Daniel Gómez (ALN).- El presidente reconoce que el turismo es el “sector que más riqueza aporta a España” y el que más aportó cuando la crisis. “En los tiempos más duros siguió creando empleos”, apuntó.
A España llegaron 82,6 millones de turistas en 2018. Otro récord histórico en un sector, el turístico, que representa 11% de la economía nacional y aporta más del 12% de los afiliados a la seguridad social. España es, además, el país más competitivo del mundo en turismo, según el Foro Económico Mundial.
Son datos que apuntó este lunes el presidente español, Pedro Sánchez, en el Foro de Innovación Turística del Grupo Hotusa, organizado por primera vez en Ifema, recinto de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) que se celebrará esta semana en Madrid.
Pedro Sánchez: “Quien viene y conoce a España no la olvida”
Sánchez reivindica al turismo como “el sector que más riqueza aporta a España”, así como “una prioridad para el Gobierno”. La prueba es que por primera vez desde 2012, organizará una reunión ministerial para abordar el futuro del sector.
Para Sánchez, “el turismo fue el salvavidas de los españoles cuando la crisis” ya que “en los tiempos más duros siguió creando empleos”. No sólo lo dice por la generación de puestos de trabajo, sino porque contribuyó a reforzar la imagen del país.
“Quien viene y conoce a España no la olvida”, apuntó.
¿Un mensaje a los taxistas?
En este sentido, dijo que “hay que saber adaptarse a cualquier escenario posible, a un consumidor cada vez más exigente”. ¿Un mensaje para los taxistas? Hay que recordar que los taxistas de Madrid y Barcelona están en huelga indefinida ya que denuncian competencia desleal por parte de las empresas de transporte como Uber y Cabify.
Sánchez, en todo caso, no mencionó en ningún momento a los taxistas. De lo que sí habló fue de la España interior. “De la España que se enfrenta al vacío, a la despoblación”. En este sentido, reconoció su implicación para ayudar a esa España de tesoros.
Porque según Sánchez, uno de los retos que tiene el país por delante es recuperar “la pérdida de identidad de los destinos”. No en este caso la España interior. Los otros desafíos tienen que ver con la saturación puntual en algunos lugares, la consecuente turismofobia y la pérdida de calidad ambiental.