(EFE).- La Asamblea Nacional (Parlamento) nicaragüense, donde el oficialismo tiene mayoría absoluta, pidió este martes al presidente Daniel Ortega que denuncie la Carta de la OEA y retire a Nicaragua de ese organismo interamericano, al que tildaron de «ministerio de las Colonias» estadounidense.
En una declaración aprobada con el voto de 83 diputados y tres abstenciones, el Parlamento instó a Ortega, «en su condición de Jefe de Estado y Jefe de Gobierno, a que denuncie la Carta de la Organización de los Estados Americanos (OEA), siguiendo el mecanismo estipulado en el Artículo 143 de dicho instrumento».
Esa declaración fue propuesta por los sandinistas en rechazo a una resolución aprobada el viernes pasado en la 51 Asamblea General de la OEA, que desconoció las elecciones del 7 de noviembre, en las que se impuso Ortega, al advertir que «no fueron libres, justas ni transparentes y no tienen legitimidad democrática».
En su declaración, el Parlamento rechazó «de manera categórica y pública las continuas acciones injerencistas de la OEA, manifestadas» en esa resolución, adoptada en la Ciudad de Guatemala, la que, a su juicio, violó «abiertamente el principio de no intervención en los asuntos internos de otros Estados».
Los legisladores también solicitaron a los demás poderes del Estado de Nicaragua, todos bajo control sandinista, «pronunciarse ante este reprochable acto injerencista, para que juntos continuemos defendiendo la soberanía y dignidad de nuestra patria».
SANDINISTAS CRITICAN A LA OEA
Según los diputados oficialistas, la OEA, con la resolución en la que descalificó los comicios nicaragüenses, obedeció «a intereses de traidores de la patria y personeros de la Casa Blanca de los Estados Unidos de América y sus subordinados».
«La OEA, con su actuación, se ha ganado con creces el nombre de ministerio de Colonias» estadounidense, dijo el diputado sandinista José Figueroa, durante el debate.
«Basta ya a ese ministerio de Colonias, basta ya a este organismo internacional que no nos representa», señaló, por su lado, su colega Iris Montenegro.
«Su papel (el de la OEA) es ser vocera de los dictámenes de los Estados Unidos», espetó el legislador oficialista Carlos Emilio López, para quien «denunciar la Carta significa dejar de ser parte de ese organismo que sólo ha servido como un ministerio de Colonias de Estados Unidos».
Los sandinistas, cuya mayoría de diputados fueron reelegidos en las polémicas elecciones, apelaron al nacionalismo y a la Carta Magna para rechazar la resolución de la OEA, que calificaron de «irrespetuosa, ilegítima y absolutamente ignorante de los principios que motivaron la fundación de este organismo internacional».
LA MAYORÍA DESCONOCE EL PROCESO
Ortega, que retornó al poder en 2007, fue reelegido para su quinto mandato de cinco años y cuarto consecutivo, junto con su esposa Rosario Murillo, como vicepresidenta, en los comicios generales del 7 de noviembre, que no han logrado el reconocimiento de la mayoría de la comunidad internacional.
Además de la OEA, la Unión Europea, y una parte del resto de la comunidad internacional, rechazaron las elecciones de Nicaragua, entre otros, por la ausencia de siete aspirantes a la presidencia de la oposición que fueron encarcelados previo a las votaciones acusados de «traición a la patria, entre ellas la independiente Cristiana Chamorro, favorita en las encuestas.
Así como por la eliminación de tres partidos opositores, la derogación de la observación electoral, discrepancias sobre el nivel de participación, y una serie de leyes que restringieron la participación en el proceso.
Entre los países que han felicitado a Ortega por su reelección se encuentran sus aliados de Bolivia, Corea del Norte, Cuba, Irán, Palestina, Rusia, Siria, Venezuela y Vietnam.