Daniel Gómez (ALN).- América Central es el motor de Latinoamérica. Allí la inversión extranjera directa acumula ocho años en alza. Al frente de esta pujante región se sitúa Panamá. El potencial logístico y los recursos naturales han cautivado a empresas como First Quantum Mineral, FedEx y Telefónica. Estas y muchas más invirtieron en Panamá 6.066 millones de dólares en 2017, según un informe de la Cepal.
Panamá es la envidia de Latinoamérica. Este pequeño país, de apenas cuatro millones de habitantes y 7.000 kilómetros cuadrados de superficie, encadena 15 años de bonanza económica.
Desde 2002, el Producto Interior Bruto (PIB) crece a un ritmo de 6% anual. Una tendencia que, de mantenerse, le permitiría alcanzar los niveles de país desarrollado antes que ningún otro en la región. Así se lo dijo al diario ALnavío Carlos Ernesto González de la Lastra, presidente de la consultora Panama Maritime Advisors.
No hay más que comparar a Panamá con los grandes países latinoamericanos: Brasil, México, Colombia y Chile. Las últimas proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) dicen que la economía panameña crecerá 5,6% en 2018. La brasileña lo hará 2,3%, la mexicana 2,3%, la colombiana 2,7%, y la chilena 3,4%. No hay color.
Existe otra prueba que demuestra el idílico momento de Panamá. Basta con analizar los datos de inversión extranjera directa de 2017 publicados por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (Cepal).
Precisa el estudio que los flujos de capital dejaron 6.066 millones de dólares en Panamá. Mucho más que en cualquier lugar de Centroamérica y casi lo mismo que en Chile, que atrajo 6.419 millones de dólares, siendo un país que le cuatriplica en población y su superficie es 100 veces más grande.
Panamá, que captó 1,2% más de inversión extranjera en 2017 que en 2016, tiene entre sus inversores a multinacionales como FedEx, Enel y Telefónica. La española invirtió 220 millones de dólares para mejorar la red de telecomunicaciones. FedEx potenciará sus actividades de logística con 84 millones de dólares. Y Enel desarrolla un proyecto de energía solar por 55 millones de dólares.
Otra española, Acciona, construirá plantas de tratamiento de agua valoradas en más de 300 millones de dólares. El fondo soberano Dubai World comprometió 113 millones de dólares para seguir desarrollando el Canal. Y la canadiense First Quantum Mineral alcanzó a finales de 2017 el 70% de la construcción de Cobre Panamá. Un megaproyecto de 6.300 millones de dólares para seis años, de los cuales, 1.256 millones se invirtieron en 2017.
Números así demuestran el potencial de Panamá. Un país que quiere ser el centro logístico de América Latina gracias a sus infraestructuras y zonas francas. Un país que no sólo es un canal entre el Atlántico y el Pacífico, sino que también cuenta con oportunidades en renovables y minería.
Costa Rica, Honduras y El Salvador están en auge
El caso de América Central también es reseñable. Mientras la inversión extranjera cae en Suramérica por tercer año consecutivo, la región acumula ocho años de crecimiento para consolidarse como el motor de Latinoamérica.
Si bien Panamá es responsable del auge de Centroamérica, países como Costa Rica, Honduras y El Salvador también aportan su granito de arena, al tiempo que compensan el mal 2017 de Guatemala y Nicaragua.
Costa Rica recibió 2.997 millones de dólares de capital extranjero en 2017, 1,2% más que en 2016. Buena parte de ese dinero está destinado a la industria manufacturera, que captó 1.422 millones de dólares.
La inversión extranjera directa en El Salvador creció 127% en 2017
En Honduras, la inversión extranjera totalizó 1.186 millones de dólares en 2017, 4,1% más que hace un año. Tres cuartas partes de ese dinero fueron a parar a la reinversión de beneficios. Esta proporción es mayor que la de los otros países centroamericanos.
Guatemala recibió 1.147 millones de dólares de inversión extranjera. 38 millones de euros menos, lo que equivale a una caída de 3,2%. El motivo “es la discontinuidad de las altas inversiones que se registraron hace algunos años en el sector de la energía eléctrica y en la minería”, explica la Cepal.
Nicaragua tampoco pudo captar más dinero que en 2016. De hecho, cerró 2017 con 897 millones de dólares de inversión extranjera. Un descenso casi inapreciable, de 0,3%. Los sectores que más dinero recibieron fueron las industrias de confección de ropa y cableado.
El Salvador, pese a ser el país centroamericano que menos capital atrajo, protagonizó el mayor incremento de todos: de 127,6% interanual al conseguir 792 millones de dólares de inversión. La manufactura textil, el sector de bebidas y la reparación de aviones totalizaron 414 millones de dólares. El comercio también creció con brío. Recibió 130 millones motivado por las inversiones anunciadas por Walmart y LG.