(EFE).- Las autoridades de Panamá y Costa Rica acordaron este martes trasladar a los migrantes que retornan desde el norte del continente hacia el sur a albergues en las fronteras para luego ser devueltos a sus países de origen en aviones pagados por EE.UU. tras detectar un «flujo migratorio inverso».
El ministro de Seguridad de Panamá, Frank Ábrego, explicó que la reunión con su homólogo costarricense, Mario Zamora, «permitió establecer un protocolo inicial para gestionar el retorno de migrantes irregulares, que contempla su concentración en el Centro de Atención al Migrante (Catem) en Costa Rica».
Desde ese Catem «serían trasladados a Metetí (en Darién, frontera con Colombia) o Los Planes de Gualaca (en Panamá, limítrofe con Costa Rica), y posteriormente repatriados por vía aérea o marítima a sus países de origen, en coordinación con el memorando de entendimiento suscrito con Estados Unidos», agrega el ministro según un comunicado.
Se acordó «que los migrantes irregulares deberán presentarse en el Catem, donde se registrarán sus datos y se les realizará un control biométrico para verificar la ausencia de antecedentes delictivos», según la información oficial de la cartera de Seguridad panameña.
Síguenos en nuestro canal de Telegram aquí
Flujo migratorio inverso
Ambas autoridades «continúan analizando estrategias para gestionar el flujo migratorio inverso» y «entre las medidas consideradas destaca la implementación del mismo sistema de transporte en autobuses desde el Catem hasta Lajas Blancas (Darién), donde los migrantes recibirían asistencia antes de su retorno al sur».
«Queremos garantizar un flujo migratorio ordenado, legal, humanitario y seguro. Esta reunión marca el inicio de una coordinación que busca asegurar el regreso de los migrantes a sus países de origen en condiciones adecuadas», señaló el ministro costarricense.
El 2 de febrero, el presidente panameño, José Raúl Mulino, propuso al secretario de Estado de EE.UU, Marco Rubio, durante su visita oficial al país, estrechar la cooperación en la deportación de migrantes ya que ambos países mantienen desde julio pasado un acuerdo para devolver a los transeúntes que hayan cruzado la peligrosa selva del Darién, la frontera natural con Colombia, en vuelos pagados por el país norteamericano.