Patricia J. Garcinuño (ALN).- La intervención de los militares para reprimir las protestas contra el Gobierno brasileño desata una ola de indignación entre la oposición y varios de los aliados políticos de Michel Temer, que calificaron la decisión como “insensata e irresponsable”.
Al terremoto político que ha sufrido Brasil en los últimos días se sumó este miércoles la decisión de Michel Temer de sacar el Ejército a las calles. Ante las multitudinarias manifestaciones contra el Gobierno que reunieron a primera hora de la tarde a más de 35.000 personas en el centro de la capital, según los datos de la Policía Federal, el Ejecutivo ordenó por decreto la intervención de los militares para reprimir a los manifestantes. Los actos de protesta dejaron ocho detenidos y 49 heridos, haciendo que aumentara aún más la tensión que vive el país en los últimos días.
Cuatro ministerios fueron incendiados y la explanada donde se había convocado una concentración pacífica se convirtió en el escenario de una auténtica batalla campal. Después de intentar disolver a los manifestantes lanzando pelotas de goma y gases lacrimógenos, la Policía Federal llegó incluso a disparar armas de fuego, tal como muestra el diario O Globo en un vídeo.
“El presidente resaltó que es inaceptable el desorden, el descontrol, y que no permitirá que actos como estos vengan a empañar un proceso que se desarrolla de forma democrática y en respeto a las instituciones”, justificó el ministro de Defensa, Raúl Jungmann, al informar sobre la intervención de los militares.
“Un gobierno que no soporta una manifestación es un gobierno que no tiene condiciones de continuar”, dijo Zarattini
Sin embargo, poco después, destacó que Michel Temer solo estaba cumpliendo con lo que le había solicitado el presidente del Congreso de los Diputados, Rodrigo Maia, algo que el propio Maia reconoció después. “Lo pedí porque el ambiente ahí afuera estaba volviéndose un infierno”, se defendió. Este jueves, Jungmann calificó la decisión de “gran éxito”.
La activación de una alerta especial para movilizar al Ejército y restablecer el orden público ya se había usado durante los Juegos Olímpicos y en las recientes huelgas de policía en Río y en el estado de Espírito Santo. Sin embargo, esta medida ha sido calificada por la oposición, aliados políticos de Michel Temer e incluso varios jueces como “insensata e irresponsable”, según las palabras del senador Renan Calheiros.
A gritos y empujones en el Congreso
Tal fue la indignación que levantó la decisión de sacar las tropas del Ejército a la calle que los propios parlamentarios acabaron entre gritos y empujones en el Congreso de los Diputados.
“Esto es gravísimo. Ni siquiera en el periodo de la dictadura militar vimos esta ocupación de la Explanada por el ejército”, afirmó el diputado Carlos Zarattini, líder del Partido de los Trabajadores (PT). “Un gobierno que no soporta una manifestación es un gobierno que no tiene condiciones de continuar”, añadió.
Finalmente, como acto de protesta, los diputados de la oposición, entre ellos el Partido de los Trabajadores, el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), el Partido Democrático Laborista (PDT), el Partido Comunista de Brasil (PCdoB) y el Partido de la Mujer Brasileña (PMB) abandonaron la sesión. El resto de la Cámara aprovechó para aprobar, sin la presencia de la oposición, siete medidas provisionales.
La OAB presenta petición de impeachment contra Temer
La presión sobre Temer es cada vez mayor. A la indignación en las calles, las reprimendas de la oposición y las dimisiones de dos ministros de su gobierno tras la publicación de unas grabaciones en las que se le escucha pidiendo que se mantengan sobornos a un exdiputado corrupto hay que sumarle la petición de impeachment que anunció el lunes y presentará esta tarde la Orden de Abogados de Brasil (OAB).
El documento ha sido aprobado por representantes de la organización de 24 estados y del Distrito Federal e irá acompañada por otras 16 solicitudes de juicio político que ya han sido presentadas en la Cámara.
La movilización del Ejército ya se había usado durante los JJOO y en las recientes huelgas de policía en Río y Espírito Santo
La OAB ve un delito de responsabilidad “indiscutible” en dos extractos de la conversación entre Michel Temer y Joesley Batista, dueño de la empresa cárnica JBS, en la que le ordena que se mantengan los sobornos que se venían realizando para que guardase silencio el exdiputado Eduardo Cunha, condenado a 15 años de prisión por cobrar coimas de Petrobras.
El presidente del Congreso de los Diputados será quien decidirá si sale adelante la propuesta. Sin embargo, este miércoles ya advirtió que esta decisión “no se tomará de la noche al día”. Pide paciencia.