Juan Carlos Zapata (ALN).- Juan Guaidó tiene 56,5% pero Nicolás Maduro se queda en el poder. Maduro apenas tiene un 12,9% pero se queda en el poder. La evaluación negativa sobre Maduro crece hasta el 84,1%, pero Maduro se queda en el poder. Inclusive, María Corina Machado está en mejor posición que Maduro, pero Maduro se queda en el poder.
La más reciente encuesta de Datanálisis está llena de datos. Esta es una encuesta de prestigio en Venezuela. Pero vayamos al foco. ¿Se queda o no Nicolás Maduro en el poder? La encuesta en el segmento sobre aprobación pone encima de Maduro a casi toda -por no decir toda- la dirigencia opositora. A Juan Guaidó, que arrasa, a María Corina Machado, que le sigue, a Leopoldo López, a los excandidatos presidenciales Henrique Capriles y Henri Falcón. Todos le ganan a Maduro. En aprobación y evaluación negativa. A Maduro no le dan los números. A Maduro no le suenan los pitos. Pero Maduro se mantiene y se queda en el poder.
Y es que entre los posibles escenarios, los encuestados señalan como principal opción que “nada, Nicolás Maduro seguirá en la Presidencia”. Este ítem arroja un 25%. Y el resultado responde a la pregunta de lo que consideran los encuestados es lo que va a pasar. Le gana a la opción de la intervención militar y le gana a la opción del diálogo, y le gana a la opción del golpe militar. Pero el diálogo le gana a la opción de fuerza.
Hay un empresario, de los principales de Venezuela, que reunió la semana pasada a otros empresarios y banqueros. Lo hizo en la mesa de su casa. Eran 15. Y había presidentes de multinacionales. Y un par de banqueros. E industriales. E inclusive, clientes suyos medianos y pequeños. Hasta el dueño de una panadería asistió a la comida. Se habló de todo. Y una sola conclusión: Maduro se queda en el poder. De allí derivaron otras afirmaciones: Hay que seguir adelante. La empresa no puede parar. Hay que aguantar. Algunos usaron la siguiente expresión: Business as usual. Esta fue la encuesta del empresario. Le bastó para convencerse de algo que ya le decía su olfato. Porque es de los pesimistas -¿realistas?- sobre el cambio. Él es de los que afirma:
-Hubo el megapagón y nada pasó. Ese evento hubiera tumbado a cualquier gobierno en el mundo.
-Detuvieron al jefe de gabinete de Guaidó, Roberto Marrero, y nada pasó.
-Detuvieron al primer Vicepresidente de la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano, que al mismo tiempo es sucesor de Guaidó, y nada pasó.
-Allanan la inmunidad de diputados, persiguen diputados, y nada pasa.
-Ocurre el 30 de abril, hay una conspiración, y nada pasa.
Mucho de esto tiene que ver con la falta de acumulación de fuerzas, que es una de las líneas que sigue Guaidó. Sumar capacidades, sumar fuerzas, mantener activa la calle, mantener organizada la oposición. ¿Esto se ha logrado?
Mucho también tiene que ver con la resignación. Este es un descubrimiento de 2017 de la Iglesia Católica. Y que se ha venido demostrando en todo este tiempo. La gente se resignó y prefiere migrar antes que ilusionarse por un cambio que no llega.
La gente cree, 42,5%, que la Asamblea Nacional sólo con el apoyo de la Fuerza Armada logrará que Maduro deje la Presidencia. Pero la Fuerza Armada está haciendo otra cosa.