Redacción (ALN).- La actual situación de impago de las cuotas del organismo internacional priva a Caracas del derecho a voto al que tendría derecho como Estado miembro. Las negociaciones entre Gobierno y oposición abren la puerta a nuevos fondos, pero sus fines serán humanitarios, señalan desde las Naciones Unidas.
La Organización de las Naciones Unidas celebró este lunes que gobierno y oposición venezolanos retomaran las conversaciones este pasado fin de semana en Ciudad de México, si bien descartó que este acercamiento pueda facilitar que Caracas recupere su derecho a voto en el organismo, que perdió hace dos años por impago.
En las últimas horas se especuló con la posibilidad de que Venezuela pudiera ponerse al día en el pago de sus cuotas a la ONU -y así recuperar su derecho a voto- aprovechando el acuerdo alcanzado entre ambas partes durante esta última ronda de negociaciones, que contempla la creación de un fondo; una medida que, según el facilitador de las conversaciones, el noruego Dag Nylander, cuenta con el apoyo de las Naciones Unidas.
«Bueno, tengo entendido que estos fondos se utilizarían con fines humanitarios», señaló este lunes el portavoz de la Secretaría General el organismo internacional, Stéphane Dujarric, en respuesta a una pregunta de un periodista sobre la posibilidad de que parte del monto sea utilizado para saldar cuentas con la ONU. «Nuestro auditor ha estado en contacto con las autoridades venezolanas en varias ocasiones para tratar de averiguar cómo puede pagar Venezuela».
Dujarric aseguró que la situación no se debe a una «renuencia a pagar» por parte del Gobierno de Nicolás Maduro, sobre el que pesan multitud de sanciones impuestas tanto por Estados Unidos como por otras naciones. «Sabemos que hay obstáculos, y estamos tratando de resolverlos -hasta donde yo sé- al margen de estos fondos humanitarios».
El sábado, desde Ciudad de México, el facilitador Nylander detalló que el fondo social se financiará con recursos congelados del Estado venezolano en el sistema financiero internacional, que se emplearán para apoyar programas de salud, alimentación y educación para los sectores pobres; mejorar el deteriorado sistema eléctrico público y atender a las familias afectadas por las fuertes lluvias ocurridas en el segundo semestre de ese año.
En el acuerdo no se mencionó la suma que manejará el fondo, pero se prevé pueda alcanzar los 3.000 millones de dólares.
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