Daniel Gómez (ALN).- El expresidente de España Felipe González siempre tiene palabras fuertes contra Nicolás Maduro. Y las seguirá teniendo. Dice que se ha vuelto un radical contra los tiranos. Pero esto no significa que vaya a defender las sanciones sectoriales, esas que impactan en la calidad de vida de los venezolanos. De hecho, las critica. “Las sanciones, digamos sectoriales, son de eficacia dudosa, ya que crean perjuicios a toda la población, y, por lo tanto, son prescindibles”. Y agregó: “Le sirven al régimen de coartada”.
A Felipe González, expresidente de España, le sacaron el tema Venezuela en una entrevista con el diario El Confidencial. Le preguntan concretamente sobre Juan Guaidó y su reconocimiento como presidente interino. Pero González, que no quiere embarrarse en esta polémica, apuesta por ser constructivo y enumerar los asuntos que deberían unir a la comunidad internacional. Uno de ellos, el replanteamiento de la política de sanciones. Al menos aquellas consideradas sectoriales. Esas que impactan en la calidad de vida de los venezolanos porque afectan el normal funcionamiento de una economía que, cabe precisar, estaba deteriorada por el modelo chavista.
Felipe González dijo: “Lo que sabemos es que las sanciones, digamos sectoriales, son de eficacia dudosa, ya que crean perjuicios a toda la población, y, por lo tanto, son prescindibles. Y después hay sanciones personales, por violación de derechos humanos y por robos sistemáticos. Si observamos el éxito revolucionario de 20 años, comprobaremos que se han robado no menos de 450.000 millones de dólares en el país más rico del mundo. Las sanciones sectoriales le sirven al régimen de coartada, cuando las mujeres no tienen ni siquiera acceso a anticonceptivos. En Venezuela, por cierto, está prohibido el aborto. Hay chicas de 26 años que tienen el sexto hijo sin tener qué dar de comer al primero”.
El expresidente español, como ya hizo la Oficina para la Gobernabilidad de Estados Unidos (GAO), el alto representante de la Unión Europea, Josep Borrell, y la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, cuestionó la efectividad de las sanciones económicas con unos argumentos similares: afectan a la población y sirven de excusa al régimen.
Un régimen al que, según González, la comunidad internacional tiene que contrarrestar poniendo en común todo lo que le une.
“Lo que llamamos comunidad internacional coincide en un denominador común muy interesante, en que Maduro no es un presidente legítimo. Tampoco la Asamblea Nacional o el Tribunal Supremo, que preside un condenado. Coincide también en que la oposición se ponga de acuerdo, y coincide en que hay que hacer una operación multilateral para alcanzar unos determinados objetivos, también en términos de urgencia alimentaria o de salud pública”, declaró el exmandatario socialista.
Felipe González sobre las posturas socialistas
A Felipe González El Confidencial también le preguntó por la disparidad de posturas que hay en el PSOE a la hora de abordar la crisis de Venezuela.
Por un lado, está la suya, quien reconoció haberse “vuelto un radical en la lucha contra los tiranos”. González ha venido defendiendo que con Maduro no se negocia y que no podrá haber elecciones libres en el país si él sigue en el poder, un pensamiento que coincide con la ruta de Guaidó.
Luego está la de Pedro Sánchez, presidente de España, quien sigue la línea de la Unión Europea de buscar una solución negociada entre las partes, sin poner como condicionante la marcha de Nicolás Maduro.
Y por último aparece la visión del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Este también apuesta por el diálogo, pero a diferencia de González y Sánchez, considera a Nicolás Maduro un presidente legítimo.
Sobre estas discrepancias entre dirigentes socialista, Felipe González le dijo a El Confidencial: “Parafraseando a Pedro Sánchez en la República Dominicana hace un año, el presidente dijo que la elección de Maduro era ilegítima y calificó el régimen no de dictadura, sino de tiranía. En los elementos fundamentales, que son los que me importan, estamos de acuerdo. La posición de Zapatero es diferente. Dice que conoce mejor que nadie lo que pasa en Venezuela y probablemente lo conozca mejor que nadie, lo que puede ser una ventaja hoy. Sin embargo, puede ser una desventaja mañana, cuando sea público el indiscutible horror en que vive Venezuela”.