Carlos Moreno (ALN).- La esposa de Nicolás Maduro fue la encargada de aprobar el estatus político a las FARC y el ELN cuando presidía la Asamblea Nacional en 2008. El diputado Saúl Ortega, del Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, fue quien presentó la propuesta, diseñada por el mismo Hugo Chávez.
La Asamblea Nacional de Venezuela estaba dominada en su totalidad por el chavismo y por partidos de izquierda en 2008 tras el abandono de la oposición democrática en las elecciones legislativas de 2005 por no existir garantías para unos comicios transparentes y el voto secreto.
El episodio abrió las puertas para un control absoluto del chavismo y organizaciones afines y también para que Hugo Chávez consolidara aún más su poder.
Cilia Flores, la esposa de Nicolás Maduro, presidía el hemiciclo desde 2006 con el apoyo del PSUV y el 17 de enero de 2008 mostraba al mundo su carácter obediente a los designios de Chávez. Ese día consolidaba la idea de dar el estatus de beligerancia a las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al Ejército de Liberación Nacional (ELN) con una resolución del Parlamento venezolano.
Este suceso, histórico por demás, reafirma las relaciones entre chavismo y guerrilla y es un antecedente directo en el conflicto planteado con el rearme de Iván Márquez, Jesús Santrich y Hernán Darío Velásquez, alias “El Paisa” y el abierto apoyo recientemente expresado por Nicolás Maduro, quien aseguró que los líderes guerrilleros son bienvenidos en Venezuela.
Resulta importante destacar puntos clave que configuraron y resultaron de aquel momento:
1. Un presidente de Venezuela, país fronterizo con Colombia, pedía al mundo beligerancia para los grupos armados que sometieron al país vecino a una guerra de 50 años.
2. El Parlamento venezolano fue el único en otorgar el estatus político a las FARC y el ELN, incluso daban la oportunidad de abrir oficinas de la guerrilla en Venezuela. La aprobación fue con la mayoría aplastante del chavismo y organizaciones afines que en 2008 controlaban toda la Asamblea Nacional (AN).
3. La declaratoria detonó las frágiles relaciones con el gobierno de Álvaro Uribe, quien acusó a Chávez de injerencia en asuntos internos de Colombia y expuso a Venezuela como santuario de la guerrilla.
4. Cilia Flores, la primera mujer venezolana en presidir la Asamblea Nacional, saltó a los titulares internacionales por obedecer la petición de Chávez de legalizar y dar estatus político a la guerrilla en el país.
La propuesta originalmente venía de Hugo Chávez, quien una semana antes había pedido que se les concediera el estatus de beligerancia a los grupos guerrilleros como método para encontrar la paz en Colombia.
Pero de un deseo, que había copado titulares de todo el mundo, surgió entonces la materialización de la idea en papel oficial de la Asamblea Nacional. Saúl Ortega, diputado del PSUV y presidente de la Comisión de Exteriores (hoy miembro de la Asamblea Nacional Constituyente, ANC), servía de mensajero para maquillar la orden de Chávez y fue quien llevó la propuesta.
En la jornada del 17 de enero de 2008 Iris Varela, diputada del PSUV y hoy ministra del Servicio Penitenciario de Venezuela, se manifestaba, con su particular tono, a favor de las FARC, el ELN y la petición de Hugo Chávez: “Detrás de todos los grupos de poder se encuentra el propio presidente de Colombia, Álvaro Uribe, con el apoyo de los movimientos paramilitares y el narcotráfico”
En su exposición manifestaba que el asesinato de cuatro candidatos presidenciales, Luis Carlos Galán, Bernardo Jaramillo, Jaime Pardo y Carlos Pizarro, junto con “el exterminio de miles de miembros de la Unión Patriótica, permiten afirmar que los sectores dominantes de poder son los responsables de cerrar los caminos pacíficos a la solución del conflicto colombiano”.
La región no terminaba de digerir la solicitud de Chávez de favorecer a los movimientos guerrilleros que sembraron el terror por 50 años en Colombia, cuando Cilia Flores daba el siguiente estacazo.
Iván Zerpa, secretario de la Asamblea Nacional, leía el documento para presentarlo a votación:
“Se somete a votación:
Primero: Respaldar la solicitud del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, en su propuesta de reconocer el carácter beligerante de los movimientos insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional como señal de voluntad de darle estatus político y generar confianza en las futuras negociaciones en el camino a la paz de Colombia…”.
¿Cuántos amigos chavistas han tenido Iván Márquez y las FARC en Venezuela?
Cilia Flores, sentada en la silla de la Presidencia de la AN, trajeada con blazer gris, camisa de cuello alto blanco y pañoleta dijo:
“Las diputadas y los diputados que estén de acuerdo en aprobar el acuerdo leído por Secretaría y presentado por el diputado Saúl Ortega, hacerlo con la señal de costumbre… Mayoría evidente… Aprobado”.
Y sonó la campañilla de mano a su derecha.
Fueron 161 diputados chavistas y de formaciones de izquierda los que levantaron la mano. Sólo siete parlamentarios del partido Podemos se abstuvieron en la decisión. La formación liderada por el diputado Ismael García había mostrado señales de distanciamiento con Chávez para ese momento tras negarse a fusionar su organización con el PSUV.
A Cilia Flores la acompañaban en la Junta Directiva de la AN Roberto Hernández (fallecido), de las mismas filas del PSUV, y José Albornoz, del partido Patria Para Todos, PPT. En algún momento culpó a los medios nacionales de tergiversar la información, y acusó abiertamente al canal de noticias Globovisión, en ese momento dirigido por el periodista Alberto Federico Ravell, de mentir al respecto. Pero ya era tarde, las imágenes de la aprobación, sus palabras y el apoyo habían sido capturados por las cámaras dentro del hemiciclo.
Saúl Ortega sería premiado meses después con la Primera Vicepresidencia de la Asamblea Nacional, cargo que ocupó hasta 2010.
El hecho se convirtió en noticia internacional en pocos minutos, rodando por redes y portales informativos de América, Europa y Asia.