Daniel Gómez (ALN).- La constructora brasileña Odebrecht, responsable del mayor escándalo de corrupción en Latinoamérica, tenía un reto: “Volver a crecer en 2018”. Este desafío lo ha cumplido tras suscribir un nuevo contrato en Brasil con la estatal Eletrobras para aumentar la capacidad de la termoeléctrica Santa Cruz. Lo firmó por 180 millones de dólares.
Hubo un tiempo en el que Odebrecht no era un escándalo. Era una empresa brasileña. La constructora más grande de Latinoamérica. Una de las firmas de ingeniería más reputadas del mundo, alabada internacionalmente por su esquema de gestión descentralizado.
Todo eso era Odebrecht antes de que en diciembre de 2016 saliera a la luz la red de sobornos que puso patas arriba la política latinoamericana, afectando a una decena de gobiernos en la región.
Que se destapara el escándalo fue un duro golpe para la empresa. De hecho, países como Brasil, Perú y Panamá le prohibieron participar en licitaciones públicas. Pero Odebrecht aguantó, conservó el nombre, pidió perdón, colaboró con la justicia e inició una transformación que ya se traduce en contratos en Brasil, país que le ha levantado el veto.
Hubo un tiempo en el que Odebrecht era la constructora más importante de Latinoamérica
Furnas, subsidiaria de la estatal brasileña Eletrobras, suscribió un contrato con Odebrecht por 180 millones de dólares para aumentar la capacidad de la termoeléctrica Santa Cruz, en Río de Janeiro, tal como informó este martes la agencia EFE.
El contrato, firmado el 19 de marzo, tiene un plazo de ejecución de 58 meses. De acuerdo con el Diario Oficial de la Unión, el consorcio Usina Termoelétrica Santa Cruz, del que forma parte la constructora, realizará proyectos de ingeniería, obras civiles, suministro de materiales, equipos y sistemas, servicios de desmontaje y montaje electromecánico y entrenamientos.
Según EFE, Odebrecht ganó la licitación en los últimos meses de 2017 en consorcio con una de sus subsidiarias. En aquel concurso compitió y se impuso a actores fuertes como la empresa EBE; Niplan, integrada con la firma francesa SNF; y Promon Ingeniería.
Ahora el reto de Odebecht es volver a ganarse la confianza del resto de los países de la región. Una estrategia que avanza en plazos ya que el reto de la constructora era “volver a crecer en 2018”. Y lo ha hecho gracias a este nuevo contrato y a un modelo de gestión renovado y basado, según prometen, en la transparencia.