Pedro Benítez (ALN).- Tal como había indicado ALnavío, la crisis en Venezuela está catapultando a Iván Duque como el próximo presidente de Colombia, de la misma manera en que las FARC llevaron a su mentor político, Álvaro Uribe, a la Casa de Nariño hace 16 años.
En el contexto de una participación ciudadana récord (53,31%), por encima del promedio histórico de ese país, el exalcalde de Medellín, Sergio Fajardo, se quedó a 300.000 votos de romper la polarización en Colombia; sólo alcanzó a ganar en la capital, Bogotá. Los demás departamentos se los llevaron el senador Iván Duque del Centro Democrático (23) y el exalcalde de Bogotá y también senador Gustavo Petro, candidato de la izquierda (9).
Duque alcanzó 39,13% de la votación, seguido de Petro que logró 25,09%. Fajardo se quedó en el tercer lugar con 23,73%. La segunda vuelta será el próximo 17 de junio (Ver más: Iván Duque más cerca del triunfo anticipa un gobierno de amplitud en Colombia).
Llama la atención el amplio triunfo de Duque en el Caquetá, antiguo bastión militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), con más del 52% de los sufragios. El único departamento colindante con Venezuela donde el candidato de izquierda derrotó al del Centro Democrático fue en la empobrecida Guajira.
En Santander, departamento fronterizo y centro de la actual crisis migratoria venezolana, Duque ganó con 60% de los sufragios, seguido por Sergio Fajardo con 18%. Petro allí obtuvo apenas el cuarto lugar con 6%.
Llama la atención el amplio triunfo de Duque en el Caquetá, antiguo bastión militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
Sin embargo, el ascenso de Gustavo Petro es un resultado inédito para la izquierda colombiana, que con más de 4,8 millones de votos por primera vez consigue que un candidato suyo pase a la segunda vuelta presidencial, pero al mismo tiempo es la garantía del triunfo de Iván Duque.
La razón es muy sencilla: el fantasma de castro-chavismo. La izquierda latinoamericana (y la colombiana en particular) se entusiasmó mucho, y por mucho tiempo, con el régimen chavista de Venezuela.
El senador Petro fue un amigo y defensor del presidente venezolano Hugo Chávez, que con su obsesión bolivariana concebía un proyecto político con una dimensión continental, donde Colombia tendría, lógicamente, una relevancia central.
Esa pasada cercanía, que recuerdan imágenes que se han usado profusamente en esta campaña, es su principal handicap.
Este es el tema del cual se ha valido la bestia negra del régimen chavista, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, para agitarlo contra sus detractores y en favor de la fórmula presidencial Iván Duque/Martha Lucía Ramírez.
Y ese ha sido uno de los puntos de encuentro de la alianza con el también expresidente Andrés Pastrana (el otro ha sido el cuestionamiento al proceso de paz que el presidente Juan Manuel Santos ha adelantado con las FARC).
Tanto Pastrana como Uribe y Duque no han dejado de insistir una y otra vez en la amenaza que se cierne sobre Colombia si se elige un proyecto político similar al que desde hace dos décadas domina el país vecino.
Por lo tanto, no desperdiciaron ocasión para señalar la crisis de Venezuela y para atacar directamente al gobernante de ese país, Nicolás Maduro, siendo este uno de los temas fundamentales de campaña, incluso este domingo en medio de las votaciones:
«Paisano @NicolasMaduro.¿Ya votó? @IvanDuque Presidente @mluciaramirez Vicepresidenta #VenezuelaLibre
— Andrés Pastrana A (@AndresPastrana_) 27 de mayo de 2018
#ColombiaDecide “La dictadura de Venezuela no es reciente, empezó hablando de humanismo y terminó engendrando el odio de clases, las expropiaciones, la anulación del poder judicial, el aniquilamiento de la prensa, la persecución a la producción” @IvanDuque #ElFuturoEsDeTodos pic.twitter.com/Jg1jTNN4q2
— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) 26 de mayo de 2018
#ColombiaDecide| Colombia no puede seguir en la Unasur, es una organización que se creó para proteger la dictadura de Venezuela. Tenemos que retirarnos como están haciendo otros países y fortalecer el sistema interamericano. #ElFuturoEsDeTodos pic.twitter.com/LhdAMVp5MI
— Iván Duque (@IvanDuque) 26 de mayo de 2018
#ColombiaDecide| Soy claro y categórico: no estoy de acuerdo con una intervención militar en Venezuela. Lo que se necesita es acorralar esa dictadura a través de todos los canales diplomáticos y los mecanismos de sanción. #ElFuturoEsDeTodos pic.twitter.com/oI2OWS9A7M
— Iván Duque (@IvanDuque) 26 de mayo de 2018
La polarización traspasa la frontera
Por tanto, esto ha polarizado la campaña dejando fuera de la carrera a terceras opciones. Esta es la opinión del exvicepresidente y candidato presidencial Germán Vargas Lleras, según recoge el diario El Tiempo de Bogotá.
El exalcalde Sergio Fajardo como candidato de centro intentó despolarizar la contienda y, como vemos, estuvo cerca de lograrlo, pero la espectacular agudización de la crisis venezolana jugó en su contra todo el tiempo. En otras circunstancias pudo haber capitalizado a su favor muchos votos que fueron para Duque sin ser uribistas y muchos otros que se inclinaron por Petro por antiuribistas.
Con Fajardo en segunda vuelta la narrativa de la contienda hubiera sido muy distinta porque sobre él no pesa el temor al chavismo que sí existe sobre Petro, con lo cual podría perfectamente haber capitalizado el recelo de muchos votantes por la influencia del expresidente Uribe en la política colombiana, pero que prefirieren votar a su candidato que darle la oportunidad a otro que repita en Colombia una versión propia del chavismo.
Tradicionalmente la violencia ha sido un peso muerto. La desmovilización de las FARC ha disipado ese miedo en muchos votantes. Pero justo ahora aparece otro miedo: Venezuela
En cambio, ahora muchos votantes de Fajardo se verán en la disyuntiva de escoger entre Duque y Petro. O para ponerlo en los términos de lo que será la campaña de cara al segundo round electoral: Uribe o el chavismo.
La presencia del expresidente Uribe en la campaña de Iván Duque debería ser menor si quiere atraer esos votantes de centro, pero sin soltar el tema de Venezuela. Por su parte Gustavo Petro marcará distancia, como ya lo viene haciendo, del gobierno de Nicolás Maduro calificándolo de dictadura.
Pero en esa carrera Duque parte con más ventaja por una mayor implantación nacional de la alianza de los expresidentes Uribe y Pastrana que le ha aportado 7,5 millones de sufragios en esta primera vuelta, y porque aunque a la izquierda colombiana le ha ido electoralmente mejor que en cualquier otra elección, en esta ocasión se le está escapando una oportunidad.
Tradicionalmente la violencia ha sido un peso muerto en las elecciones colombianas. La desmovilización de las FARC ha disipado ese miedo en muchos votantes, en particular por sus magros resultados en los comicios parlamentarios y el sentimiento de rechazo de la ciudadanía. Pero justo ahora aparece otro miedo: Venezuela.
No será el único tema de la campaña; el proceso de paz, la gestión del presidente Santos, la economía, la seguridad ciudadana, la corrupción y la impunidad también lo serán, pero como en la primera vuelta estará presente y decidirá el voto de muchos colombianos.