Daniel Gómez (ALN).- La deforestación es un problema grave en Perú. A ella se debe el 35% de las emisiones totales de dióxido de carbono. Es provocada sobre todo por la minería ilegal y el narcotráfico. El Fondo de Inversión en el Clima y el BID quieren aportar un granito de arena para resolver este asunto.
Perú es el quinto país del mundo en número de especies. Primero en número de plantas con propiedades probadas y utilizadas. Primero también en número de peces. Segundo en aves, tercero en anfibios y mamíferos, y quinto en reptiles.
Perú es todo un paraíso natural, sobre todo por su imponente Amazonía. De hecho, forma parte del club de los 17 países considerados megadiversos por su flora y fauna. Pero toda esa riqueza está amenazada.
Desde el Gobierno advierten que la deforestación, la gran plaga del país, ha arrasado con 120.000 hectáreas anuales entre 2001 y 2014. La deforestación también es la principal fuente de dióxido de carbono, responsable de 35% de las emisiones totales. En 2012, este dato incluso alcanzó el 51%.
El país quiere cuidar su riqueza, y por ello ha movilizado 36,3 millones de dólares. El Fondo de Inversión en el Clima aportará un crédito no reembolsable de 19,5 millones de dólares y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) prestará 16,8 millones de dólares con 40 años de plazo de reembolso, más 10 años de prórroga.
Con esos fondos, Perú titulará tierras y reconocimiento de comunidades nativas, invertirá en equipos y sistemas informáticos, brindará asesoramiento técnico, y fortalecerá los gobiernos regionales.
Informa el BID que las actividades se concentrarán en los departamentos de San Martín, Loreto y Madre de Dios, que son los más próximos a la Amazonía y los más afectados por la deforestación.
De esta forma, beneficiarán a 9.200 familias de comunidades nativas. A aquellos que cuentan con al menos dos hectáreas de producción agrícola por familia, principalmente para autoconsumo.
La lucha contra la deforestación
Cabe destacar que el sector agropecuario impacta 6% en la economía de Perú, según cifras oficiales de 2018. Mucha de esta actividad económica (65%) depende de productos como las papas, maíz, camote, la quinoa, las papayas, las legumbres, y un largo etcétera. Y la agricultura, aunque genere negocios en Perú, también genera deforestación siempre que no se cultive con orden. Pero ese es el menor de los problemas.
Con el dinero prestado, el Gobierno avanzará en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030. Todo un reto pues el país tiene que compaginar ecología y progreso, dos términos que por lo general no van de la mano.
La deforestación acabó con 143.000 hectáreas en la Amazonía de Perú
En el Acuerdo de París, Perú firmó rebajar 30% la emisión de gases de efecto invernadero de aquí a 2030. Hoy con la tecnología (y el dinero) esto es más fácil de conseguir, pero el gran reto no es regular la agricultura, sino frenar las actividades ilícitas que amenazan la Amazonía.
César Calmet, coordinador del Programa Nacional de Conservación de Bosques, dijo a la agencia AFP que buena parte de la deforestación que acecha al país es consecuencia de la minería ilegal y el narcotráfico.
“Estos agentes no se encuentran juntos en una sola zona devastada. Por ejemplo, en Madre de Dios la minería ilegal es el principal causante de la deforestación”. En este sentido, el funcionario agregó: “Si no se toman decisiones se podría llegar a magnitudes de 300.000 a 400.000 hectáreas anuales”.
El problema es real. Están los datos del Gobierno y los que reseña el diario peruano Gestión: en 2017 desaparecieron 143.000 hectáreas de bosques amazónicos en Perú, “el equivalente a 200.000 campos de fútbol”.