Daniel Gómez (ALN).- El precio del petróleo está en caída libre. La producción de Venezuela está en mínimos y seguirá bajando. Estados Unidos amenaza con más sanciones contra Nicolás Maduro. Persisten las deudas, la inoperancia de PDVSA, los acuerdos con Cuba… “Un golpe fatal”, dijo al diario ALnavío el consultor petrolero Evanán Romero. “Venezuela está en el peor escenario posible”, agregó el economista Leonardo Buniak.
A Nicolás Maduro no le hizo falta que el coronavirus iniciara contagios en Venezuela para poner a su régimen a temblar. Por otro lado, el presidente Vladímir Putin no midió las consecuencias para el régimen en la negociación con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) el pasado viernes. En la reunión celebrada en Viena, Rusia puso el foco estratégico en Oriente Medio, rechazando los planes de Arabia Saudita para la OPEP, e iniciando una guerra de precios para el control del mercado que llevó el barril Brent a los 36,7 dólares este lunes, un desplome de 31% en un día, el mayor desde la Guerra del Golfo en 1991, el cual se ha visto acentuado por la sensibilidad de los inversores ante la crisis del coronavirus.
“Estamos ante un golpe fatal para Maduro”, dijo al diario ALnavío Evanán Romero, exdirectivo de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y consultor petrolero con 60 años de experiencia.
“El impacto es considerable y doble. Venezuela está ubicada en el peor escenario posible. En lo peor de ambos mundos. Asistimos a una caída vertiginosa del precio del crudo en un contexto de declive muy importante en los niveles de producción petrolera”, agregó a este diario el economista venezolano Leonardo Buniak, fundador de la calificadora Camels Ratings System.
Buniak advirtió que, si bien “la producción de PDVSA en enero fue de 733.000 barriles diarios, no todos estos barriles generan caja”. Y no lo hacen porque:
– Una parte de los barriles van al consumo interno.
– Otra parte al convenio con Cuba y Petrocaribe.
– Otra a pagar las deudas con China y Rusia.
– Y otra parte a los socios de las empresas petroleras de la Faja del Orinoco.
El economista añadió que “la caída en el ingreso petrolero va a ser realmente significativa, afectando la gestión fiscal, pero fundamentalmente afectando la capacidad del gobierno de Maduro de importar combustibles y gasolinas. El potencial refinador de Venezuela está sumamente comprometido, y por otra parte también afectará su capacidad de importar alimentos”.
Buniak advirtió que, si bien “la producción de PDVSA en enero fue de 733.000 barriles diarios, no todos estos barriles generan caja”
Este último punto es clave. Calcula Evanán Romero que, con los niveles actuales de producción, a Maduro le quedan 250.000 barriles diarios para hacer caja. Barriles que venía vendiendo a una media de 40 dólares cuando los precios estaban sobre 55 dólares – PDVSA siempre aplica un fuerte descuento para poder dar salida al crudo pesado, mayoritario en la Faja del Orinoco-.
Con estos cálculos, el margen de maniobra que le quedaba a Maduro era de unos 300 millones de dólares mensuales por las exportaciones petroleras, 96% de las ventas hacia el exterior de Venezuela.
Y estos 300 millones Maduro los venía usando para comprar diésel, gasolina, diluyentes y otros productos para que PDVSA pudiera procesar el petróleo, así como para atender las necesidades más apremiantes de Venezuela.
Pero ahora el escenario sobre el que se movía Maduro cambió drásticamente. Los precios del barril podrían llegar hasta los 20 dólares en junio si continúa la crisis del coronavirus y la guerra Rusia-Arabia Saudita, dijo Buniak. El fondo Goldman Sachs también prevé este escenario.
HISTORICAL NIGHT: At its worst moment, just seconds after the opening, Brent oil fell 31.6%, the second largest one-day drop ever, only behind the plunge after the start of the Gulf War on Jan 17, 1991 | #OOTT FULL STORY: https://t.co/t7BK7jnr05 pic.twitter.com/YupFTtPwRt
— Javier Blas (@JavierBlas) March 9, 2020
Este lunes en una columna para Financial Times el economista Nick Butler, presidente del Instituto de Políticas del King’s College de Londres, sentenció a Maduro diciendo que “la caída de los precios del petróleo podría significar su fin”.
El contexto para Maduro es totalmente negativo. Al desplome de precios se suma el incremento de la presión por parte de Washington. Las sanciones contra la filial de Rosneft que le vendía el crudo a PDVSA en Asia y África le complican a Maduro la obtención de ingresos. Por otro lado, está la posición de las refinerías de India, dispuestas a no comprar más crudo venezolano ante las sanciones de Trump.
Lo que le vendía Rosneft en el exterior y lo que le compraba India, hicieron un total de 337.000 barriles diarios, calculó el portal de análisis petrolero de la calificadora Standard & Poor’s, Platts Analytics. “Estos niveles son difícilmente recuperables”, sentenció la calificadora.
Si se cumplen los cálculos de Standard & Poor’s, las predicciones de Romero, Buniak y Butler, Maduro afrontará un 2020 con los precios del crudo en mínimos, y la producción en apenas 300.000 barriles diarios. ¿Sobrevivirá? Ninguno de los tres analistas le augura un buen escenario.
A todos estos factores externos hay que sumarles las protestas convocadas por el presidente encargado, Juan Guaidó, para este martes. La presión le llega a Maduro por todos los frentes.
El panorama global tampoco luce esperanzador. Tanto el Banco Mundial como el Fondo Monetario Internacional (FMI) han advertido que, si la crisis del coronavirus se alarga, el mundo corre el riesgo de una nueva crisis financiera. Esta se está prolongando y por el momento se puede decir que el primer trimestre de 2020 se ha perdido.
Este lunes Wall Street tuvo que parar la cotización 15 minutos por el pánico ante el coronavirus y la crisis del petróleo. La Bolsa de Nueva York abrió con una caída del 7%. En Milán los mercados se desplomaron 10% y en España 7%.