Redacción (ALN).- “Las aguas del mar Caribe continúan cobrándose la vida de personas venezolanas”, dijo este lunes Eduardo Stein, representante especial conjunto del Acnur y la OIM para los Refugiados y Migrantes de Venezuela. El pasado jueves al menos 24 personas fueron víctimas de un naufragio en Trinidad y Tobago.
Acnur, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) «están profundamente consternados por la última pérdida de al menos dos vidas después de que un barco se hundiera frente a las costas de Venezuela el jueves 22 de abril».
Eso dicen en un comunicado conjunto publicado este lunes.
Según informes de las autoridades locales, se cree que al menos 24 personas, incluidos varios niños, estaban a bordo del barco que se dirigía a la nación caribeña de Trinidad y Tobago. Siete personas fueron rescatadas por embarcaciones comerciales venezolanas, y se han recuperado dos cuerpos mientras continúan las operaciones de salvamento para encontrar a otros posibles sobrevivientes entre las 15 personas venezolanas que siguen desaparecidas.
“Las aguas del mar Caribe continúan cobrándose la vida de personas venezolanas”, dijo Eduardo Stein, representante especial conjunto del Acnur y la OIM para los Refugiados y Migrantes de Venezuela.
«A medida que las condiciones en el país siguen deteriorándose, agravadas por la pandemia, los venezolanos continúan emprendiendo viajes que ponen en peligro sus vidas», agregó.
Este es el último de varios incidentes relacionados con el naufragio de botes que transportaban refugiados y migrantes venezolanos hacia islas del Caribe, el último reportado cerca de Guiria en diciembre del año pasado.
Con las fronteras terrestres y marítimas aún cerradas para limitar la propagación del coronavirus, estos viajes se realizan principalmente a través de rutas irregulares, lo que aumenta los peligros, así como los riesgos de salud y protección.
“Los naufragios, las muertes trágicas en cruces fronterizos y el sufrimiento son evitables, pero solo si se moviliza una acción internacional inmediata y concertada para encontrar soluciones pragmáticas que pongan al frente de la respuesta el salvar vidas y la protección de los derechos humanos. El establecimiento de vías regulares y seguras, a través de visas humanitarias y la reunificación familiar, así como la implementación de sistemas de ingresos sensibles a la protección y mecanismos de recepción adecuados, pueden prevenir el uso de rutas irregulares, el contrabando y la trata», explicó Stein.
Acnur y la OIM reiteran su disposición de brindar apoyo y experiencia técnica para explorar soluciones prácticas que brinden vías regulares y sostenibles, teniendo en cuenta las medidas de prevención de la covid-19. Acnur y la OIM, como colíderes de la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), trabajan con al menos otros 24 socios y gobiernos de todo el Caribe para atender las necesidades de refugiados y migrantes en la subregión.
Hay más de 5 millones de personas refugiadas y migrantes venezolanas en todo el mundo, de los cuales se estima que 200.000 están alojados en el Caribe.
En 2020, se registraron al menos dos naufragios frente a las costas de Venezuela.