Redacción (ALN).- «De mis ocho hijos (ya adultos), solo una sabe leer y escribir, los demás somos todos brutos». Las palabras son de Ángel Villasmil, de 58 años, un residente del pueblo venezolano de Ologá, en el fronterizo estado de Zulia, donde la vida parace haberse detenido en el siglo XVIII.
La tasa de alfabetización en Venezuela está por encima de 97%, de acuerdo con la Unesco, pero en este caserío salpicado por bosques de manglares, el cierre de la escuela solo empeoró el analfabetismo reinante, denuncia un reciente reporte de la agencia de noticias AFP.
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