Alonso Moleiro (ALN).- El exsecretario general del PSOE levanta el puño izquierdo, entona la Internacional y tuitea primores sobre su visión europea. Parece, sin embargo, que no tiene los votos para ser de nuevo el líder del socialismo español. Esto, por supuesto, no queda evidenciado en su cuenta de Twitter. Frescos todavía los estruendos de la crisis interna del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que le hicieran abandonar la Secretaría General, Pedro Sánchez, uno de los protagonistas de aquellas tormentas, se exhibe hoy en las redes orondo, acompañado de sus seguidores, dispuesto a encarar el reto que ahora tiene frente a sí. Quiere evidenciar que su capital político, con todo, sigue sólido. En mayo viene la revancha de aquella crisis que produjo su dimisión: las primarias del socialismo español.
Sánchez tendrá que verse las caras con Susana Díaz -la expresión por excelencia de la ortodoxia, apoyada por la plana mayor de la organización, con las simpatías y el control de los mandos funcionales- para dirimir, sin traumas o con la menor cantidad de traumas, las diferencias que anidan en el seno de los socialistas. Una situación que no solo ha lastimado el trato entre sus dirigentes, sino que ha quebrantado las instancias de dirección y, muy notoriamente, el caudal de votos. Tercia en la competencia el dirigente vasco Patxi López, una potencial bisagra para concretar alianzas luego de los resultados de la consulta.
Sánchez tendrá que verse las caras con Susana Díaz
Visto a la distancia, el episodio puede ser interpretado como uno de los varios capítulos que dan cuenta de la crisis de identidad y arraigo del socialismo europeo, asediado por los populismos, especialmente en su capítulo mediterráneo.
Con una postura notoriamente más a la izquierda que la de muchos de sus compañeros, puestos ante una verdadera prueba de tolerancia a partir de la emergencia de un partido como Podemos, Sánchez tiene como adversarios nada menos que a Felipe González, Alfonso Guerra, José Luis Rodríguez Zapatero, Carmé Chacón y Alfredo Pérez Rubalcaba. La prensa española ha llegado a comentar que constituye todo un logro de Sánchez haberlos puesto por una vez de acuerdo, en este caso para enfrentarle.
Por estos días, en plena campaña, ha celebrado Sánchez un exitoso mitin en Valencia, y así queda adecuadamente recogido en las redes sociales. Parece a gusto con su papel: un tono impugnador de las instancias directivas y apego al dictado de las bases. Una postura jacobina dosificada. Esto dijo @sanchezcastejon a propósito del comentado acto del 26 de marzo:
https://twitter.com/sanchezcastejon/status/845977228282355713
Esto había dicho, también por Twitter, poco antes de aquella concentración:
https://twitter.com/sanchezcastejon/status/845601839143903232
Son pocas las posibilidades que tiene Pedro Sánchez, de acuerdo con lo que comentan la mayoría de los analistas. El estruendo que le quitó el suelo político no ha pasado sin dejar consecuencias. La andaluza Susana Díaz, quien tras largos meses de espera anunció este domingo lo que todo el mundo sabía, parece contar con el favoritismo.
https://twitter.com/sanchezcastejon/status/845018696993177605
Sánchez tuitea primores, pero el discurso está muy estudiado. En la Cadena Ser, una de las más escuchadas en España, se ha comentado que lo hace “para no ensuciar su mensaje con el ruido de las contradicciones”. De hecho, Sánchez tiene mucho tiempo que no ofrece entrevistas. “Celebra actos multitudinarios, que le permitan defender que es el candidato a quien quiere la militancia, por escasos y poco significativos que sean sus apoyos orgánicos”, comentan también los analistas.
Hay discurso, hay estrategias, hay tuits, hay gente en los mítines. Lo que no parece haber son votos.