan pagando vacuna al ELN o los paracos para que no los maten”, destaca.
La fuente asegura que todo pasa con la anuencia de la Fuerza Armada de Venezuela (FAN), que, por cierto, comenzó a activar más contingentes de las milicias bolivarianas para suplir los vacíos que deja la deserción de militares venezolanos.
Según informes de inteligencia militar de Colombia publicados por la agencia Reuters, en mayo pasado había 2.296 combatientes de las FARC (de los cuales 239 son venezolanos) y 2.402 del ELN (de los cuales 234 son venezolanos).
Trata sexual, crimen organizado y xenofobia: los problemas del éxodo venezolano que alarman a Bachelet
Iván Duque, presidente de Colombia, lo sabe y ha lanzado alertas anteriormente. Ahora, habiendo ya conocido los resultados del Informe Bachelet, seguramente reforzará el expediente que presentará en la próxima Asamblea General de la ONU, cuyas sesiones se inician el día 24 de septiembre y donde revelará el amparo del régimen de Nicolás Maduro a las FARC y el ELN y su tentativa de desestabilizar la región.
“Maduro está protegiendo al ELN. Les está dando dinero y está patrocinándoles el reclutamiento de niños para ejercer la minería ilegal en el territorio venezolano”, dijo a EFE en julio pasado.
Maduro y Duque ya escogieron su primer frente de batalla
Habla, claramente, de las operaciones de ese grupo en el Arco Minero del Orinoco, la zona de desarrollo estratégico mineral de Venezuela de donde saquean el oro para financiarse a cambio de protección y seguridad para el régimen en caso de un ataque extranjero, revelaron informes de inteligencia a los que tuvo acceso la revista Semana de Colombia, una reconocida publicación de periodismo de investigación de Colombia atacada por el régimen de Maduro tras señalarla de ser copartícipe de un “falso positivo mediático” para dar pie a una intervención militar en Venezuela.