Daniel Gómez (ALN).- El Congreso de Perú eligió este lunes a Francisco Sagasti como nuevo presidente. Ingeniero de 76 años, antaño asesor de empresas privadas y de Naciones Unidas, así como alto ejecutivo del Banco Mundial, Sagasti asume el mandato con la intención de pacificar Perú antes de las elecciones de abril de 2021.
El primer gesto de Francisco Sagasti como presidente de Perú fue acercarse a los jóvenes que lideraban las protestas enfrente del Congreso y saludarles. Rodeado de un fuerte cordón policial abandonó la sede legislativa y les hizo un gesto de deferencia con la mano en alto. En ese momento los gritos de protesta se convirtieron en aplausos y comenzó el canto de “Sagasti presidente”.
Y es que para este presidente los jóvenes serán un elemento clave de su gobierno. Con ellos ha estado conversando esta última semana, e incluso marchando a su lado. El ahora mandatario participó en la primera protesta luego de que Martín Vizcarra fuera removido de la presidencia por un supuesto caso de corrupción y sobornos. Una primera marcha que debilitó al ya de por sí frágil gobierno de Manuel Merino, un dirigente sin apoyo social ni político, que duró apenas seis días como presidente luego de que dos veinteañeros murieran baleados por la policía el pasado sábado. Precisamente a estos dos muchachos se refirió Sagasti en su primer discurso.
“No podemos retroceder, volverlos a la vida, pero sí podemos desde el Congreso, desde el Ejecutivo, tomar acciones para que esto no vuelva a suceder”, dijo.
Más tarde, Francisco Sagasti explicó los cinco retos que marcarán su gobierno:
– Pacificar el país para lograr una transición ordenada hasta las elecciones del 11 de abril de 2021.
– Retomar la agenda del coronavirus.
– Enfrentar la crisis económica.
– Intensificar la lucha anticorrupción.
– Cerrar las líneas maestras del Bicentenario de la Independencia de Perú, el próximo 28 de julio.
Esta ruta la señaló en una entrevista con RPP Noticias. Insistió en que su gobierno tiene que rendir “lealtad a toda la ciudadanía, sin excepciones”. Por ese motivo Sagasti renunció este mismo martes a su candidatura a vicepresidente de cara a los comicios de abril como representante del Partido Morado.
“Vamos a tratar de mantener el pluralismo que necesita el país”, dijo. “Uno de los temas centrales es tener una campaña electoral limpia, transparente y en la medida en la cual la participación de dirigentes del Partido Morado se vea en el gabinete en puestos altos se podría ver en sospecha. No hay ningún veto, pero no queremos que el proceso electoral esté a favor o en contra de algún partido”.
Sagasti es consciente de que tiene poco tiempo, de que las arcas del Estado están vacías, de que el país, a pesar de estar ahora más calmado, seguirá en tensión por la corrupción, que afecta a todos los expresidentes vivos de Perú, y por una situación de desigualdad agravada por la pandemia y la crisis económica.
“Es hora de dar señales claras de lo que queremos hacer en medio ambiente y desarrollo, en protección de áreas naturales, en pensar claramente cómo vamos a desactivar conflictos sociales… Sabemos que no vamos a solucionar todo en pocos meses, pero nuevamente lo que queremos es sentar las bases para un gobierno más ordenado y empezar el tercer siglo de país con vida independiente más calmados y con visión de futuro”, apuntó.
Francisco Sagasti, de 76 años, es ingeniero industrial de formación. Antes de ingresar en la política, trabajó como asesor en empresas privadas, consultor en Naciones Unidas y se desempeñó como alto ejecutivo del Banco Mundial. Se define como un político moderado. De centro. Y la prueba es que ahora hay sectores en Perú que lo caricaturizan como un “marxista peligroso”, y otros como un hombre plegado al establishment y las grandes corporaciones.
“Eso quiere decir que algo estoy haciendo bien”, comentó Sagasti.