Valentina Álvarez (Buenos Aires/ALN).- El presidente Mauricio Macri acaba de anotarse un triunfo político con una votación parlamentaria: la Cámara de Diputados de Argentina hizo historia al aprobar la despenalización del aborto, con los votos favorables de algunos de sus opositores más encarnizados. Macri -complicado por una seguidilla de malas nuevas en la economía- tendrá un respiro hasta después del Mundial.
En la jornada histórica del jueves 14 en las cercanías del Congreso de Argentina, decenas de miles de personas -la mayoría jóvenes estudiantes- celebraban emocionadas la aprobación del “aborto legal/en el hospital”, como cantaban por las esquinas. A esas mismas horas, el peso se devaluó 6% frente al dólar. A continuación el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, presentó la renuncia y el ministro de Finanzas, Luis Caputo, asumió el cargo.
En la mañana del mismo día agitado, el Gobierno divulgó los términos del acuerdo que Argentina firmó con el Fondo Monetario Internacional: incluye un desembolso urgente de 15.000 millones de dólares, con un estricto programa de reducción del gasto público como condición.
La fuerte presión social y mediática por la despenalización del aborto permite prever un tránsito más tranquilo en el Senado
La economía argentina está fragilizada y Macri no logra estancar la sangría. En menos de 40 días el dólar se encareció 38%, y la oposición le declaró la guerra al Gobierno “neoliberal” que pactó con el FMI.
Fin de fiesta
Pero la batalla económica quedó el jueves relegada a un segundo plano. Una arrolladora presión social logró lo impensado. “No puedo creer que esto se haya aprobado en el gobierno de Macri y que diferentes partidos se hayan puesto de acuerdo para votar a favor”, le dijo a ALnavío la estudiante Julia Ubago, militante de izquierda y con el pelo recogido con el pañuelo verde de los partidarios de la despenalización.
Uno de los que votaron a favor fue el diputado Máximo Kirchner, hijo de la expresidenta Cristina Fernández. Tras el resultado (129-125), dentro del recinto hubo lágrimas y abrazos incluso entre antagonistas declarados.
Ahora los estrategas del oficialismo esperan una tregua al malestar social de las últimas semanas, atizado por aumentos en los servicios básicos, alimentos y combustibles. La aprobación en la Cámara de Diputados y la fuerte presión social y mediática por la despenalización del aborto, permiten prever un tránsito más tranquilo en el Senado. Ya la senadora Cristina Fernández -la expresidenta que se negó a participar en la juramentación de Macri como sucesor- adelantó que votará a favor.
Pensando en Rusia
Además, está el Mundial de fútbol. Lionel Messi y sus compañeros hipnotizan al país y le dan tiempo a Macri para dosificar la odiosa noticia del ajuste fiscal, sumada a una inflación cercana a 12% en lo que va de año. El jueves, a un costado del Congreso, los manifestantes callejeros disponían de una pantalla gigante para seguir la inauguración del Mundial de Rusia.
El acuerdo que Argentina firmó con el FMI incluye un desembolso urgente de 15.000 millones de dólares y un estricto programa de reducción del gasto
Mientras Macri y sus asesores buscan recuperar la credibilidad perdida ante los inversores internacionales, el frío invierno austral se hace sentir. A velocidad de vértigo, la tasa FED subió y anticipó otros dos aumentos anuales. Lo que estaba mal, podría ponerse peor: los sindicatos más poderosos del país anunciaron en las últimas horas un posible paro general de 72 horas del 25 al 27 de junio.
Ante el panorama, analistas de uno y otro lado sugieren que abrir la discusión sobre el aborto fue una idea del avispado asesor de cabecera del presidente, el ecuatoriano Jaime Durán Barba. Todo fue, aseguran, para sacar los reflectores del ajuste, la recesión, la inflación y el malestar que ya toman cuerpo entre los argentinos, pues la popularidad de Macri ya se ubica por debajo del 30%. Hechizados por ahora frente al televisor y movilizados por el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, los ciudadanos le dan una breve pausa al Gobierno.