(EFE).- La gira internacional que el líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia lleva a cabo estos días para entrevistarse con los líderes de varios países, entre ellos Estados Unidos, ha suscitado opiniones diversas entre analistas políticos consultados por EFE, quienes sin embargo coinciden en que, aunque sea significativa, esta iniciativa política no logrará resolver la profunda crisis que vive Venezuela.
Los expertos estiman que el esfuerzo diplomático del excandidato presidencial de la oposición mayoritaria, agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), busca apoyo internacional ante la controvertida investidura presidencial de Nicolás Maduro, prevista para el próximo 10 de enero, pero enfrenta limitaciones estructurales y geopolíticas que parecen insuperables.
La situación en Venezuela se encuentra en un punto crítico donde «ni la gira del respetable Edmundo González ni la ceremonia impuesta por Nicolás Maduro resuelven el drama de Venezuela», considera el diplomático y catedrático chileno Fernando Reyes Matta.
La raíz del problema, a juicio de Reyes Matta, es la falta de legitimidad democrática, resultado de un proceso electoral empañado por irregularidades y la consolidación de un régimen autoritario.
Una negociación «cara a cara»
«Lo que Venezuela necesita para salir de esta crisis profunda es una negociación cara a cara donde, con realismo, ambas partes determinen una transición pactada», enfatiza el académico chileno, director del Centro de Estudios sobre China de la Universidad Andrés Bello.
Sin embargo, reconoce que dicha transición no será «fácil ni breve», y subraya la importancia de liderazgos dispuestos a priorizar los intereses del país por encima de los personales.
Por su parte, el politólogo y profesor universitario Patricio Navia fue más crítico al señalar que la gira de González Urrutia podría resultar simbólica, pero inefectiva.
«Yo creo que Edmundo González se va a convertir en un nuevo (Juan) Guaidó», comenta en referencia al expresidente de la Asamblea Nacional (AN) que pese a obtener reconocimiento internacional, no logró un cambio tangible en el poder político venezolano.
Según Navia, el control que mantiene Maduro sobre las Fuerzas Armadas y la falta de voluntad internacional para intervenir militarmente limitan severamente las posibilidades de cambio.
«Da lo mismo si González ganó la elección. Maduro no va a dejar el poder por las buenas», sentencia este profesor titular de Estudios Liberales de la Universidad de Nueva York.
El contexto internacional también representa un obstáculo para las aspiraciones de González. Al respecto, Navia llama la atención sobre la indiferencia de la Administración de Donald Trump hacia una intervención en Venezuela.
A Trump «no le interesa meterse en líos»
«Al Estados Unidos de (Donald) Trump no le interesa meterse en más líos en el mundo. Si (Nicolás) Maduro es funcional a la agenda proteccionista y antiinmigrante de Trump, Washington no va a gastar un peso en sacarlo», asegura.
Incluso con figuras como Marco Rubio -senador republicano designado por Trump como futuro secretario de Estado- abogando por una política más agresiva contra gobiernos como el de Maduro, Navia recuerda que «el que manda en Washington es Trump» y que su prioridad no es promover la democracia, sino atender intereses económicos y estratégicos.
«Si Maduro controla la inmigración ilegal y está dispuesto a hacer negocios de energía con Estados Unidos, Venezuela podrá entrar a la lista de dictaduras que Washington tolera en el mundo», concluye.
«Calibrar expectativas»
En tanto, el politólogo y jurista argentino Daniel Zovatto se refiere a la necesidad de «calibrar expectativas» respecto a la gira de Edmundo González y su impacto en la crisis venezolana.
Aunque la oposición ha generado esperanza, Zovatto, «global fellow» del Programa Latinoamericano del Wilson Center, advierte de que estas expectativas podrían no materializarse.
«La capacidad de González Urrutia de impedir que Maduro se posicione es bastante reducida», sostiene Zovatto, para quien no se dan las condiciones que permitan un cambio inmediato en la situación política.
La oposición enfrenta grandes limitaciones, con Edmundo González fuera del país y la líder opositora María Corina Machado operando en la clandestinidad. Esta situación refleja una fragilidad que dificulta la capacidad de acción conjunta de los líderes opositores, opina el exdirector del Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA Internacional).
En cuanto al respaldo internacional, Zovatto advierte de que es parcial y carece de cohesión.
Aunque algunos países, como Estados Unidos, han reconocido a González Urrutia como presidente electo, “no hay una coalición de América Latina realmente articulada” y los apoyos internacionales son insuficientes para ejercer una presión significativa contra el régimen de Maduro.
Y a nivel interno, añade, «la represión ejercida por el régimen» limita seriamente la posibilidad de manifestaciones populares masivas que respalden a la oposición, que a pesar de todo no se está resignando y tiene como objetivo central deslegitimar a Maduro como un «presidente de facto».
Zovatto concluye que esta estrategia busca mantener viva la esperanza de una transición democrática en Venezuela, pero advierte que el cambio dependerá de factores aún inciertos, como posibles fracturas internas en las Fuerzas Armadas.
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