Redacción (ALN).- La firma Boungy constata la crisis de PDVSA, que se ve obligada a echar mano de importaciones por la falta de crudo ligero.
La firma Boungy trae este dato: PDVSA “ha lanzado una de sus mayores licitaciones de los últimos años en el mercado abierto, pues está ofreciendo comprar 17 cargamentos de combustibles, lo que equivale aproximadamente a 6,32 millones de barriles, en medio de un escenario donde las refinerías nacionales operan en mínimos históricos dado la falta de mantenimiento y la escasez de crudo ligero”. No es una información cualquiera. Es la constatación de una crisis. De la crisis de la que fue una de las mayores petroleras del mundo. Boungy reporta lo que a su vez recoge Reuters de lo que busca PDVSA: “Entre el 1 y el 20 de julio; 600.000 barriles de mezcla para gasolina RON, 900.000 barriles de diésel ultra bajo en azufre y 600.000 barriles de nafta. Entre julio y diciembre, 500.000 barriles de VGO (gasóleo de vacío) y 720.000 barriles de éter metil tert- butílico”. Lo peor del caso es el siguiente dato que asoma Boungy con la firma de Jonathan Michael y que refleja la causa real por la que PDVSA se ve obligada a echar mano de importaciones. La falta de crudo ligero. Pero ¿dónde está ese petróleo liviano? Boungy Reponde: “El petróleo Mesa 30, uno de los más ligeros de Venezuela, utilizado para diluir el crudo extra pesado de la Faja del Orinoco, es exportado a Cuba, encontrándose el rango de los envíos entre 850 mil y 1,4 millones de barriles por mes”.