Daniel Gómez (ALN).- El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo tras la visita del mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, que una parte importante de la relación entre México y Cuba serán “los programas para la cooperación y el desarrollo”. Programas “permanentes en materia de educación, salud y atención hospitalaria”. ¿Se refiere a las misiones cubanas que popularizó Hugo Chávez?
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, es el primer mandatario latinoamericano que hace una visita oficial a México, gobernado por el izquierdista Andrés Manuel López Obrador. Aunque antes, en la toma de posesión, en enero de 2019, invitó a todos los gobernantes de la región. Incluido a un Nicolás Maduro asfixiado internacionalmente por la irrupción de Juan Guaidó. Aquello fue un balón de oxígeno para Maduro.
Preguntado por si la visita de Díaz-Canel fue “intencional”, López Obrador dejó claro que sí. “Es absolutamente intencional”. No dio más detalles, pero como dice al diario ALnavío Anna Ayuso, investigadora principal para América Latina del Centro de Información y Documentación de Barcelona (Cidob), este gesto “es una manera de marcar distancias” con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
“López Obrador ha tenido que ceder en muchas ocasiones con Trump, ahora busca compensar y lanzar una especie de guiño al sector más de izquierdas de América Latina”, dice la experta.
El escritor y Premio Nobel Mario Vargas Llosa ha llegado a definir a López Obrador como el “caniche de Donald Trump” por sus concesiones en materia migratoria para frenar en México las caravanas de migrantes que desde Centroamérica se dirigen a EEUU.
Esta forma de marcar distancias de López Obrador también se traduce en un hecho concreto: aprovechando la visita de Díaz-Canel, el presidente de México recordó la necesidad de seguir fomentando “los programas permanentes en materia de educación, salud y atención hospitalaria”.
“Vamos a hablar, en general, de un programa a desarrollar en el corto, mediano plazo. No hay nada preciso, pero sí la voluntad de que haya cooperación para el desarrollo”, dijo López Obrador. “Vamos a hablar sobre la cooperación para el desarrollo, como lo estamos haciendo con otros países”.
López Obrador se desmarca de las misiones
¿Cuáles son esos programas? ¿Se refiere a las misiones cubanas? A propósito de estas misiones, este julio se especuló con la llegada de 6.000 médicos cubanos a México. Médicos contratados por López Obrador, según el portal opositor Cubanet. La Secretaría de Salud pronto salió a desmentir la noticia.
En diciembre de 2018 salió una noticia similar. En aquella ocasión, el diario brasileño Estadão de Sao Paulo dijo que el gobierno de López Obrador se reunió con representantes del Partido de los Trabajadores de Brasil y autoridades cubanas para negociar la contratación de unos 3.000 médicos. Profesionales que formaban parte del programa Mais Medicos que el presidente Jair Bolsonaro eliminó nada más llegar al poder.
Según Ayuso, para López Obrador podría ser “problemática” una relación de este tipo con Cuba. “Trump está pidiendo mano dura contra el régimen cubano, y eso podría tener represalias”. No hay que olvidar que el principal socio comercial de México es EEUU. Y eso López Obrador, un ortodoxo en lo que a economía se refiere, lo sabe.
Pero también sabe que debe cuidar su imagen de líder de izquierda. De protector. Hoy Cuba es un país asfixiado por las sanciones de Trump. En septiembre vivió momentos que recordaron al Periodo Especial. Así que el recibimiento de Díaz-Canel por parte de López Obrador también hay que entenderlo en este contexto. Como si fuera una especie de balón de oxígeno, como también lo fue la visita del primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, a La Habana. Y la visita esta semana del secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev.
“Vamos a refrendar ese compromiso y esa tradición de nuestra política exterior, de respeto al pueblo cubano, a su independencia, a su derecho a la autodeterminación”, dijo López Obrador sobre la visita de Díaz-Canel.
¿López Obrador tras los pasos de Chávez?
El gran promotor de las misiones cubanas en Latinoamérica fue el expresidente Hugo Chávez. Hace 18 años, de la mano de Fidel Castro, Chávez abrió la puerta de Venezuela a las misiones. Más de 225.000 cubanos han llegado al país desde entonces. La más popular de todas es la Misión Barrio Adentro, impulsada en 2003, y que ha permitido el ingreso a Venezuela de 145.000 médicos y profesores de La Habana. “Soldados dispuestos”, como los definió una vez en Caracas el jefe de las misiones, Julio García. Soldados dispuestos por los que Venezuela ha pagado hasta 120.000 millones de dólares en estos 16 años, según precisiones del doctor García.
Se especula con que los profesionales que envía La Habana no son simplemente médicos y profesores. Se dice que son militares, o soldados dispuestos, como apuntó el doctor García.
“Puede ser que alguno haya recibido formación militar. Es habitual en Cuba. Pero no se puede decir que todos son militares. Lo que está claro es que quienes conforman las misiones son prorrégimen. Si no, es posible que muchos se escapen cuando vayan a la misión”, explica la investigadora del Cidob.
Preguntada por si López Obrador puede seguir los pasos de Chávez, Ayuso apunta que no. “La estructura mexicana no lo permite. Es un país con una industria muy vinculada al mercado internacional. Tampoco existe la posibilidad de tener un poder tan concentrado como lo tuvo Chávez. Hay un presidencialismo fuerte. Los estados también tienen mucho poder. Incluso los narcos”.
Tampoco se anunció nada concreto, pero el subsecretario para América Latina y el Caribe de López Obrador, Maximiliano Reyes Zúñiga, asomó la posibilidad de que México asista en materia energética a Cuba.
“Tenemos claro que una de las demandas más importantes de Cuba es la provisión de energía a precios accesibles y con suficiencia, seguramente avanzaremos por ahí”, declaró antes de la reunión. Reunión a la que asistió la secretaría de Energía de México, Rocío Nahle, “porque nos parece que hay mucho que avanzar en ese sentido, yo en este momento no quiero adelantar nada hasta no generar un producto del encuentro”.