Leticia Núñez (ALN).- Nadie se libra. Basta un dato: en Perú no hay ningún expresidente vivo que se salve de un escándalo de corrupción. Ninguno. Alan García, Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski están siendo investigados por la trama de sobornos que tejió la constructora Odebrecht. El mismo caso por el que la líder de la oposición, Keiko Fujimori, fue detenida este miércoles. Así está Perú, carcomido por la corrupción en las altas esferas del poder. Pero con un hilo de esperanza. El presidente Martín Vizcarra ya se ha puesto manos a la obra y ha convocado un referéndum en diciembre sobre cuatro reformas constitucionales con un objetivo muy claro: erradicar la corrupción.
La confesión del exdirector de Odebrecht en Perú provocó un terremoto político en el país el pasado 1 de marzo. Sus réplicas aún se sienten. La última llegó este miércoles con la detención de Keiko Fujimori, acusada de lavado de activos. Pero la hija de Alberto Fujimori no es ninguna excepción. Se suma a la larga lista de políticos investigados y en muchos casos encarcelados por corrupción. Y es que Perú es un país desbordado por los escándalos, carcomido por los sobornos.
Tanto, que todos los expresidentes vivos aparecen involucrados en el caso Odebrecht, protagonista de la mayor trama de coimas en la historia de América Latina. Nadie se libra. Tampoco Keiko Fujimori, líder de Fuerza Popular, el partido que ostenta la mayoría en el Congreso.
Decían las malas lenguas que todos los políticos de Perú temblaban a la espera de que Jorge Barata, el hombre fuerte de Odebrecht en Lima de 2001 a 2016 y la mano derecha de Marcelo Odebrecht, declarase al fiscal. A tenor de lo que confesó, el temor parece justificado. La constructora brasileña financió las campañas de todos los presidentes de Perú. Ningún mandatario escapó a los millones del gigante de la construcción.
Barata fue uno por uno. En total, 5,3 millones de dólares que se repartieron de la siguiente forma, según confesó al fiscal: 300.000 dólares para la campaña de 2011 de Pedro Pablo Kuczynski, tres millones de dólares para Ollanta Humala, 600.000 dólares para Alejandro Toledo y 200.000 dólares para Alan García.
Barata dijo a los fiscales que Odebrecht entregó 1,2 millones de dólares a la campaña fujimorista de 2011
En el caso de Keiko Fujimori, Barata dijo a los fiscales que Odebrecht entregó 1,2 millones de dólares a la campaña fujimorista de 2011. El dinero procedía, en su integridad, de fondos “no contabilizados”. El directivo precisó, además, que parte del dinero fue entregado a los exministros Jaime Yoshiyama y Augusto Bedoya.
Precisamente, Yoshiyama y Bedoya también fueron detenidos este miércoles junto con Fujimori y otras 16 personas. La Fiscalía ordenó una “detención preliminar” por 10 días, tal como informaron medios locales.
Ya lo advirtió Sinecio López, doctor en Sociología en la Universidad de París, investigador y analista político peruano, en una entrevista con ALnavío antes de la confesión de Barata. “El mismo Marcelo Odebrecht declaró que su empresa ha financiado electoralmente a todos los principales candidatos a la Presidencia en todos los procesos electorales y que los montos concretos los conoce Jorge Barata. El mismo Odebrecht dijo que si hay ilegalidad también lo sabe Barata. Y éste aceptó ser colaborador eficaz de la justicia. Así que la política peruana puede ser diferente después de las declaraciones de Barata”, señaló López, advirtiendo que los afectados “pueden acabar en la cárcel”.
“Todo organizado para corromper”
Entre rejas terminó este miércoles Keiko Fujimori. Y entre rejas ya estuvo el expresidente Humala (2011-2016) desde julio de 2017 a mayo de 2018. Está señalado por, presuntamente, haber recibido dinero a cambio de obras que Odebrecht realizó entre 2005 y 2014. La investigación ha resultado tan ardua que requiere dos fiscalías (Ver más: El caso Odebrecht en Perú es tan descomunal que necesita dos fiscales).
Kuczynski renunció al cargo el pasado marzo por presuntos vínculos con el escándalo Odebrecht. Mientras, Alan García, presidente de Perú de 1985 a 1990 y de 2006 a 2011, está siendo investigado por presuntos sobornos pagados por Odebrecht para la licitación en 2009 de la Línea 1 del Metro de Lima. Y a Alejandro Toledo (2001-2006) se le acusa de haber recibido 20 millones de dólares en sobornos, también de la constructora brasileña, a la que habría favorecido para las obras de una carretera que une Perú con Brasil.
En una entrevista con ALnavío, el embajador de Perú en España, José Antonio García Belaúnde, calificó a Odebrecht como “un terremoto” cuyos temblores sintió toda América Latina. “Hemos estado ‘acostumbrados a ver’ casos de corrupción específicos. Lo que nunca habíamos visto es que una compañía tuviera organizado todo un departamento de corrupción con el que trabajaba a lo largo del tiempo. Estaba todo organizado para corromper y ganar licitaciones”, dijo.
Corrupción también en la justicia
Por si fuera poco, a todo ello hay que sumar la corrupción judicial. El pasado julio estalló un escándalo que arrasó con las cabezas del Poder Judicial. La filtración de conversaciones telefónicas entre un grupo de jueces y autoridades judiciales peruanas reveló una madeja de corrupción y tráfico de influencias.
El caso se agravó aún después de que la mayoría fujimorista en el Congreso blindó al juez investigado como líder de la red corrupta, César Hinostroza (Ver más: Un escándalo de corrupción arrasa con las cabezas del Poder Judicial peruano).
El pasado julio estalló un escándalo que arrasó con las cabezas del Poder Judicial
Pese a todo, el presidente, Martín Vizcarra, salió airoso de aquella crisis. “Fue el que salió mejor parado por el gesto político de respaldar las protestas y movilizaciones de la gente”, aseguró a ALnavío Sinecio López. Algo que, en su opinión, podía dar más oxígeno al mandatario para avanzar en las reformas (Ver más: El fujimorismo es “el más golpeado” por la crisis judicial en Perú).
No se equivocó López. La semana pasada, el Congreso, con 75 votos a favor, 23 en contra y nueve abstenciones, aprobó prohibir la reelección inmediata de los parlamentarios en el mismo cargo. También respaldaron las iniciativas de reforma constitucional sobre la bicameralidad, la reforma del Consejo Nacional de la Magistratura y el financiamiento de los partidos políticos.
Reformas todas ellas planteadas por el Ejecutivo de Vizcarra y que se someterán a referéndum el próximo 9 de diciembre, como anunció el presidente este martes.
Las cuatro reformas constitucionales tienen un objetivo muy claro: combatir la corrupción. Falta hace en un Perú tan carcomido por los escándalos, las coimas y los intercambios ilícitos de favores. Pero parece que se atisba luz al final del túnel.