Daniel Gómez (ALN).- Los amigos de Pablo Isla, consejero delegado y presidente de Inditex, le definen como un hombre humilde y un poco tímido. Quizá por eso no ha tenido un papel tan relevante desde el punto de vista mediático en su empresa. La sombra del patriarca Amancio Ortega es alargada, pero ahora pierde fuerza tras lo que parece una retirada. El nombramiento de Isla como mejor ejecutivo de 2017, por parte de la ‘Harvard Business Review’, también ayuda a reforzar su importancia.
2017 supondrá un punto de inflexión para Pablo Isla, presidente y consejero delegado de Inditex. En octubre, la Harvard Business Review, una de las revistas sobre empresas y liderazgo más influyentes, concedió a este español el título de mejor ejecutivo del año.
Ahí no quedó la cosa. La revista reconoció a Isla méritos tales como el crecimiento de Inditex en el mercado internacional y su buen hacer a la hora de integrar el negocio físico con el digital. Hazañas que hasta ahora se habían atribuido a Amancio Ortega, fundador y máximo accionista del grupo.
Parece que las cosas dejarán de ser así. Este 2017, el patriarca, ya con 81 años, ha decidido dejar de lado, casi por completo, sus funciones ejecutivas en Inditex. Este miércoles, se supo que Ortega se retiró del puesto de apoderado en 45 sociedades dependientes de Inditex, según informó el diario Vozpópuli.
Inditex, referente mundial en la industria textil, es la empresa más potente de España con una capitalización que ha llegado a superar los 110.000 millones de euros. Cuenta con más de 7.000 tiendas en todo el mundo, ingresa al año más de 20.000 millones de euros y posee marcas reconocidas internacionalmente como Zara, Massimo Dutti, Pull and Bear y Bershka.
En 1975, Ortega, gallego, abrió en La Coruña una tienda de ropa llamada Zara. Esta gustó y abrió otras enseñas por España. Una década después, Ortega creó Inditex a modo de paraguas: agrupó los negocios de Zara y sus plantas de fabricación para el mercado europeo. Esta nueva estructura, fundada en 1985, repercutió en más ingresos, más tiendas y la creación y compra de nuevas marcas.
Llegó el nuevo siglo y con él, una nueva aventura para Inditex. En 2001, el grupo salió a Bolsa para lograr más financiación. El movimiento, como todos los anteriores, también fue un éxito. Y es que, desde ese momento, el valor de la acción de Inditex casi se ha duplicado. Debutó en el parqué español a 3 euros y hoy ya supera los 30.
Humildad, timidez y un espectacular currículo
Mientras Ortega hacía grande a Inditex, Isla, licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, trabajó como abogado para el Tesoro Público, luego se convirtió en secretario general de Banco Popular y después presidió la tabaquera Altadis.
Una jugosa experiencia que convenció a Ortega, quien lo involucró a Inditex en 2005 como consejero delegado. Desde el primer momento, Isla fue la mano derecha de Ortega. Una tarea que el patriarca le reconoció en 2011 cuando le entregó la presidencia.
Ese trasvase de testigos no supuso, en cambio, la retirada de Ortega. El magnate gallego, quien llegó a liderar la lista de billonarios de la revista Forbes en alguna ocasión -hoy ocupa el cuarto puesto con una fortuna de 65.000 millones de euros-, se situó en un aún más discreto segundo plano cuando dejó de ser presidente. Aun así, seguía acudiendo a la sede de Arteixo para guiar el rumbo de la compañía.
Ortega, que ahora sí parece dar un paso definitivo para retirarse al abandonar el apoderamiento de las sociedades de Inditex, siempre tendrá voz y voto en su grupo. Además de fundador, es máximo accionista con casi el 60% de los títulos. Y esto nadie lo sabe mejor que el propio Pablo Isla, el hombre con más responsabilidad ahora mismo sobre el futuro de Inditex.
Quizá no se hable tanto de Isla por su carácter. Sus compañeros, consultados por la revista de Harvard, le consideran humilde y un poco tímido. Un hombre que huye de fiestas e inauguraciones y agota sus horas en el avión visitando tiendas, fabricantes e inversores por todos los rincones del planeta.
A Isla, se ve que es una cuestión genética, le gusta pasar desapercibido ante el foco mediático, pero este 2017 su figura toma relevancia tras el movimiento de Amancio Ortega.
A esto se suma el reconocimiento de la Harvard Business Review, que reafirma la figura y el liderazgo de Isla dentro de los círculos empresariales.
Isla huye de fiestas e inauguraciones y agota sus horas en el avión visitando tiendas
El título que le concedió Harvard, el de mejor ejecutivo del año, no sólo le reconoce una buena gestión en materia de negocios, sino también el desempeño de directivo en cuestiones sociales y medioambientales, algo que la sociedad demanda cada vez más a las empresas.
En este momento, Pablo Isla tiene en marcha con Inditex el Programa de Recogida de Ropa Usada, en colaboración con diferentes ONG internacionales. Luego está Salta, un proyecto que ya cumple 10 años y que tiene el objetivo de dar formación e incorporar a las tiendas del grupo a personas que se encuentran en riesgo de exclusión social por tener difícil el acceso al mercado laboral.
Por otro lado, está el programa ‘for&from’, destinado a las personas con diferentes tipos de discapacidad, tanto física como intelectual. El proyecto se está ejecutando ya en 13 tiendas. Una de ellas es la que Inditex tiene en el centro comercial Sambil Outel Madrid, del Grupo Cohen de Venezuela.
A esto se suman otros convenios con ONG y fundaciones que también tienen como fin mejorar la imagen de Inditex, acusada por los sectores más críticos de evadir impuestos. Mecanismos de ingeniería fiscal de los que se libran pocas multinacionales. Por eso, a Isla sólo le preocupa una cosa: seguir llevando a Inditex por los mismos cauces que abrió Ortega.