Daniel Gómez (ALN).- El arma de Juan Guaidó es la gente. Esta le es fiel y cada vez son más. Quedó patente en las multitudinarias movilizaciones de este martes. Nicolás Maduro no puede decir lo mismo. Apenas le queda gente. Y si se aferra al poder es porque la Fuerza Armada le sostiene. ¿Lo seguirá haciendo? En ello trabaja el presidente encargado. En convencer a los militares. En trabajar por la paz. En derrocar a un régimen que se defiende con intimidaciones y verdades a medias.
Venezuela libra una guerra de desgaste. Psicológica. El escenario es la frontera con Colombia. Los protagonistas: el presidente encargado, Juan Guaidó, y el ilegítimo, Nicolás Maduro.
El arma de Guaidó es la gente. Este martes se dio otro baño de masas. El selfie que se sacó en el escenario de la manifestación no refleja la avalancha humana que congregó en Caracas. Tampoco refleja el apoyo que tuvo en Portuguesa, Aragua, Zulia, Anzoátegui, Cojedes, Táchira…
En estos estados multitudes se echaron a la calle para pedir el ingreso de la ayuda humanitaria. La entrada de 60 toneladas de comida y medicinas que aguardan en el Puente Internacional Tienditas. Una canal de 280 metros y siete carriles que conecta la ciudad colombiana de Cúcuta con el pueblo venezolano de Tienditas.
El objetivo de Guaidó es que todos estos productos entren a Venezuela. Pero Maduro no los deja pasar. Ya bloqueó el puente con una gandola y dos contenedores. Militarizó las zonas colindantes y movilizó milicianos a la frontera.
Esta es el arma de Maduro. La fuerza militar. Los francotiradores Dragunov y los lanzacohetes que manejan los paramilitares en la frontera. Así lo dijo el martes Freddy Bernal, autoproclamado protector del Táchira. Un estado inmune a las trampas electorales de Maduro, y que resiste como bastión institucional contra el chavismo.
Táchira también se encuentra en la frontera. Es el estado al que pertenece Tienditas. En el que se encuentra el famoso puente y los militares de Maduro, quienes no son invencibles. Con ellos ya pudieron las Damas de Blanco en 2016.
Las Damas de Blanco son valerosas mujeres venezolanas que cruzaron la frontera de Colombia sólo impulsadas por el coraje. Los militares no hicieron nada contra ellas. No se atrevieron. Y eso que Maduro había decretado el cierre de fronteras.
La posverdad del régimen
Otra arma de Maduro es la intimidación. Las balas que dispararon al aire los miembros de las milicias cuando el lunes Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, se acercó a visitar los municipios fronterizos.
Cuando Cabello y los grupos chavistas que le acompañaban arribaron a Cúcuta, los ciudadanos de la zona trancaron las carreteras con árboles y protestas.
La solución de los milicianos, quienes iban en motos para proteger los autobuses de chavistas, traídos de otros lugares del país, fue disparar al aire como gesto de intimidación. Hecho esto, Cabello pudo llegar a Ureña. Y también a la misma línea fronteriza. Incluso visitó el puente de la ayuda humanitaria. El lado venezolano.
También son armas el lenguaje bélico, el grito, la amenaza. “¡No podrán pasar, no podrán nunca!”, clamó Cabello en la frontera. “¡No pasarán, aún con amenazas de convoyes militares y que entrarán a la fuerza!”.
He aquí otra muestra de la artillería del régimen: la posverdad. ¿Acaso ha habido alguna amenaza militar? ¿De que esa ayuda entrará a la fuerza? No. Los dirigentes colombianos, así como los estadounidenses, y el propio Guaidó, lo único que han hecho es afirmar que la ayuda humanitaria pasará. Eso sí, lo afirman con convicción. Y quizá eso es lo que les da miedo.
Otro ejemplo de posverdad es el siguiente: “La ayuda humanitaria que envía EEUU es cancerígena”, afirmó este martes Delcy Rodríguez, vicepresidenta del régimen. Lo dijo con una firmeza que no concuerda con el estudio del Centro Nacional para la Información Biotecnológica de Estados Unidos que citan.
Ese estudio advierte, no afirma, que los alimentos enviados en las bolsas de ayuda son cancerígenos. Por su alto contenido en azúcar, así como por los aditivos que contienen. Y son cancerígenos en una probabilidad minúscula.
Pese a las evidencias, Delcy Rodríguez afirma, convencida, que esos productos son un “arma biológica”. ¿Acaso las bolsas de los CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) que reparte el régimen son menos cancerígenas? No.
El portal Armando Info sometió a examen la leche de los CLAP con el apoyo del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Universidad Central de Venezuela.
El análisis químico concluyó que lo que ofrecen los CLAP no es leche, sino “leche reconstruida”. Un producto que no alcanza los requerimientos mínimos de calcio que necesita un niño de dos a cuatro años salvo que beba entre 13,1 y 41,3 vasos cada 24 horas.
El mundo feliz de Maduro
Hay otros datos, provenientes de instituciones independientes, que el régimen también pasa por alto, o simplemente los desacredita. Como que 87% de los venezolanos vive en condiciones de pobreza, según la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi). Como que 3,7 millones de personas padecen riesgo nutricional severo en el país, de acuerdo con las Naciones Unidas.
Maduro critica a la prensa porque sólo se ensaña en lo malo y no señala lo bueno. Y como de petróleo ya no puede presumir, se aferra al turismo. A un bonito vídeo que muestra las bondades de Venezuela. “La patria bella que -según Maduro- invisibilizan”.
En este caso es bueno recordar la Feria Internacional de Turismo que se celebró en Madrid hace un mes. Allí Venezuela también presentó las bondades de su tierra, su mundo feliz. Pero nadie les hizo caso. Las mesas de los operadores estaban vacías, como también ocurrió en 2018 y 2017 en esa misma feria. ¿Casualidad?
El caso es que Venezuela vive un drama económico, político y humanitario. Pero Guaidó les devolvió la esperanza. De que la democracia se puede conseguir. En paz. Sin gritos. Sin mentiras. Con la gente.
El plan de Guaidó
Cada paso que da está medido. La jura como presidente encargado, la petición de ayuda a los EEUU, la entrada de la ayuda humanitaria. Guaidó la fechó para el 23 de febrero. Dentro de dos sábados.
Mientras, el pueblo se movilizará alrededor de la frontera para coordinar el ingreso de la ayuda que está en Cúcuta, y que también estará en Roraima (frontera con Brasil), así como en otros dos puntos que todavía no ha desvelado.
El plan de la ayuda humanitaria se está definiendo por el portal www.voluntariosxvenezuela.com, impulsado por Guaidó. Ahí aparecerá la información que este sábado se discutirá en los cabildos abiertos y refugios humanitarios que el equipo del presidente encargado colocó por toda la frontera.
Guaidó se organiza. Mide cada paso. “Vamos bien”, afirma. Y pone un reloj de arena para Maduro. Una cuenta atrás. Ya desde el Palacio de Miraflores concentran toda la artillería para el 23 de febrero, pero con el miedo de que su arma más poderosa, la Fuerza Militar, cambie de bando. Ahí se concentra el esfuerzo diplomático del presidente encargado, del Grupo de Lima y de Estados Unidos.